La algas ofrecen muchos beneficios para la salud: cantidades de calcio, yodo y minerales como zinc, niquel, selenio y cobre. No producen efectos colaterales y nos aportan grandes cantidades de vitaminas A, B, C, E, K y, en menor cantidad, B12. Son verduras que se mezclan con sopas, cereales y legumbres. Se utilizan las algas siempre en pequeñas cantidades y deben ser de buena calidad. Esto significa que tenemos que consumir algas de aguas profundas para estar seguros de que contienen todos los nutrientes que estamos buscando.
El yodo es muy difícil de obtener de otra fuente que no sea el mar. Las algas lo proveen en suficiente cantidad como para prevenir el bocio, una hipertrofia de la glándula tiroidea.
Las algas ayudan a equilibrar la condición hiper ácida de la sangre. Su abundancia de minerales produce en la sangre un efecto alcalinizante, y además depura nuestro sistema al eliminar los efectos ácidos propios de la dieta moderna. Piense en su salud, piense en las algas.
Las distintas riquezas marinas son:
Nori: es una de las más ricas en proteínas y contiene mucha vitamina B, C y A. Es muy buena para los problemas de visión. Se aconseja consumir una hoja diaria
Kombu: fortalece los intestinos, es rica en ácido glutámico, que tiene la habilidad de ablandar la fibra de otros alimentos. Es bueno usarla para cocinar otros alimentos como verduras y legumbres ya que no solo va a ayudar a que se cocinen más rápido sino que también esa cocción va a ser muy rica en nutrientes a la vez que facilitará la digestión y la absorción equilibrada de dichos nutrientes.
Wakame: es muy rica en calcio y contiene hierro, vitamina A y C, además de proteínas. Es muy buena para agregarle a la cocción de las sopas y guisos. Esto va a hacer que esos caldos estén llenos de minerales.
Hiziki: contiene mucho calcio, hierro potasio, vitamina A, B y B12. Se recomienda para fortalecer los intestinos y purificar la sangre.
Arame: tiene sabor dulzón, es rica en calcio, hierro y yodo. Su equilibrio mineral puede combatir la hipertensión.
