El aula conectada

Dispositivos inteligentes + conectividad = estudiantes más inteligentes… Los dispositivos conectados tienen el potencial de revolucionar la educación y el entorno en el que se lleva a cabo

​A medida que la tecnología que sustenta la sociedad evoluciona, existe una clara necesidad de que las escuelas desarrollen estudiantes que puedan dominar campos complejos como la robótica y la inteligencia artificial. Sin embargo, la adopción de nuevas tecnologías en la educación misma ha sido relativamente lenta. De hecho, los dispositivos que los alumnos utilizan constantemente en su vida cotidiana, como los teléfonos inteligentes, a menudo son prohibidos en el aula.

Sin embargo, poco a poco, los dispositivos conectados están empezando a infiltrarse en las escuelas. En el aula, los libros electrónicos y las tabletas ya están en uso, y no pasará mucho tiempo antes de que los auriculares virtuales y de realidad aumentada se vuelvan comunes. Además, hay sensores en los pasillos, las entradas y los vehículos escolares; pantallas, luces y cerraduras inteligentes; y todo tipo de pulseras de fitness y dispositivos wearable.

Todos estos ejemplos pueden mejorar la experiencia de aprendizaje tanto para estudiantes como para profesores. Aquí damos una mirada a algunas de las aplicaciones del IoT que ya están demostrando un avance, así como a posibles innovaciones futuras.

Pupils learning using connected devices

1. En el aire

Dependiendo de su edad, probablemente asocie el aprendizaje en el aula con un maestro escribiendo en una pizarra con tiza, mientras usted toma notas en un cuaderno de ejercicios.

Sin embargo, cada vez más, este enfoque tradicional está siendo reemplazado por un sistema en el que cada alumno tiene una tableta y los profesores usan pizarras digitales que se conectan de forma inalámbrica a ellos, lo que permite a la clase colaborar y compartir material en tiempo real. Esta tecnología implica que ni siquiera sea necesario que el estudiante se encuentre en el aula para participar en la lección. Entre otras cosas, esto permite a las universidades ofrecer cursos de aprendizaje a distancia en tiempo real a un mayor número de estudiantes.

Un ejemplo extremo de esto es Australia’s School of the Air (la escuela del Aire de Australia). Desde la década de 1950, este sistema ha conectado a los alumnos de áreas remotas del Outback (el interior remoto y semiárido de Australia) mediante lecciones difundidas en la radio. Ahora los profesores pueden dar lecciones en línea con una cámara de video y una pizarra digital, mientras los estudiantes miran y responden a través de una cámara web conectada a su computadora.

En una escala más grande, el Skype-a-Thon anual, por el que las clases escolares se conectan y colaboran con estudiantes de todo el mundo, es cada vez más popular, con más de tres millones de millas virtuales cubiertas en el primer día del evento de 2016.

2. Continúe llevando la tablet

El uso creciente de las tablets en las escuelas es, en sí mismo, un avance significativo en el sistema basado en libros que ha dominado la educación durante un siglo. Es divertido usarlas (por no mencionar que son mucho más livianas en comparación con una pila de libros), y hay suficientes investigaciones que demuestran que mejoran los resultados educativos.

3. La próxima generación

En muchas aulas, el IoT no es solo el vehículo para aprender, sino el objeto. La tecnología que hace unos años fuera de vanguardia estará en todas partes para el momento en que los escolares de hoy en día hayan crecido, y nunca es demasiado pronto para aprender cómo funciona. Eso es lo que muchos están haciendo, utilizando dispositivos como el Raspberry Pi que se conecta a sensores y otros objetos.

Intel ha creado una placa de desarrollo específicamente para su uso en la educación, la placa de Galileo. Los alumnos pueden aprender a conectar entradas de hardware (sensores de temperatura, interruptores, etc.) con salidas de hardware (LED, motores, etc.), y luego escribir un programa simple que indica a las salidas cómo responder a las entradas.

4. El arte de la concentración

Otra empresa tecnológica con una idea innovadora para las aulas es Bosch. En una escuela en Austria, ha probado Quantified Art (Arte Cuantificado), cuadros que contienen sensores inteligentes que controlan la temperatura ambiente, la presión, la humedad y los niveles de CO2 y provocan cambios de color en la imagen para alertar a los profesores sobre las fluctuaciones del entorno que pueden afectar la concentración de los estudiantes y su capacidad de aprendizaje. Si también se instalan sistemas de calefacción y ventilación conectados, pueden adaptar las características ambientales del aula para optimizar los niveles de concentración.

5. «Aquí estoy» «Lo sé»

Una característica de la jornada escolar tradicional es tomar lista, a menudo una formalidad que requiere tiempo. Sin embargo, podría volverse obsoleta si todos los alumnos usaran pulseras inteligentes como la Nymi Band, que utiliza los patrones del latido del corazón para verificar la identidad. (Ya se está utilizando como medio de autenticación en el lugar de trabajo.) La asistencia se registraría automáticamente, y el profesor podría dar una mirada para verificar si alguien está ausente.

Alternativamente, los teléfonos móviles habilitados con tecnología NFC pueden actuar como una tarjeta/llave sin contacto para proporcionar a los usuarios autorizados acceso conveniente y seguro a edificios, equipos, redes y más. Los estudiantes que los usan de esta manera podrían registrarse automáticamente en el campus.