Macri ¿el candidato de Cristina Kirchner? Por Leo Anzalone

Aunque la política siempre puede sorprender parece que esa extraña relación que unía a Cristina Kirchner con Daniel Scioli se terminó, para la presidenta y para el circulo más duro K, cualquier cosa antes que el gobernador de Buenos Aires, incluso, Mauricio Macri, a quien siempre colocaron en las antípodas ideológicas.

Scioli es el dirigente del FpV con mejores posibilidades de acceder a la presidencia el año que viene, pero a pesar de esto cada vez tiene menos apoyo de las filas cristinistas. De hecho, pusieron a Sergio Urribarri como una especie de “sparring de precandidato presidencial”, para desgatar las aspiraciones del ex motonauta, el entrerriano se proclama como “la continuidad explícita de lo hecho por Néstor y Cristina”. Pero para coartar más a Scioli, el gobierno nacional tiene un títere como representante de los docentes en tierras bonaerenses, Roberto Baradel, que mantuvo un sangriento paro con los chicos como rehenes y que luego fue recibido como héroe en el programa ultraoficialista financiado por todos nosotros, el celebre “6, 7, 8″ y después apareciendo en las tandas publicitaria del “Futbol para todos” explicando el porque de su medida, pretendiendo dejar al gobernador como un opresor de los maestros.

Otro de los elementos que usó el gobierno nacional contra Daniel Scioli fue la inseguridad, que tiene como máximos responsables a Cristina Kirchner y sus ministros, cosa que no parece importar en La Rosada o al menos no se hacen cargo, y cuando el gobernador finalmente toma la acertada decisión de decretar la emergencia en seguridad, salen en bandada cual aves de rapiña ante una herida fulminante y lo destrozan en todo medio de comunicación que encuentren disponible. Sin duda Scioli, que sigue autodenominándose kirchnerista, es el mejor candidato que tienen, con sus tiempos (que él solo comprende), se ganó durante mucho tiempo este maltrato constante tras varios desplantes y operaciones en contra, nunca se hizo respetar. La última, un claro mensaje político, le sacaron la presidencia del PJ nacional y se la dieron al jujeño Eduardo Fellner.

Siguiendo con el plan político del kirchnerismo, no solo Scioli es objeto de ataques, Sergio Massa también es otro de los blancos preferidos del club de obsecuencia K, le critican cada paso que da, parece ser la reencarnación del mal, como lo es Eduardo Duhalde (máximo responsable de que los Kirchner llegaran al poder, aunque ellos no lo quieran reconocer) y alguna vez lo fue Carlos Menem, hoy aliado incondicional de Cristina.

Entonces, con estas maniobras del gobierno nacional todo indica que Cristina Kirchner prefiere que la suceda Mauricio Macri, de quien se rumorea que busca un acuerdo con el radicalismo que le garantice un armado nacional para poder enfrentar a la estructura del PJ, situación que de ir el peronismo fraccionado y consecuentemente debilitado, aumentaría la posibilidad de una segunda vuelta de la cual Cristina y los suyos imaginan que podría salir beneficiado Macri, ya que se llevaría consigo su caudal de votos propios, más el de los radicales y todo el antiperonismo vernáculo.

Esta situación es la que parece esperar con ansias Cristina, porque en su imaginación una Alianza entre Macri y la UCR, daría como resultado un gobierno liberal y débil, que no tendría otra alternativa que hacerse cargo del desastre económico y enfrentarlo con más ajuste y medidas antipopulares. Ante esto Cristina podría mostrarse como una alternativa superadora, como dijo en una de sus tantas cadenas nacionales cuando mencionó que “el kirchnerismo es una etapa superadora del peronismo”, apelar a la memoria por la “década ganada” y trabajar en su vuelta en el 2019, pero ellos soñarían en lo que podría ser un adelantamiento de las presidenciales en un posible 2017.

Así, durante el próximo año y medio, el kirchnerismo trabajará en tres metas, debilitar a Scioli, matar a Massa e instalar en el país un hartazgo hacia el peronismo, llevando a la ciudadanía a una decisión cortoplacista que podría ser encarnada por el líder del Pro, sembrando los cimientos para la vuelta de Cristina y los muchachos de La Cámpora, lógicamente esto está dentro de la imaginación del microclima cristinista que al parecer consumen la misma medicación que la presidenta.

El último de los planes, que ya empezó a ejecutarse, es tener un peronismo débil, porque en los intrincados pensamientos de la presidenta, si Scioli o Massa fueran electos por el peronismo, no les quedará otra que iniciar una batalla judicial contra ella y contra varios de los actuales funcionarios. Muchos en La Rosada creen que si controlan el peronismo pueden negociar con Macri y los radicales que no haya una persecución judicial, pero en cambio, si finalmente un candidato peronista llega a la presidencia, cualquiera sea, necesitará legitimar su poder, dar señales de credibilidad y seriedad, sobre todo ante el desastre económico en el que quedará sumergido el país y la mejor manera de hacerlo es investigar el patrimonio de la familia presidencial y todo su gabinete, permitiéndole a la justicia actuar con la libertad de condenar a quien haya robado, que en el imaginario popular son muchos.

*Dirigente de Peronismo Para Todos – Universidad Para Todos

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