Cómo fomentar la solidaridad en nuestros hijos

El ser humano por naturaleza es un “ser social”. Desde que nace necesita de un otro para sobrevivir. Presenta una necesidad biológica de afecto, cuidado y la de pertenecer a un grupo que se interesa por el bienestar de sus integrantes. Demuestra tener una predisposición biológica a la protección, así como también a una empatía temprana. Esto quiere decir, que desde muy pequeño, el ser humano tiene la capacidad de identificar lo que le sucede al otro y de preocuparse por su bienestar. Así como heredamos una tendencia biológicapor la cual podemos sentir enojo, miedo, celos, también, heredamos una tendencia biológica para lacooperación, bondad, el amor y cuidado.

Además de poseer esta disposición innatade preocuparse por el otro, resulta determinante la educación desde pequeños. La conducta del niño se ve influenciada en mayor medida por la conducta de sus figuras de referencia, por el ejemplo que ellos dan. Además, los niños tienden a ser más empáticos si sus padres les enseñan las consecuencias que su conducta puede tener en los otros.
Esto les enseña a los niños a desarrollar una responsabilidad y compromiso moral, fomentando conductas prosociales, que benefician a otros y generan consecuencias sociales positivas.
La acción de ayudar a los demás provoca sensación de plenitud. Se activan circuitos cerebrales de placer. Como “ser social” el ser humano es más feliz cuando se encuentra en un ambiente afectuoso. Cuando percibe en los otros afecto, bondad y confianza.

Al ayudar se reduce el miedo, estimula la confianza en uno mismo y se accede a la fortaleza interior y a las capacidades y recursos que posee cada uno. Además, se activan emociones constructivas como la alegría y sentimientos de amor que resultan beneficiosas para la salud. Por ejemplo, el fortalecimiento del sistema inmunológico, que se encarga de proteger al organismo de enfermedades infecciosas. Nuestro cuerpo está constituido para orientarnos hacia emociones constructivas que nos generen bienestar.

Otros beneficios de ayudar a las personas, son el desarrollo de la atención, la empatía y sentido de unidad con los demás. Se desarrolla la capacidad de postergar una gratificación inmediata para alcanzar una meta a futuro y de controlar las emociones que puedan resultar destructivas. Lograr esta habilidad en la infancia genera beneficios a lo largo de su vida.

Cómo fomentar la disposición a ayudar:
Hay que tener en cuenta que los padres van a modelar dicha conducta con el ejemplo. Si sus hijos ven que sus padres ayudan a los demás, ellos lo van a copiar. “Un acto vale más que mil palabras”
– Es importante reconocer cuando el niño tiene ganas de ayudar, fomentarlo y felicitarlo por esto.
– Tener en cuenta la edad del niño y sus posibilidades. No exigirle algo que no puede comprender o realizar.
– Se puede comenzar a ayudar con pequeñas tareas en la casa, como poner juntos la mesa, cocinar.
– Fomentar la ayuda entre hermanos y amigos.
– Hablar sobre ayudar a los demás y por qué les parece importante hacerlo.
– Registrar cuando a uno lo ayudan y cómo se siente cuando la recibe.
– Fomentar la empatía, ponerse en el lugar del otro. Estar atento al otro y registrar qué puede estar sintiendo y por qué.
– Hablar de manera explícita sobre las distintas maneras en que uno puede ayudar, teniendo en cuenta las capacidades y habilidades de cada uno.

– Acerca de Instituto Sincronía:
Luego de quince años de desarrollo en el tratamiento de la ansiedad y el estrés desde Hémera, la Licenciada Mirta Dall´Occhio integra los nuevos avances en terapia de tercera generación. Al Innovar y ampliar de manera específica el abordaje sobre las emociones humanas, la mirada y los recursos crecen. Hémera evoluciona transformándose en el Instituto Sincronía, con el objetivo de seguir ayudando a las personas a recuperar el balance y la vitalidad. Restableciendo el movimiento creativo y saludable, integrando la mente, el cuerpo y el ambiente de un modo superador. Entrenando a los profesionales de manera práctica y actual, contribuyendo desempeñar su rol con excelencia.

Sabemos el impacto que el estrés tiene en la vida cotidiana. Las tensiones y preocupaciones se tornan excesivas, irrumpen interfiriendo en el desempeño de las actividades sociales, familiares, laborales y académicas. Impactan de manera negativa en la salud de la persona y su entorno. Constituyen trastornos que hacen necesario aplicar tratamientos específicos. El objetivo que proponemos está centrado en la recuperación sustentable de la persona afectada. Esto se logra mediante la comprensión cabal de las causas. Mediante la confianza en los nuevos recursos que provean cambios emocionales, corporales, mentales y de comportamiento. Recuperando la capacidad de elegir, saliendo de los automatismos limitantes. En el Instituto Sincronía somos un equipo de profesionales capacitados para evaluar y llevar a cabo tratamientos focalizados específicamente en los problemas relacionados con el estrés, la ansiedad y otras emociones desreguladas.

Los valores y la destacada formación y compromiso que compartimos en nuestro equipo de profesionales y consultores hacen posible una indicación precisa de los tratamientos. Trabajamos juntos confiando que la salud y vitalidad se educan, se pueden recuperar, y se aprenden a cuidar.

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