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Felicies fiestas. Fiestas romanas. Saturnalia en el Jardín Botánico.

Saturnalia es el nombre de un grupo escultórico hecho en bronce patinado que representa la festividad homónima que se practicaba en la Roma antigua y finalizaba con la realización de orgías y gente emborrachándose. La obra, realizada en 1900, es del italiano Ernesto Biondi y recibió críticas contrarias debido a la temática que en ella se representaba.

La escultura original se encuentra en la Galería de Arte Moderno de Roma, mientras que en el Jardín Botánico de Buenos Aires se halla una copia realizada en 1909.

Tipo Grupo escultórico
Ubicación El original: en la Galería de Arte Moderno de Roma. Una copia: en Buenos Aires, en el Jardín Botánico Carlos Thays
Autor Ernesto Biondi (italiano)
Inauguración Original: 1900; Copia: 1909
Características Realizado en bronce patinado. La obra se desarrolla en forma horizontal
Dimensiones Las diez figuras humanas están realizadas a escala real.

En el año 1900, el italiano Ernesto Biondi (1855-1917), exhibió su obra Saturnalia en la Exposición de París, en la cual había trabajado los últimos diez años, y obtuvo el primer premio.
En la obra están representadas diez figuras, de distintas clases sociales de la Roma antigua: desde prostitutas y esclavos hasta patricios y gladiadores, tomando parte de la Saturnalia, fiesta en honor al Dios Saturno, que consistía en beber y comer en abundancia para luego dedicarse al placer en una orgía desenfrenada. Todas las figuras mostraban un aire de decadencia y a muchos no les gustó el trabajo por su temática.
El argentino Hernán Cullen Ayerza (escultor, abogado y diplomático), la adquirió en 1907, cuando era secretario de la embajada en Roma, y había estudiado con Biondi. Le propuso a éste realizar un calco de la obra con la idea de venderla a la Municipalidad de Buenos Aires, para embellecer la ciudad. Así surgió la única copia de la obra, que al llegar a Buenos Aires, el 14 de febrero de 1910, tuvo que permanecer en la aduana hasta 1912, pues no contó con el apoyo de los funcionarios porteños debido a la temática de la obra. Entonces Ayerza la emplazó en el jardín de su residencia (Esmeralda 1275). Cuando murió, en 1957, siguiendo lo expresado en su testamento, fue donada al Museo Nacional de Bellas Artes, en Buenos Aires. Pero en corto tiempo el museo la entregó en calidad de préstamo a la Municipalidad, quien la conservó en depósito. En 1963, a las dos semanas de la asunción del presidente Arturo Umberto Illia, se la ubicó en el Club Ciudad de Buenos Aires. Durante el auto llamado Proceso de Reorganización Nacional, última dictadura militar argentina (1976-1983), se la trasladó al Centro Cultural General San Martín, pero en 1981 se decidió censurarla y quedó perdida en un depósito municipal.
En 1987, ya en un gobierno democrático, fue rescatada, cubierta de estiércol, de unas caballerizas.1 Entonces, en 1988, se la emplazó en su ubicación actual, en el Jardín Botánico Carlos Thays.

Fiestas romanas
El poeta romano Ovidio escribió en la madurez de su vida un calendario poético llamado Fastos, donde describe las diversas fiestas romanas y las leyendas relacionadas con cada una de ellas. Escribió un libro por cada mes del año de los que sólo se conservan los seis primeros.
Los romanos llamaban feriae a las fiestas. La asistencia a las ceremonias era pública pero no obligatoria. Se interrumpía el comercio, el trabajo y los procesamientos, además de que se debían evitar las pendencias y las peleas de particulares. Los esclavos efectuaban sus labores y también algunos animales, con excepción de los equinos.
Las fiestas tenían por lo general un carácter religioso (rl historiador griego Polibio dice que los romanos eran más religiosos que los mismos dioses). Se organizaban tumultosas procesiones en las que los protagonistas llevaban máscaras que representaban a los genios de la Tierra y la fecundidad. Se cree que estos cortejos dieron origen a las representaciones de teatro. Algunas de estas manifestaciones fueron prohibidas por el Senado Romano a partir del año 186 a. C., como ocurrió con las Bacanales, pero las sectas místicas y el pueblo siguió guardando la tradición hasta bien entrada la época imperial.
Feriae latino, era una fiesta anual, que se celebraba en el monte Albano. Era móvil y la fecha la fijaban cada año los cónsules entrantes, durante la reunión que el Senado convocaba en el templo de Júpiter Óptimo Máximo. El dios festejado era Júpiter Latiaro.