El cine como herramienta para la gestión del cambio

Por Romina Ticach, socia de Clap Capacitación (www.clapcapacitacion.com.ar).

Las empresas están inmersas en un proceso continuo de cambio. Y ante cada nueva experiencia de modificación, aparecen habitualmente diversas reacciones, tanto positivas (entusiasmo, producción de ideas y oportunidades), como negativas (temores y ansiedad).

La gestión del cambio es un desafío que las organizaciones atravesaron con más o menos éxito a través de los años. Hoy existen nuevas propuestas para afrontar esta situación. Una de ellas es utilizar como recurso los conocimientos propios del cine. Según un criterio cinematográfico, para que una película tenga sentido el protagonista debe atravesar un cambio (si eso no ocurre, el resultado es un film aburrido y poco atrapante). Para llevar adelante la historia, el personaje principal debe transformar el mundo externo, hacer que pasen cosas, y, en el camino, transformarse él mismo: no existe ningún cambio en el mundo externo que no tenga implicancias en el mundo interno y viceversa.

Es posible, entonces, trabajar con las herramientas que se utilizan para realizar el cambio en la historia y aplicarlas de manera concreta en el que se está produciendo en el universo laboral. Un facilitador experto en management y un director de cine conducen la experiencia, enfrentan a los participantes ante situaciones con las que se pueden reflejar y colaboran con el análisis de lo que se está viendo.

Cambia… ¿Todo cambia?

Los cambios organizacionales producen determinadas dificultades y barreras para la continuidad de las tareas. La claridad en la comunicación juega un rol fundamental en esta instancia. Cuando un cambio es comunicado con anticipación y de manera abierta, los temores, las resistencias y las dificultades disminuyen notoriamente. Cuando, por el contrario, la comunicación falla, fomenta que afloren todas las resistencias posibles.

De cualquier forma, la complicación más importante es la incertidumbre de cara al futuro inmediato. Luego aparecen los temores ante los riesgos, ya que todo cambio implica una apuesta para hacer cosas diferentes, pero en muchas ocasiones no está claro si los riesgos son demasiado grandes respecto de los beneficios que se espera conseguir. También surge una modificación del status quo. Cuando se baraja y se da de nuevo, los colaboradores no están seguros de dónde van a quedar parados, lo que genera ansiedad e intranquilidad, en especial cuando se producen cambios de equipo, de jefes o de tareas, se fusionan negocios o se modifican estructuras. Finalmente, también puede aparecer el miedo al fracaso: a no ser capaz de desempeñarse como se espera de ese colaborador en el nuevo contexto, por ejemplo.

Por eso mismo, otra herramienta utilizada en estos talleres es un “mapa de la gestión del cambio”, en el que se plasma un cambio que cada participante necesita abordar en su ámbito laboral, para analizarlo y planificar cuál es la mejor manera de encararlo.

Mediante este mapa se puede examinar el cambio en sí, cómo impacta a la persona, qué es lo que ésta debe modificar, si hay otros involucrados a los que incorporar para llevar adelante este proceso, quiénes son y cuál es su rol, entre otras variables. Además se le propone analizar su mundo interno, sus propias creencias, para llevar adelante este cambio en particular.

El taller finaliza analizando el guión de una película que plantea una dificultad concreta en el ambiente empresario. Los participantes, en conjunto y aplicando las herramientas trabajadas en el taller, deberán decidir cómo resolverla, escribir un guión sobre su propuesta y filmarlo.

Como resultado se logra un grado de autoconocimiento mucho más importante sobre la manera de abordar el cambio en cada participante, y se brinda una herramienta concreta y planificada para alcanzarlo en su propio espacio de trabajo. Este tipo de talleres permite trabajar el tema de una manera creativa y original y abordar las resistencias para lograr el crecimiento de las personas y las organizaciones. Y, de paso, para poder vivir un verdadero cambio “de película”.