El Planetario ofrece un espectaculo para ciegos y personas con baja visión.

Una propuesta que le permite a los ciegos conocer las estrellas

Ver el cielo y las estrellas y aprender el misterio que encierran las constelaciones es una experiencia que, gracias a las nuevas tecnologías, el Planetario ofrece a ciegos y personas con baja visión durante una función especialmente pensada para ellos.

La propuesta que hoy se llama «El Cielo al alcance de la mano» comenzó hace 15 años pero se renueva constantemente gracias a los avances de la tecnología, y la preocupación por incluir a personas con discapacidad visual.

«Esta renovada versión permite ‘ver’ el brillo de las estrellas, saber cuáles son más cálidas, cuáles más frías y los colores que cada una tiene, en base a las ondas sonoras y la percepción táctil», dijo Walter Germaná, divulgador científico y astrónomo (amateur) del Planetario de Buenos Aires.

Esta versión del Planetario incluye a los ciegos y personas con baja visión porque utiliza un mapa semiesférico que permite a través del tacto y de la audición conocer el cielo y todos sus astros.

«Los colores se pueden trasmitir a través de la noción de temperatura, y ésta a través de ondas sonoras agudas o graves; el brillo, mediante los tamaños de los puntos con los que se representan las estrellas palpables en la semiesfera que se les entrega a cada participante», dijo Germaná antes de recibir al grupo de alumnos de la Escuela 37 «Francisco Gatti» que hoy asistió a la actividad.

Acompañados por sus docentes, los alumnos (adultos) de esa institución -que reciben rehabilitación (braille, y orientación para la vida diaria) y capacitación en oficios (marroquinería, encuadernación, carpintería, velas y jabones, y cepillería)- llegaron al Planetario a las 14 y se dirigieron a la sala de la cúpula, donde Germaná los esperaba con un mapa semiesférico para cada participante.

Antes de comenzar, el divulgador aclaró que «el Planetario, por ser táctil y auditivo, permite por medio de esos mapas táctiles, saber cuán caliente o cuán fría es una estrella, a qué color y sonido corresponde cada temperatura (roja-fría-grave) y (azul-caliente-aguda); y cuáles son más brillantes, al asociarlas con el tamaño de los puntos que representan (chicos-poco brillo) (grandes-mucho brillo)».

Con guión ágil y compacto, y sonidos complementarios, los participantes localizan las estrellas a través de un ‘hilo-guía’ identificable al tacto: «¿ven la primera estrella?», preguntó Germaná mientras invitó a «conocer el cielo con las manos y los oídos», a través de esa esfera celeste que distribuyó a cada uno de los participantes, quienes se concentraron en responder las consignas.

«La vivencia es sonora y táctil y puede suceder en simultáneo con la función para el público general por eso es inclusiva. Eso hace la diferencia», señaló un alumno de la escuela 37.

Para Rocío Nicolaci, docente especializada en discapacidades visuales, que acompañó hoy al grupo, estimó «que el Planetario es una oportunidad muy buena porque no hay muchos eventos que contemplen la accesibilidad que nuestros alumnos necesitan».

«El concepto del cielo, las estrellas y los planetas es muy abstracto para ellos», añadió Nicolaci, que valoró la actividad porque «les permite acceder al conocimiento a través de un mapa táctil y la información sonora. La propuesta es positiva y enriquecedora».

Mientras que para Rocío Caballero, otra docente de la 37, «la información que aporta la actividad es muy completa y de calidad. Sabíamos que esto iba a ocurrir. Los vemos concentrados, completamente volcados a aprovechar al máximo la función», dijo.

Son unos 25 dispositivos (uno para cada una de las personas que integran el contingente) cuya pieza más importante es un cielo semiesférico táctil -como un casco sonoro de unos 30 centímetros de diámetro, con más de 30 estrellas y varias constelaciones-.

Como los dispositivos son transportables permiten que la actividad se haga en cualquier lugar del país e incluso en Uruguay, lo que ha ocurrido en varias oportunidades desde hace 15 años.

El objetivo de «El cielo al alcance de la mano» -con su relato grabado o en vivo, musicalizado y ambientado- es acercar a las personas con discapacidad visual al conocimiento del cielo, de las estrellas, y de la astronomía en general.

«El conocimiento es un derecho, y como tal, debe ser accesible para todos. Durante cada presentación los participantes ‘viajan’ por el cielo, identificando estrellas, constelaciones, y el trazado de la Vía Láctea, y al mismo tiempo, acceden a distintas nociones astronómicas, especialmente aquellas que tienen que ver con las estrellas», informaron desde el Planetario.

«Tener un globo con surcos y datos táctiles nos ayuda a ver lo que relata el divulgador. Es maravillosa la experiencia», señaló una alumna de la 37, escuela ubicada en el barrio porteño de Monserrat.

Otro estudiante que participó de la experiencia dijo: «El mapa que simula el universo me ayudó a viajar guiado por un relato ameno y fácil de seguir que me permitió descubrir más de 30 estrellas».

Según informaron los organizadores de la propuesta, en esta tercera versión se incorporaron modificaciones y mejoras con respecto a las que se lanzaron en 2001 y 2004.

Por un lado, el nuevo guión incluye sonidos complementarios cuidadosamente tratados; y por el otro, el mapa celeste táctil es muy superior ya que las estrellas en relieve ahora tienen diferentes tamaños, y colores, teniendo en cuenta que el dispositivo también está dirigido a personas con baja visión.

Los interesados pueden ingresar a www.planetario.gob.ar para concertar la visitas con determinadas condiciones o escribir a: wgermana@buenosaires.gob.ar