Libertador y Gorostiaga: Fuga de agua provoca caos de tránsito

Fuga de agua provoca caos de tránsito y suspensión, detención o interrupción la actividad en la escuela Granaderos. Hasta el lugar llegó personal de AySA para hacer reparaciones en la tubería.

La rotura de un caño sorprendió y complicó las primeras horas de la mañana de los vecinos de Palermo. La fuga de agua, en Libertador y Gorostiaga, provocó caos de tránsito y hubo que suspender la actividad en la escuela Granaderos.

Según el testimonio de los vecinos, hasta el lugar llegó personal de AySA, empresa prestadora del servicio, que realizaba reparaciones en la tubería afectada.

Por el operativo y la abundante presencia de agua sobre la calle, parte de la Avenida del Libertador se vio bloqueada, lo que generó inconvenientes en la circulación en plena hora pico en la zona del barrio porteño y alrededores.

En la Argentina 8,5 millones de habitantes carecen del servicio de agua potable.

Los encargados de los edificios despilfarran muchísimos litros de agua todas las mañanas cuando limpian las veredas con manguera y sin cerrar la canilla. Esta costumbre implica que cada 10 minutos se pierdan 50 litros que no pagan.

Modificar pequeños hábitos cotidianos en el uso del agua no sólo contribuye a cuidar un recurso escaso y no renovable. Es que reducir su consumo también puede tener un beneficio para el bolsillo del usuario: las empresas podrían bajar el costo del servicio porque tendrían que producir menos agua potable, según explican expertos de AySA.

Haciendo un uso racional del agua, los 270 mil clientes de Capital y el conurbano que tienen medidor pueden controlar mejor su gasto y ahorrar entre un 5 y un 10 por ciento por mes.

El agua es un elemento vital: es un recurso escaso porque sólo el 3 por ciento del total del agua del planeta es dulce y de ese pequeño porcentaje una parte puede ser potabilizada a un costo razonable. De allí, la importancia de tomar conciencia de la necesidad de cuidarla.

Encargados
Según cifras de AySA, si los 100.000 edificios que reciben agua en la zona de la concesión limpiaran la vereda durante 30 minutos se produciría el equivalente para abastecer a 100.000 personas.

Los encargados están obligados a usar pistolas de riego que permiten el corte automático y evitan el derrame. De esta forma se podrá reducir aproximadamente a la mitad el uso del agua para lavar las veredas, pero igual le dan al agua sin parar por que no hay control ni de los propietarios, ni de los administradores, ni del gobierno, ni de AySA.