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Estilo escandinavo: cómo iluminarlo.

El estilo escandinavo o nórdico se caracteriza por la gran presencia de madera, siempre tendiendo a clara, combinada con capas de laqueado blanco. A esto se suman las formas más bien geométricas, que encajan perfecto en un espacio estudiado, con un uso muy inteligente de cada centímetro.

Casi minimalista, este estilo no utiliza molduras, detalles barrocos ni una sobredosis de colores. Así, la iluminación también se mueve dentro de estos parámetros. Por lo general se pueden ver lámparas colgantes de madera (tallada o por superposición de tiras) o que giren entre los tonos blancos y neutros (beige, tiza, arena).

En este estilo la iluminación natural tiene una gran preponderancia, por eso los grandes ventanales. Como las paredes suelen ser blancas (la caja tiende a no tener aspectos que sobresalgan) es fácil conseguir empapar el espacio con mucha luz. Al necesitar luz artificial también se busca que todo el lugar tenga una gran carga de luz, y se evita la presencia de juegos de sombras, pues éstos perjudican la disposición armada en el ambiente.

En cuanto a equipos, se suelen usar las lámparas colgantes en forma de semiesfera o grandes esferas transparentes para que la luz llegue a todos los rincones. Para las lámparas de pie, se suele optar por diseños que terminan en la mencionada esfera, pero también se ven mucho los diseños que son de brazo articulado. Estos últimos son ideales para rincones de lectura y también como lámparas de mesa (en escritorios, mesas de luz y más).

Funcionalidad y liviandad son las claves de este estilo que apela siempre al diseño inteligente.