Tabuleh Andino

Consumir orgánico, una inversión a futuro.

Muchas veces nos preguntan cuáles son los beneficios de consumir orgánico, pero me surge otra:¿qué riesgos trae consumir verduras, frutas y carnes convencionales?






Muy rara vez somos capaces de asociar un malestar físico a lo que consumimos. Si bien la industria agrícola trabaja con agroquímicos que están aprobados para la salud, no todos los agricultores los usan en las dosis, en los momentos y en los vegetales o frutales para los que están permitidos. Cuando no se lo usa de manera y en los tiempos correctos, entonces el agroquímico trae problemas a la salud. Y este problema no está sólo en las frutas y los vegetales, también en las carnes.

Nuestros abuelos sabían qué llevaban a su mesa porque tenían su propia huerta y su propio gallinero, pero nosotros confiamos a ciegas en nuestros comerciantes, que a su vez confían en sus proveedores, pero realmente no sabemos qué comió el pollo que está en nuestra mesa, ni qué remedios o vacunas les fueron dados, ni en qué condiciones vivió. Lo mismo sucede con las verduras.

Es muy frecuente que la gente diga que no come acelga porque le cae mal, pero la acelga bien producida es rica, nutritiva, natural y digestiva, no hay manera de que caiga mal. Pero si el agricultor no respeta el período de carencia para que luzca linda en la verdulería, por ejemplo, o le aplica el agroquímico de la lechuga porque lo tenía a mano, esa acelga pasó a ser tóxica para nuestro cuerpo. Uno no lo sabe hasta que no lo sufre.

Salvo en poblaciones «fumigadas» por estar cerca de campos de soja o de producción industrial, es difícil asociar que determinadas prácticas productivas fueron las causantes de muchos de los problemas de salud de la población, como tumores, malformaciones y otros más leves, porque estos aparecen tiempo después. Y, luego de añares de andar consumiendo vegetales, legumbres, cereales, frutas, carnes y especias producidas bajo métodos no responsables, donde intervinieron muchas personas. Con un problema de salud encima, ¿a quién le vamos a reclamar? Muchísima gente participó de nuestra alimentación a lo largo de todos esos años, y el daño sobre nuestra salud ya está hecho. Como somos conscientes de cómo se produce en la Argentina, es que en Viandas de la Olla decidimos elegir vegetales orgánicos y carnes de pastura para elaborar nuestras comidas.

Cuestión de costos

Algunos dicen que consumir orgánico es más caro, pero eso no es tan así, depende del cristal con que se mire. Hoy pagamos más por ese tipo de alimentos, pero hay que pensar que una producción responsable requiere de técnicas y controles realizados por personas con experiencia, que aman lo que hacen y que por eso el resultado de su trabajo es de mejor calidad. ​Y si respetamos a esas personas que noblemente trabajan para que la tierra nos regale lo mejor, debemos también respetar su esfuerzo y valorarlas económicamente como un semejante. Ese sueldo humano es más caro que el costo de operar y mantener una máquina, pero nos garantiza la calidad nutricional y saludable en nuestra mesa y el cuidado de la tierra en que todos vivimos. A eso agreguémosle que nos enfermaremos menos, tendremos menos malestares y menos gastos médicos y de farmacia, que son costos ocultos y que se ven con el tiempo. Entonces, ¿sale más caro pagar lo que cuesta por reconocer el trabajo responsable de los productores con el plus de que en el futuro tendré un ahorro importante en salud?

Además, existe la posibilidad de ahorrar de otros modos. Por ejemplo, estas verduras y carnes se pueden utilizar enteros. Así que con el mismo peso de ese producto logramos elaborar más comida, entonces debemos comprar menos. Se sabe que cuanto más se aprovecha del vegetal, más nutrientes le damos a nuestro cuerpo. Cada parte de la planta tiene sus características y el todo hace al equilibrio. Por eso en nuestras viandas vas a encontrar comidas como risottos o muffins, o acompañamientos, con partes de vegetales que en general no llegan a las verdulerías o se descartan en casa, como por ejemplo hojas y tallos de remolachas, hojas de rabanitos, brotes de ajos y cebollas, tallos de alcauciles, flores de albahacas.
Por otro lado, si bien hay estudios que lo demuestran, por experiencia propia puedo decir que a largo plazo una alimentación sin agroquímicos y/o con carnes de animales que pastan favorece la buena salud, y, por ende, se ahorra en gastos médicos y de farmacia. Pero nada mejor que sentirse bien, y eso ocurre cuando a nuestro cuerpo no le ponemos nada artificial, cuando se nutre lo más naturalmente posible con lo que nos da Madre Natura o la Pacha Mama.

Por Andrea Jatar, creadora de De la Olla, www.delaolla.com.