Soy adulto…debo vacunarme? ¿Qué vacunas debo recibir según mi edad?

¿Qué vacunas debo recibir según mi edad, trabajo, estilo de vida, afecciones, los lugares a donde viaje y las vacunas que haya recibido en el pasado?

La necesidad de vacunarse no termina al hacerse adulto pero muchos no lo saben y el gran desconocimiento parte porque desde su origen las políticas públicas sobre inmunizaciones se enfocaron en los niños, pero durante los últimos 10 años la Organización Mundial de la Salud ha impulsado una transición hacia el resto de la población.

“La inmunización a través de las vacunas a los adultos ofrece varios beneficios, protege en forma directa a los más chicos, a los adultos (se reduce la circulación de virus y bacterias), y alivia al sistema de salud: al invertir en vacunas, se gana en salud, y se realizan menos tratamientos de la enfermedad y sus secuelas” advierte el Dr. Marcelo del Castillo, infectólogo recomendado por la cobertura médica William Hope. Director de la Carrera de Infectología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica Argentina y Jefe de Infectología de FLENI.

En la Argentina, las personas mayores tienen garantizado el acceso a 4 vacunas eficaces y seguras, aunque muchos las desconocen y no las reciben en el momento que corresponde.

 Vacuna doble adultos contra el tétanos y la difteria. Esta vacuna debe ser recibida por toda la población adulta con refuerzos cada 10 años. Las personas que no están protegidas contra el tétanos, (infección grave causada por una toxina generada por una bacteria que se puede transmitir por heridas, punciones sucias o quemaduras en cualquier persona no vacunada) deben hacerlo. Y por otro lado, las personas que recibieron la vacuna contra la difteria cuando eran pequeñas, con el transcurso del tiempo puede ir perdiendo la inmunidad por eso la importancia de volver a aplicarla. Esta infección bacteriana se propaga fácilmente a través de los estornudos y la tos, y si bien en la actualidad su frecuencia es menor, sus complicaciones pueden ser muy graves.

 La vacuna contra la hepatitis B. La hepatitis B es una infección viral que afecta al hígado y se transmite por contacto especialmente con la sangre de una persona infectada o a través de las relaciones sexuales. En el mundo, más de 686.000 personas mueren cada año ya que el virus de la hepatitis puede producir cirrosis y cáncer hepático en las personas no vacunadas. Para estar protegidos, los adultos deben que recibir 3 dosis de esta vacuna. La segunda dosis se debe dar un mes después de la primera y la tercera se debe aplicar a los 6 meses de haber recibido la primera dosis.

 La vacuna antigripal. Después de muchos años de campañas públicas a favor de la inmunización, se incrementó el número de vacunados contra la gripe. Esta vacuna se debe recibir anualmente en el otoño. Las personas que trabajan en instituciones de salud o convivientes con enfermos oncohematológicos o con bebés prematuros menores de 1.500

gr también deben recibirla para disminuir la circulación del virus en el grupo familiar. La gripe es más frecuente entre los mayores y las complicaciones que pueden aparecer después de una gripe, en particular las neumonías bacterianas graves, suelen darse generalmente en las personas no vacunadas

 La vacuna contra el neumococo, es otra gran aliada para los mayores. Se debe recibir una dosis después de los 65 años pero no todos los adultos lo saben. Esa única dosis que brinda protección contra las cepas más frecuentes del neumococo; una bacteria que se transmite de persona a persona a partir de la tos y los estornudos. El neumococo puede producir enfermedades como la neumonía y la meningitis. Al estar protegido por esta vacuna se disminuye el riesgo de complicaciones graves de la neumonía por neumococo, la causa más común de neumonía bacteriana.

 Además, y de manera opcional, se sugiere la vacuna contra el virus Herpes zóster que causa el trastorno popularmente conocido como “culebrilla”. Esta vacuna está indicada para los adultos mayores de 50 años (hayan padecido o no la enfermedad). En realidad, es el mismo virus que causa la varicela en los niños, que permanece latente en el cuerpo y se manifiesta como “culebrilla” en los adultos. La reactivación del virus genera erupción en la piel y cosquilleo. Para prevenir que el virus “se reactive” y evitar la complicación, los mayores de 50 se pueden colocar una dosis única contra el Herpes zóster, que es una versión más concentrada de la vacuna contra la varicela que reciben los niños. La vacuna no está incluida en el calendario oficial de la cartera de salud nacional.

Para los viajeros
Es importante, si uno viaja; estar al día con todas las vacunas recomendadas antes de viajar al extranjero. Algunos viajes internacionales pueden presentar un mayor riesgo para la salud, en particular los que tienen como destino a áreas rurales y países en desarrollo. Estos riesgos dependen de una variedad de factores, por ejemplo:

• El lugar adonde viaja
• Las actividades que hará durante el viaje
• Su estado de salud
• Las vacunas que haya recibido

Por lo tanto, cuando se va a viajar a lugares como los ya mencionados se debe consultar al médico para obtener información sobre qué vacunas adicionales se deben recibir.