“¿De dónde viene mi valor?”. Cierre de Programa GPA EEUU en Argentina

“Vine a la Argentina con una pregunta: ¿De dónde viene mi valor?”, expresó David Albuquerque al inicio de su reflexión sobre los distintos servicios comunitarios que Generation Peace Academy (GPA) desarrolló en el país desde el 17 de enero. “Muchas veces me dijeron que el valor viene de Dios, pero sentía que había más para descubrir”, afirmó en su testimonio dado en el emotivo acto celebrado en la Embajada para la Paz (Buenos Aires) el 5 de febrero, que marcó el cierre del programa que realizaron 15 jóvenes estadounidenses en Argentina.

Vínculo sagrado
El encuentro inició con invocaciones interreligiosas en el marco de la Semana Mundial de la Armonía Interconfesional (Fecha ONU), con oraciones del Pastor Alberto Roldán (Cristianismo), Faiza Yahia (Islamismo), el Rabino Arieh Sztokman (Judaísmo) y el Pastor Eduardo Corales (Unificacionismo). Posteriormente un video reseñó las diferentes actividades comunitarias que desplegaron los jóvenes llegados de distintos estados de EEUU: pintura de un viejo monasterio salesiano en Vicente Casares y un comedor de niños y una capilla en Lobos, acondicionamiento de un edificio de una fundación cristiana en General Pacheco, variadas tareas en una reserva ecológica de Ciudad Evita (todos en la Provincia de Buenos Aires) y construcción de domos y convivencia con una comunidad originaria de Recreo (Santa Fe).

Durante el encuentro no sólo se agradeció a los voluntarios, que dejaron afecto en cada lugar, sino a todas las organizaciones involucradas, a cuyos representantes se entregaron diplomas, vouchers para disfrutar de un show de tango y la Autobiografía “El ciudadano global que ama la paz”. Fueron protagonistas de los servicios el Rotary E-Club Oeste, Rotary Club Villa Don Bosco, Rotary Club de Isidro Casanova, Rotary Club Lobos, IARCOS, Espacio Azul, Fundación Educativa Águila Visión Internacional y la Federación de Familias para la Paz y Unificación Mundial. Sus referentes, entre los cuales también se encontraban tres integrantes de la comunidad indígena de Santa Fe, también expresaron su gratitud por todo lo vivenciado.

“Nuestro programa pone un fuerte énfasis en ayudar a los participantes a visualizar el tipo de persona que quieren ser y crecer en la comprensión de la trayectoria necesaria para alcanzar sus objetivos”, expresó Francis Marsal, uno de los coordinadores de GPA, el Programa de un año de duración para jóvenes que buscan fortalecer su carácter con distintos desafíos antes de ingresar a la Universidad y después de terminar la escuela secundaria. “Cada uno de nosotros está ahora unido por un vínculo sagrado, un vínculo que se selló con nuestro sudor, nuestras lágrimas y nuestro compromiso de ser personas que pueden vivir para algo más grande”, señaló en su mensaje enviado para la ocasión por John Gehring, directivo de GPA, quien arribara a la Argentina en diciembre para programar las distintas secciones de servicio.

Desafío y valor
El cierre fue con números artísticos, dedicados a los jóvenes voluntarios y organizaciones con las que trabajaron codo a codo en su estadía. El primero fue un poema de Donato Perrone, integrante de distintos círculos literarios, representante del Grupo de Poetas Livres de Santa Catarina (Brasil) y coordinador del Rincón Lírico del Café Tortoni, quien aludió en su inspiración a “miles de niños, sin distinción de razas o color, que sueñan con la paz” y la “reconciliación mundial” de los humanos. Posteriormente Marcela y Sebastián (Espacio Azul) interpretaron un tema que tiene que ver con despertar nuestra esencia y conciencia que somos habitantes de una misma casa, en el marco de su valiosa labor en red que busca generar el compromiso de ser “guardianes de la madre tierra”. Germán Barceló, artista invitado, además de las canciones de profundo sentido espiritual, también dejó una reflexión y desafío: asimilar la experiencia de lo aprendido a lo cotidiano, comenzando por el hogar.

En las palabras finales Carlos Varga, Director del Movimiento de Unificación en Argentina, agradeció tanta “inversión de amor” de los jóvenes y distintas organizaciones involucradas en los servicios comunitarios. Su breve mensaje introdujo al Coro de la Federación de Familias, cuyos integrantes interactuaron con sus pares de GPA durante su estadía, quienes también se despidieron con una canción. Fue el corolario de afecto y brazos extendidos, de un encuentro organizado por UPF Argentina, que tuvo como lema “Compartir, agradecer y celebrar”. El mismo contó con la adhesión y la ponderación del trabajo desplegado en Argentina de parte del Foro Permanente para la Educación, la Ciencia y la Cultura por la Paz, la Federación de Cámaras Internacionales de Comercio del MERCOSUR y la Universidad de la Marina Mercante.

La iniciativa desarrollada por GPA en Argentina, que se realizó en el marco de establecer puentes de cooperación y estrechar lazos de amistad entre Norte y Sur América, tuvo también entre sus metas entablar contacto con un pueblo originario, como una forma de restaurar el pasado, concientes que es impensable un futuro sustentable sin sanar viejas heridas. En dicha sección de servicio, específicamente en Recreo (Santa Fe), algunos de los jóvenes tuvieron las más profundas experiencias. “Allí encontramos a un montón de niños. Dios me quería mostrar algo a través de los niños. Y es que ellos tienen mucho amor”, destacó David Albuquerque, uno de los cinco integrantes de GPA que ofreció su testimonio de lo compartido durante las casi tres semanas en el país. Más allá del servicio en particular, “el amor es lo que nos cambia la vida, lo que nos permite reencontrarnos cuando todo termina y lo que nos da el valor”, terminó su reflexión.

Lic. Miguel Werner
Secretario General UPF Argentina
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