Silvina Escudero: «Me encanta ser femenina, una reina, una princesa. Pero re tendría sexo con una mujer. ¡Re!»

“Hazte desear”. Eso fue el legado de muchas abuelas y madres y muchas mujeres contemporáneas se aprendieron la lección al pie de la letra. En tiempos donde la virginidad es un mito es mucho más difícil cumplir con la promesa de hacerse desear, pero hay un tipo de mujeres que saben hacer perfectamente la tarea: las calienta todo público.

Nadie comprende muy bien los móviles de estas hábiles mujeres, pero muchas veces es posible que ni se den cuenta. Para ellas, el común denominador es mostrarse muy sueltas de ropa en revistas y TV, para luego sacar a relucir y dejar a los hombres absolutamente calientes.

En un reportaje dado a la prensa del corazón espectacular morocha Silvina Escudero, una de las mujeres más impactantes y deseadas por los argentinos, sorprendió al revelar que tendría sexo con una mujer. Y hasta dio nombres de famosas con las que le gustaría ir a la cama.

«Me encanta ser femenina, una reina, una princesa. Pero re tendría sexo con una mujer. ¡Re!», contestó en la entrevista con el portal Minitah.

«Si fuera hombre, para formar una familia elegiría a mi hermana Vanina. Es todo. Para lo otro, a una bomba. Rocío Guirao Díaz o Karina Jelinek. Son dos bombas», agregó.

Por último se refirió a la importancia del tamaño. «Me importa el compromiso y la pasión. Todo suma, pero es secundario. El tamaño les importa a los hombres, es un tema de ellos. ¡Pobres, no se pueden operar las lolas como nosotras!», concluyó.

Luego de aclarar que no propone ni acepta tener sexo en una primera cita («me gusta el romanticismo, que me conquisten, que la remen», detalló), Silvina negó que el tamaño del pene sea un tema clave para su vida. «Me importa el compromiso y la pasión. Todo suma, pero es secundario. El tamaño les importa a los hombres, es un tema de ellos. ¡Pobres , no se pueden operar las lolas como nosotras!», marcó.

Sobre el transito comentó «Creo que el 20% de mi sueldo se va a multas, grúas por mal estacionamiento, ¡tengo que pagar fortunas!»