Afirman que la suba del dólar y la inflación aceleran los cambios en los hábitos de consumo

Los datos surgen de un sondeo realizado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) durante los últimos treinta días, en comparación con el mismo período de 2016 y 2017. El trabajo asegura que crece lo que se denomina como el “Consumo defensivo”, caracterizado por una importante modificación en las conductas de los consumidores.

Miguel Calvete, Presidente del organismo de estadísticas, detalló que el relevamiento se realizó entre el 10 de agosto y el 10 de septiembre, tomando como referencia el mismo periodo de los dos años precedentes, sobre un total de 816 comercios, entre los que se destacan los grandes supermercados, autoservicios de proximidad y las principales superficies mayoristas en el ámbito geográfico de la Ciudad de Bs As, Gran Bs As, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Salta, Mendoza, San Juan y Neuquén.

El informe destaca que “la estampida inflacionaria de los últimos dos años continúa acentuando los cambios en las conductas de consumo, tanto sobre la elección de los puntos de venta, así como el modo de compra y el tipo y marca de los productos adquiridos”.

En primer término, el estudio refleja claramente que “hay cada vez más gente que está optando por los canales mayoristas, que vienen registrando un crecimiento interanual en visitas del 3 % aproximado, desde 2016”.

En segundo lugar, agregó que “conjuntamente se sigue observando un fuerte crecimiento de las ventas de las marcas sustitutas”. Al respecto, INDECOM detalla que en esos canales de ventas hay mucha participación ganada de segundas marcas “en distintas categorías de productos como ser artículos de limpieza, tocador, cervezas, condimentos, barras de cereales, harinas, detergentes y jabones para lavar la ropa”.

Sin embargo, como dato saliente, el trabajo destaca que “si bien siguen creciendo las visitas a los canales de ventas mayoristas, en los últimos 30 días, decrecieron sus volúmenes de ventas en un 5,3 % con respecto a 2017 y un 6,7 % en referencia a las ventas que se concretaban en 2016, cuando se dio el mayor crecimiento de operaciones de esas bocas de expendio para consumidores particulares”. Es decir que la gente elige cada vez más estos puntos de ventas, pero compra cada vez menos.

Según Calvete, esa retracción porcentual “se da fundamentalmente por la caída general del consumo en todos los puntos de venta minoristas, dado que el mes de agosto arrojo una variación negativa de 2,3% respecto al mismo mes de 2017”.

Por su parte, señaló que “se sigue observando una importante transferencia de ventas hacia los autoservicios de proximidad de cadenas, habiendo mejorando las ventas en esos canales un 1,3 % promedio con respecto a los últimos 24 meses”. Los factores que favorecen esas modificaciones de conductas son la falta de tiempo, la comodidad por cercanía, los precios más bajos y la mayor oferta de productos de segundas y terceras marcas”. Según el estudio, hoy el total de las ventas se realizan en un 38 % en los puntos de cercanía, en un 27 % promedio en los súper e hipermercados, un 13 % en almacenes barriales y el 22 % restante en superficies mayoristas”.

Para Calvete, “desde hace dos años a esta parte, las compras de productos no perecederos se venían haciendo por reposición y no por stock” y explicó que “eso se debía, en primer término, a que la gente tendía a comprar sólo para reponer lo que le faltaba en la alacena”. Actualmente, eso sigue ocurriendo en los segmentos de menores ingresos de la pirámide de consumo, mientras que en los segmentos ABC1 (de mayores ingresos) el sondeo reflejó que en los últimos treinta días crecieron un 19,3 % las ventas para hacer acopio de mercadería en las alacenas, algo que Miguel Calvete atribuyó, sin dudas, al temor de esos consumidores “ante la crecida inflacionaria y la devaluación del dólar”.

Finalmente, INDECOM detalló que “otros cambios de hábitos que se están dando tienen que ver con el aumento de las ventas en efectivo (debido a las subas en las tazas de interés de las tarjetas de crédito), con el incremento en la periodicidad de las compras (antes la gente iba a comprar una vez por semana y ahora lo hace cada 15 días) y con que se redujo el importe final del ticket promedio por compra”.