Alerta por vientos intensos

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió esta madrugada un alerta por vientos intensos con ráfagas que afectarán la provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Río de la Plata y Entre Ríos.
El organismo advirtió que «un sistema de baja presión sobre el mar argentino, frente a las costas de la provincia de Buenos Aires, afecta el área de cobertura con vientos del oeste-sudoeste con velocidades entre 50 y 70 kilómetros por hora, con ráfagas de hasta 100».
Según el SMN, las mayores intensidades se registran «sobre el este de la provincia de Buenos Aires y el Río de la Plata», las que «tenderán a disminuir gradualmente, de oeste a este, durante el día de hoy».
También, determinó el cese de alerta para el sudeste de Córdoba, este de La Pampa, este de Río Negro y sur y centro de Santa Fe.
Además, indicó que los pronósticos de intensidad de viento sobre el área marítima adyacente a las costas de la provincia de Buenos Aires, Río Negro y Chubut fueron emitidos en los boletines de navegación marítima de rutina.
Este informe será actualizado a las 06:30 horas, finalizó.

El viento es el flujo de gases a gran escala. En la Tierra, el viento es el movimiento en masa del aire en la atmósfera en movimiento horizontal. Günter D. Roth lo define como «la compensación de las diferencias de presión atmosférica entre dos puntos».

En meteorología se suelen denominar los vientos según su fuerza y la dirección desde la que soplan. Los aumentos repentinos de la velocidad del viento durante un tiempo corto reciben el nombre de ráfagas. Los vientos fuertes de duración intermedia (aproximadamente un minuto) se llaman turbonadas. Los vientos de larga duración tienen diversos nombres según su fuerza media como, por ejemplo, brisa, temporal, tormenta, huracán o tifón. El viento se puede producir en diversas escalas: desde flujos tormentosos que duran decenas de minutos hasta brisas locales generadas por el distinto calentamiento de la superficie terrestre y que duran varias horas, e incluso globales, que son el fruto de la diferencia de absorción de energía solar entre las distintas zonas geoastronómicas de la Tierra. Las dos causas principales de la circulación atmosférica a gran escala son el calentamiento diferencial de la superficie terrestre según la latitud, y la inercia y fuerza centrífuga producidas por la rotación del planeta. En los trópicos, la circulación de depresiones térmicas por encima del terreno y de las mesetas elevadas puede impulsar la circulación de monzones. En las áreas costeras, el ciclo brisa marina/brisa terrestre puede definir los vientos locales, mientras que en las zonas con relieve variado las brisas de valle y montaña pueden dominar los vientos locales.

Medida del viento
La dirección del viento es el punto cardinal desde el que se origina éste y se mide con la veleta. Por ejemplo, el viento del norte viene, obviamente, desde el norte y se dirige hacia el sur. En los aeropuertos se usan las mangas de viento para indicar la dirección del viento y estimar la velocidad a partir del ángulo que forma la manga con el suelo.

Las veletas tienen indicadas en la parte inferior las direcciones de los vientos con los puntos cardinales y los puntos intermedios, conformando así lo que se conoce como rosa de los vientos, que se emplean con una brújula en los mecanismos de navegación de las embarcaciones desde hace muchos siglos. La velocidad del viento se mide con anemómetros, de forma directa mediante unas palas rotativas o indirectamente mediante diferencias de presión o de velocidad de transmisión de ultrasonidos.

Otro tipo de anemómetro es el tubo pitot que determina la velocidad del viento a partir de la diferencia de presión de un tubo sometido a presión dinámica y otro a la presión atmosférica.

EFECTOS
El viento actúa como agente de transporte, en efecto, interviene en la polinización anemófila, en el desplazamiento de las semillas.

Es también un poderoso agente erosivo, en especial en las zonas de clima seco o desértico, donde los granos de arena arrastrados por el viento pueden llegar a la transformación y hasta la denudación (es decir, la completa remoción) de las formas del relieve.

También actúa como agente de sedimentación, ya que cuando el viento pierde velocidad, deposita los materiales que transporta. La arena forma acumulaciones llamadas dunas, que se desplazan en la dirección del viento a medida que los granos van siendo arrastrados desde la cara enfrentada al viento (barlovento) hacia la cara opuesta al viento (sotavento). Aunque este proceso está presente en los climas áridos es también frecuente en otros climas, por ejemplo en el clima de sabana, como ocurre en la cuenca del Orinoco, en los Llanos Bajos de los estados Apure y Guárico, donde han formado dunas alargadas de unos 20 m de altura que pueden llegar a tener más de 100 km de longitud. Este paisaje de dunas en un clima de sabana, que tiene una estación seca pero una lluviosidad de unos 1.500 mm anuales constituye un ecosistema prácticamente único en el mundo que fue declarado parque nacional en Venezuela, con el nombre de Parque nacional Santos Luzardo. En este parque coexisten médanos arenosos gigantescos, ríos caudalosos que adaptan su cauce poco a poco al trazado de las dunas, sabanas herbáceas y bosques de galería.