Construir sobre 20 años de éxitos: retos futuros para el sistema sanitario de Taiwán

El Sistema Nacional de Seguro de Salud de Taiwán (NHI, siglas en inglés) ha sido reconocido internacionalmente por proporcionar a los ciudadanos un fácil acceso a servicios médicos de alta calidad. Más del 99 por ciento de la población está inscrito en el sistema, en el que participan cerca del 93 por ciento de los proveedores de atención sanitaria del país.

Las primas básicas, que son compartidas entre el asegurado, las empresas y el Gobierno, se calculan sobre la base del salario mensual y una escala de primas establecida. Quienes sean clasificados como faltos de recursos pueden tener sus primas y copagos subvencionados o incluso que el propio sistema se haga cargo de ello, si fuera necesario. A medida que el NHI ha logrado la cobertura universal a un precio asequible, la atención sanitaria ha dejado de ser una carga financiera para el público. Estos factores contribuyen a que el sistema tenga un índice de satisfacción de alrededor del 80 por ciento.

Pero este estado del sistema sanitario no se alcanzó de la noche a la mañana. Desde su puesta en marcha en 1995, el NHI se ha tenido que enfrentar a diversos problemas de financiación. Aunque el sistema obtuvo cifras positivas durante los primeros cuatro años, el aumento de la demanda de usuarios tuvo como consecuencia un déficit presupuestario, lo cual estimuló al Gobierno de la República de China (Taiwán) para poner en marcha reformas fiscales y estructurales de todo el sistema.

En 2013, la segunda generación del NHI pasó a estar bajo la supervisión del recién creado sistema de Administración del NHI, dependiente del Ministerio de Salud y Bienestar Social. Un componente clave de este cambio fue la recaudación de una prima complementaria del dos por ciento sobre las ganancias de capital y los ingresos no procedentes de rentas del trabajo, una medida que contribuyó a un nuevo fortalecimiento financiero del NHI.

Otro paso que contribuyó al éxito del NHI fue la adopción de las últimas tecnologías de la información. Estas medidas dinamizaron los procedimientos y mejoraron los servicios, allanando el camino hacia una mayor eficiencia organizativa y una reducción de los costes administrativos.

La creación de la tarjeta de circuito integrado es uno de los signos más visibles de la innovación tecnológica empleada por el NHI. La tarjeta es utilizada por todos los usuarios del sistema y funciona como un enlace entre el paciente y el proveedor de atención sanitaria, permitiendo que este último pueda acceder de manera rápida y segura a los informes médicos más recientes de los usuarios. Esta tarjeta inteligente es también una valiosa herramienta para controlar la propagación de enfermedades altamente contagiosas, como es el caso del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), pues permite un seguimiento de la persona infectada así como un control preciso de la dinámica de tales brotes.

Teniendo en cuenta que el tiempo resulta algo esencial cuando se trata de lidiar con los problemas médicos y con la prescripción de los tratamientos correctos con un coste efectivo, el NHI estableció en 2013 el llamado PharmaCloud, una base de datos en la nube de los registros farmacéuticos de pacientes accesible para los profesionales sanitarios. Esta iniciativa ha reducido al mínimo la incidencia de la duplicidad de recetas y el exceso de prescripción médica, así como el riesgo de interacciones dañinas de medicamentos.

Alentado por los beneficios de los costes y la eficacia del PharmaCloud, el NHI puso en marcha en 2014 “Mi Banco de Salud”. Se trata de una base de datos que permite a los usuarios el acceso en menos de diez minutos a sus datos médicos completos del último año. Ello incluye registros como los ingresos hospitalarios, gastos médicos, consultas externas y prescripciones. Al tener fácil acceso a los registros personales, se espera que los usuarios sean más conscientes de su propia salud y que desarrollen una mayor apreciación de la necesidad de mantener un estilo de vida saludable.

Igualmente significativo resulta el uso de un sistema automatizado para el procesamiento de las reclamaciones y devoluciones de los gastos a los hospitales. Ello ha contribuido a que los costes de administración del NHI supongan solo el 1,07 por ciento del total de los gastos sanitarios, lo más bajo del mundo. La significativa base de datos para las reclamaciones, que puede presumir de ser sobresaliente y de contar con un sistema de seguridad de la información certificado internacionalmente, permite además al NHI analizar tendencias y generar estadísticas.

Mirando haca adelante, la disminución de las tasas de natalidad y el rápido envejecimiento de la población son asuntos que están a la orden del día. Taiwán no es una excepción dentro de esta tendencia global y su disminuida población joven se verá en la obligación de asumir una mayor carga financiera. En cualquier estimación de la demanda futura de los servicios sanitarios, hay que tener en cuenta el factor del envejecimiento. En 2014, la población de personas mayores en Taiwán se situó en el 11,95 por ciento, y se estima que superará el 20 por ciento en 2025 y el 40 por ciento en 2060.

Debido a que Taiwán tiene una baja tasa de natalidad y una alta expectativa de vida, pronto tendrá la población más rápidamente envejecida del mundo. Esto dará como resultado una reducción de la base imponible de la renta, provocando una presión aún mayor sobre la financiación del NHI para cubrir los gastos asociados con el cuidado del creciente número de personas de edad avanzada. La mejora de la salud pública y la desaceleración de la tasa de envejecimiento son, por tanto, dos de los retos más importantes a los que se enfrenta el NHI a partir del siglo XXI.

Por Chiang Been-huang
Ministro de Salud y Bienestar Social
República de China (Taiwán)