Carlos del Frade fue distinguido en la Legislatura porteña

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 23 de septiembre de 2016. El periodista, escritor e investigador rosarino y diputado provincial de Santa Fe por el Frente Social y Popular, Carlos del Frade, recibió hoy un reconocimiento por ser el autor, junto a Oscar Ainsuain, del libro “Nuevas dependencias. A 200 años de la declaración del 9 de Julio”, declarado de interés cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, presentó la trilogía editorial, realizada durante el 2016, que incluye otros dos títulos: «De titiriteros y dignidad» y «Geografía narco”.

“Es un orgullo para esta Legislatura tener aquí a un luchador incansable por nuestros jóvenes, como Carlos del Frade”, aseguró el diputado porteño Adrián Camps, autor del proyecto de declaración. Además, destacó que la importancia del libro radica en “traer al presente la realidad argentina de aquel momento de la independencia, lo que estaba en disputa, que aún hoy, 200 años después, continúa irresuelto. Nos obliga a preguntarnos, a reflexionar, sobre ese pasado y sobre las perspectivas hacia el futuro, cosa que nunca hicimos como país. De hecho, llegaron los festejos por el Bicentenario, vino el Rey de España, pero ningún Presidente latinoamericano”.

“Otra de las cosas que Carlos nos muestra en el libro, y que muchos de nosotros desconocíamos, es qué pasó con los constituyentes del Congreso de Tucumán, qué fue de sus vidas, qué paso con cada uno de ellos. Y la verdad es que fue bastante trágico. Y ese final refleja, en gran parte, la tragedia de la República Argentina: Un problema no resuelto hasta nuestros días, que se ve claramente en nuestros ciclos de gobierno, que van de un extremo al otro”, agregó el legislador porteño.

Por su parte, Carlos del Frade explicó el por qué estos libros constituyen una trilogía: “Lo que vengo a presentar tiene que ver con lo que significa la historia en el presente de cada uno de nosotros. La historia nunca habla del pasado; la historia siempre habla del presente. El historiador toma una parte del pasado para justificar o cuestionar el presente. Y es en ese cuestionamiento donde aparecen los necesarios valores que nos van haciendo a nosotros, algo que genéricamente definimos como argentinos. Yo creo que hay una planificación de la ignorancia, que tiene que ver con la valoración de la historia, porque si vos no conocés dónde están tu cabeza y tus pies, muy difícilmente lo vayas a defender, porque no querés aquello que no conocés y no defendés aquello que no querés. Entonces, hay una planificación para tomar distancia del lugar en donde nacimos, donde amamos, donde amaron y vivieron nuestros viejos. Y la historia tiene que ver con eso”.

Y también se refirió a la importancia que tienen las palabras en lo que somos: “Cuantas más palabras tenemos, más libres somos; cuantas menos palabras tenemos, más violentos nos volvemos. No es casualidad que, en 1975, en Argentina manejábamos cada uno de nosotros 8 mil palabras; en el 2005, 30 años después de saqueo permanente, también nos saquearon las palabras: 800 cada uno manejamos. Y cuando vos no tenés palabras para decir, no tenés palabras para pensar, no tenés palabras para decir lo que sentís; por lo tanto, cuando no tenés palabras propias, terminás repitiendo las que otro te impone. Por eso, en 2010, el dato del censo fue brutal: el 50% de la población adulta solamente terminó la secundaria. Estamos en un país donde se planificó la ignorancia”.

“Por eso, estos tres libros están unidos. En este presente que vivimos, hablar de los 200 años de la declaración de la independencia, de los 40 años del terrorismo de Estado y de lo que está pasando hoy con el discurso, con el relato del combate contra el narcotráfico nos vuelve a poner en la sintonía de qué hacemos cada uno de nosotros con la vida. El desafío es qué hacemos cada uno de nosotros para volver a tener la posibilidad de vivir con gloria e instalar en el trono de la vida cotidiana la noble igualdad. Por eso venimos a presentarlos. Para volver a poner palabras, porque cuando no hay palabras hay violencia y las víctimas son siempre pibes y pibas menores de 30 años. ¿Somos simples testigos o nos hacemos protagonistas de luchar por lo que queremos? Porque si no luchamos por nuestras hijas, por nuestros hijos, terminamos viviendo indefectiblemente lo que no queremos”, finalizó del Frade.