Los militantes k continúan pasando vergüenza ajena. Mientras en los fondos de los barrios pobres y humildes llegan facturas impactantes e impagables, y los vecinos y tienen graves problemas con la delincuencia barrial, ayer se dio a conocer que la ex presidenta continúa con graves privilegios que los militantes de base no pueden explicar y deben tragar mas de 70 a 80 sapos juntos. ¿es el empacho de bolsos y sapos los que los mueve en su lamentable militancia?.
La ahora ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich , aseguró que «el Estado le paga entre 70 u 80 custodios a Cristina Kirchner» y generó que la mesa del programa de Alejandro Fantino se encendiera en preguntas. En medio de un debate acerca las cuentas de seguridad de la hija de la ex presidenta, Florencia Kirchner , el periodista Eduardo Feinmann comentó que los custodios de Cristina la habrían acompañado para asegurar traslado de los dólares a las cajas de seguridad del Banco Galicia en Microcentro.
«Nosotros no le estamos pagando los custodios a la ex presidenta para que vayan a llevar dólares a cajas de seguridad», remarcaba enardecido Feinmann hasta que Bullrich lo interrumpió y aseguró que «todo ex presidente de la Nación tiene que tener una custodia y esa custodia puede ir a su familia. Eso está claro y está dentro de la Constitución». El periodista se enojó y le preguntó si debían hacer ese tipo de custodias y la Ministra dijo: «Nadie puede ser obligado a hacer algo que es ilegal».
La temperatura de la conversación de a poco fue subiendo y Feinmann le preguntó sin más tapujos: «¿Cuántos custodios tiene Cristina?», a lo que Bullrich respondió: «Y. aproximadamente entre 70 y 80». La Ministra justificó la cantidad asegurando que la ex mandataria «tiene varios domicilios».
La respuesta para Feinmann no fue suficiente y sentenció: «¿Y a mí que me importa que tenga muchos domicilios? ¿Porqué con nuestros impuestos tenemos que bancarle ochenta custodios a la ex presidenta? ¡Alfonsín tenía cuatro!»
Poema de
Baldomero Fernández Moreno, sobre el edificio de Av. Corrientes y Av. Pueyrredón.
Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor.
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?
La piedra desnuda de tristeza
¡dan una tristeza los negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta lleno de ilusiones?
¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín?
¿En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín?
Si no aman las plantas no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave…
¡Setenta balcones y ninguna flor!
