El Espacio de Arte AMIA inaugura “Once”, la nueva muestra fotográfica de Maximiliano Vernazza

El próximo martes 21 de agosto, a las 18.30, el Espacio de Arte AMIA inaugura “Once”, la nueva muestra fotográfica de Maximiliano Vernazza, que propone un recorrido artístico por uno de los barrios más diversos y multifacéticos de la ciudad en el momento del día en que menos transitado y habitado es: en el lapso que va desde el cierre de los comercios de la zona hasta las horas de la noche.

Partiendo de esta decisión artística y estética, Vernazza –reportero gráfico de vasta trayectoria- captó con su cámara escenas cotidianas que transcurren en los márgenes del barrio y sus zonas menos glamorosas en momentos en los que domina el silencio.

“Vernazza viene del fotoperiodismo, y con este trabajo se enfrentó al desafío de retratar un territorio donde no hay noticias, no hay personajes en movimiento, no hay conferencias de prensa,” explica Elio Kapsuzk, director del área de Arte y Producción de AMIA y curador de esta nueva muestra.

“En ese sentido, no es raro que casi haya omitido la forma humana, ya que hay una búsqueda de creación de imágenes a partir de esa ausencia”, agrega. “El artista, a su vez, se corre del propio frenesí diario de su trabajo en las coberturas periodísticas. Sus días se parecen mucho a la locura que se vive en los días y horarios hábiles en el Once. Quizás por eso su búsqueda artística está relacionada con la necesidad de silencio,” concluye el curador.

“Once” es el resultado de un trabajo de documentación que Vernazza comenzó a realizar hace tres años, en el marco de un taller de fotografía en el que participó. “Siempre me gustaron los hechos y los personajes que transitan por los bordes, por los límites”, asegura Vernazza. Y “Once” es un barrio que no tiene límites definidos. En realidad, el nombre correcto es Balvanera y Once como todos los llaman, no existe como barrio”, remarca el reportero para explicar el porqué de su selección.

La muestra que se exhibirá en AMIA compendia el particular recorrido visual que Vernazza capturó a partir de las incursiones que realizó por el barrio en días domingos, feriados y días hábiles por la noche, cuando “el barrio se transforma en calma, y el frenesí de transeúntes y compradores se esfuma”, tal como definió Kapszuk en el texto curatorial.

A partir del 22 de agosto, la muestra podrá visitarse de lunes a jueves de 10 a 19, y los viernes de 10 a 16, en el entrepiso de Pasteur 633. (Se requiere identificación para ingresar al edificio).

«ONCE» – TEXTO CURATORIAL
Por Elio Kapszuk

El barrio de Once se refiere a una zona de Balvanera y no figura como una denominación oficial del catastro; no obstante, es portador de una identidad propia. Asociado al comercio mayorista de una innumerable cantidad de productos–telas, bijouterie, herramientas de trabajo, juguetería, librería, se destacan entre varios rubros—es sinónimo de la inmigración judía, de instituciones y sinagogas.

Además, Once es un ejemplo de convivencia en la diversidad, ya que allí se puede observar colectividades ya históricas en el barrio, como la judía, la coreana y la china, viviendo y trabajando a la par de las llegadas más recientemente, como la peruana y la boliviana.

En estas pocas manzanas se sucedieron tres tragedias tan distintas como dolorosas: el atentado a la AMIA, el incendio del boliche República Cromañon y la tragedia ferroviaria de Once. El nacimiento del rock nacional está asociado a las calles y a los bares de Once. Por estas y otras razones, el barrio fue abordado por muchísimos artistas con distintas formas y perspectivas: literatura, poesía, cine.

El fotógrafo Maximiliano Vernazza se sintió atraído por tan multifacético barrio, y decidió recorrer en particular su periferia, sus zonas menos glamorosas, casi siempre en el lapso que va desde la última hora comercial hasta la noche. El bullicio se transforma en calma, el frenesí de transeúntes y compradores se esfuma, aparecen imágenes poco cándidas, calles devastadas durante la jornada y que de noche muestran (esos) golpes. Un barrio que prácticamente se cierra a las seis de la tarde para dar lugar a una quietud desordenada.

Vernazza viene del fotoperiodismo, y con este trabajo se enfrenta al desafío de retratar un territorio donde no hay noticias, no hay personajes en movimiento, no hay conferencias de prensa. En ese sentido, no es raro que casi haya omitido la forma humana, ya que hay una búsqueda de creación de imágenes a partir de esa ausencia. El artista, a su vez, se corre del propio frenesí diario de su trabajo en las coberturas periodísticas. Sus días se parecen mucho a la locura que se vive en los días y horarios hábiles en el Once. Quizás por eso su búsqueda artística está relacionada con la necesidad de silencio.

El resultado son imágenes profundas, de huellas que no se pueden ocultar. Austeras pero complejas, estas imágenes nos marcan el peso del trabajo y una oscuridad que no enceguece al artista.