«Agria espera» Eduardo Sanguinetti, Filósofo, poeta y performer argentino

Dentro de la empantanada política latinoamericana se encierran cinco siglos de tragedia y desventura, cual siniestro karma… de un siglo a otro, y de forma inalterable, perseveró la misma consigna de dolor y fracaso para los pueblos, con hambre que vino para quedarse… nos han declarado la guerra, a nosotros, los que vamos con fervor indisimulable una cultura revolucionaria, nos han declarado la guerra, los psicópatas acumuladores de corrupciones varias, que han llegado, pareciera a instalarse, blindados por idiotas útiles narcisistas, untados en manteca rancia… una batalla cultural es siempre necesaria y demasiado humana, ¿no les parece?.

La especulativa y destartalada teoría de lograr llegar a que los habitantes de esta región conquisten sus derechos, en transformación gradual, es una patraña obscena, causa primera y única de nuestra constante frustración de no haber logrado alcanzar la unidad de nuestra Latinoamérica, tan fragmentada y balcanizada… tan triste y con pena, cual blues circunstancial: siguiendo su estructura de doce compases.

Haciendo hincapié en Argentina, puedo afirmar que este país degradado y depredado es una trampa permanente, haciéndonos creer el funcionario de turno que «algo» va a cambiar, nada va a cambiar excepto el monto adeudado al FMI y Black Stone, patrones de las finanzas buitres… los fascistas saben tener buenos asesores y socios de las más diversas extracciones de ideologías congeladas, de izquierda, radicales, peronistas ortodoxos y de los otros, trabajan a largo plazo, con un interés que son las vidas de toda la comunidad… no puedo dejar de hacer mención de los intelectuales pragmáticos al servicio del poder, que prestan su inestimable apuntalamiento a la posverdad, travestida de esperanza a la carte, vendiendo máscaras y serpentinas, de un carnaval que avanza a toda marcha.

Es imposible dar espacio a una mentalidad revolucionaria hoy erradicada del sentir y pensar de los pueblos, que viven en estado de anestesia y resignación el espectáculo insano que propone y ejecuta el neoliberalismo.

Un totalitarismo subliminal ha sentado reales en el mundo, devenido en la puesta en acto de conductas socioculturales y políticas compactas, con la inestimable ayuda de las “tecnologías de punta”, que penetran la epidermis del tejido social, degradándolo y convirtiéndolo en un objeto del destino con la valiosa complicidad de las fuerzas vivas del capitalismo empresario, la Iglesia, las Fuerzas Armadas, los títeres de la cultura del espectáculo y los partidos políticos, en el crepúsculo de sus funciones de ser legítimos representantes de los pueblos.

Un Plan Buitre sobrevuela Latinoamérica hoy, con excusas de que las democracias fingidas corren riesgo… democracias plutocráticas, el eterno retorno, que hace que Latinoamérica no llegue jamás a dar los pasos precisos y necesarios para su liberación.

El subimperialismo, conformado por las oligarquías locales y burguesías bendecidas por la sacra iglesia, hoy representadas en Temer, Macri y los infiltrados “falsa bandera” en los simulados movimientos de la izquierda traidora, van a entregar a Washington, las revoluciones abortadas, sustituyendo al gobernante en función, por un genocida neoliberal ‘acaramelado’.

Toda estos personeros de la vacuidad y del temor a la verdad, apuntalados por los inefables medios de publicidad falaz, fraudulenta, que asesinan la realidad y la vida en sexo sangre y soplo, desdibujando la veraz información de que hay otra existencia posible, en la descarnada relación de unos con otros, sin tamices.

Ernest Hemingway dijo en tiempos de la Revolución cubana: “La Revolución es una necesidad histórica”, parafraseando al autor de “El Viejo y el Mar”, lo hago extensivo a los pueblos que han dejado a la Revolución rezagada, que aún aguarda, en agria espera… ¿no la sienten palpitar?, pareciera que todo se remite a parafrasear lo ya dicho, lo ya hecho… pueblos mutantes, de realidades obtusas.

Las oligarquías latinoamericanas, en estado de histeria y psicosis aguda, convierten a los medios informantes en sus pulmones, para que la opinión pública internacional respire según sus latidos bursátiles, lo que equivale a poseer aptitud para perturbar el desarrollo de un hecho genuino, al procurar su fracaso, y ¡al carajo con la verdad!… crónicas truculentas, alternan deliberadamente con datos triviales, creando confusión, pues para los intereses bastardos, el éxito radica en eliminar la voluntad de las mayorías.

Escribo contra el olvido, entre la pausa y la espera de un tiempo a vivir, siempre del lado de los pueblos hambreados, explotados, indignados, mi compromiso con los indigentes valientes y a todos los que amamos esta tierra, de emigrantes trashumantes, en búsqueda de un lugar donde dejar nuestros legados y la herencia de preguntas y perplejidades, aún irresueltas… aún en la agria espera.