El valor de sumar a los abuelos en la crianza de los niños

Por Jesica Iervasi, directora médica y gerontóloga de Residencia Manantial (www.manantialghumano.com.ar).

Los abuelos son una figura fundamental en el sostén familiar. Ellos aportan toda su sabiduría, cariño y experiencia, y son parte importantísima en el desarrollo y crecimiento de los nietos. Todos los abuelos son grandes transmisores de valores y vivencias, por eso es importante que participen en la crianza de los niños.

Los abuelos han evolucionado y poseen la combinación perfecta entre la experiencia de haber criado hijos, y muchos, a la vez, haberse aggiornado al mundo de hoy, de las tecnologías, teniendo una mayor vida social y más activa, eso les permite estar actualizados, comprender mejor las problemáticas actuales y que sus intervenciones sean más ricas aún.

Para que sus aportes den sus frutos y sean efectivos, la relación entre padres y abuelos debe ser libre, sin pruritos, ni celos, respetando mutuamente sus opiniones y hábitos.

Los abuelos debieran centrarse en los aspectos más agradables del cuidado y la protección de los nietos, concediendo algunos caprichos pero siendo capaces de poner límites, todo de una manera más relajada ya que no son ellos los que tienen la responsabilidad de formar a los pequeños para el mundo.

Es importante mantener el diálogo fluido entre abuelos e hijos, teniendo claro cada unos su rol para que no se produzcan confusiones. Los abuelos no deben confundir su papel y deben respetar los criterios y lineamientos que sus hijos inculcan a sus nietos, aunque estos seas diferentes a los propios. Los adultos mayores pueden proponer, pero los padres, en definitiva, son los que deciden. Además, tampoco deben criticar a los padres con sus nietos, ni dar órdenes contradictorias, o sabotear la autoridad paterna aún en el completo disenso (exceptuando situaciones de maltrato, violencia o riesgo).

Los abuelos contribuyen a mantener los valores familiares, a sostener el vínculo entre generaciones, ayudan en la crianza y en la educación, intentando muchas veces ser el nexo entre padres e hijos y contribuir en la mediación. Son un gran apoyo emocional, a veces económico, y con su sabiduría y experiencia con su participación se encuentran muchas de las respuestas a problemas que tienen los padres y que ellos mismos también han vivido.

Sin duda son las personas mas indicadas para cuidar a los niños en ausencia de sus padres, recordando siempre que son abuelos, no niñeros. Cuando las generaciones comparten, ambas se nutren, crecen y, para los abuelos, es una forma de renovarse.

Hay numerosas actividades que pueden hacer juntos: dibujar, compartir historias, recuerdos, hobbies (tocar algún instrumento, conocer sobre plantas, aprender un idioma), escuchar música, cocinar recetas familiares, jugar a juegos antiguos (cartas, balero, dados, domino, figuras de papel) para que los niños los conozcan que se pueden divertir de otra manera, y jugar a juegos modernos (play, computadora, celular) para el intercambio de aprendizajes.

El vinculo entre abuelos y nietos es mágico, es una relación maravillosa basada en la experiencia, el respeto y el amor mutuo, y tanto su imagen, sus recuerdos, sus legados, sus vivencias y consejos son verdaderos aprendizajes para la vida.