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No saltearse el desayuno y 40 minutos de ejercicios, claves contra el sobrepeso infantil.

Comenzar el día con un buen desayuno y hacer actividad física 40 minutos al día ayuda a prevenir el sobrepeso en la infancia y adolescencia, un problema que afecta al 30% de los menores de 20 años.

Escuelas, ONG´s y centros de salud de la provincia realizaron la semana pasada más de 400 actividades destinadas a la prevención del sobrepeso y la obesidad, a partir de una convocatoria del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires para sumar acciones a la campaña “Armando Salud”.

Según un sondeo -que contiene mediciones del Índice de Masa Corporal en escuelas sobre 138.803 alumnos de entre 3 y 20 años-, el 29,9 por ciento de los chicos tiene exceso de peso mientras que el 16,8 trepa a niveles de obesidad. Estas cifras se han mantenido estables durante la última década.

Este año, el ministerio provincial promovió actividades deportivas y recreativas basadas en el lema “Empezá el día con un buen desayuno”, con la intención de promover este hábito saludable sumado a una actividad física diaria que, en edades pediátricas, no debería ser inferior a los 40 minutos diarios.

El ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, explicó que “para prevenir el exceso de peso la clave está en la variedad de la alimentación y en la actividad física regular, ambos hábitos deben estar presentes en los chicos y también en los adultos”.

Para los especialistas es fundamental que desde la primera infancia los adultos motiven a los chicos para hacer deportes o actividades físicas frecuentes, en lo posible diarias y que les resulten entretenidas, como andar en bicicleta o en patines y participar de juegos que requieran fuerza y movimiento.

“La actividad física regular previene enfermedades cardiovasculares, neuromusculares y metabólicas como la diabetes pero, además, garantiza procesos saludables de crecimiento, maduración y desarrollo: esto significa que el ejercicio va a tener un rol clave en la secreción de hormonas y en la respuesta de sus receptores”, detalló el funcionario.

El ministro explicó que un chico que está más de dos horas sentado ya se considera sedentario y, por lo tanto, presenta un factor de riesgo mayor de sobrepeso, colesterol, hipertensión y diabetes tipo 2.

En tanto, la nutricionista María Laura Sansalone, coordinadora de la Campaña Armando Salud, sostuvo que “las nuevas tecnologías como internet y los juegos de consolas, sumados a la televisión, derivan en que la mayoría de los chicos sean sedentarios y esta condición los expone a riesgos de enfermedades que antes eran propios de los adultos”.

La nutricionista consideró que “muchos chicos y adolescentes saltean el desayuno y esto es un problema porque se trata de la comida más importante del día, que aportará energía para aumentar la concentración, la memoria, la capacidad física y mental ya sea para jugar, hacer deportes o aprender”.

Según Sansalone, el desayuno no se encuentra instalado a modo de hábito en buena parte de las familias argentinas. Por eso, es prioritario fomentarlo: “No hace falta una gran preparación, basta con que tenga, por ejemplo, leche, algo de pan, manteca y queso”, aunque será más nutritivo si se le suma una fruta de estación o un jugo natural y una porción pequeña de algo dulce.

A la mañana las personas deben reponer la energía tras varias horas de sueño sin ningún tipo de ingesta. Respetar el desayuno, indican los expertos, ayuda a evitar el “picoteo” permanente en horarios inadecuados, una costumbre que suele derivar en malas selecciones, porque se come lo primero que se tiene a mano, y en el consiguiente riesgo de sobrepeso.

Luis Crovetto, director provincial de Atención Primaria de la Salud, brindó algunos consejos para poder concretar estas prácticas saludables, como la necesidad de empezar el día con un buen desayuno e incorporar al menos tres veces al día lácteos.

También resaltó la importancia de sumar a las comidas dos raciones de verduras y tres frutas de distintos colores y pidió “elegir alimentos con menor contenido de grasas, azúcar y sal”, para lo que sugirió «leer las etiquetas con la información nutricional de los alimentos» para poder elegir los que son reducidos en sal, grasas saturadas, colesterol y azúcar.

Además, Crovetto recomendó tomar entre 6 y 8 vasos diarios de agua e hizo especial hincapié en la conveniencia de hacer actividad física y estirar los músculos todos los días.