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Apostilla por Carlos Penelas.

Apostilla

En los años 70 visitaba con frecuencia a don Diego Abad de Santillán. Un día, en su escritorio, me dice: «Penelas, un siglo ahora son cinco años. Los cambios son vertiginosos». En una conferencia que brindé en 2010 en torno a lo poético y el tiempo recordé la anécdota. Y agregué: «Hoy ya no podemos decir lo mismo, un siglo son tres años». Luego mencioné autores clásicos, el tema del tiempo y del destino, el lenguaje, el clima poético, la estructura social de diversas épocas. Traje a colación libros de viajeros, evoqué algunos autores: Magris, Moravia, Gide, Leghineche, Herzog…

Con la pandemia todo, absolutamente todo, se dio vuelta. La modificación fue tremenda, en meses. No sólo puso de manifiesto en el mundo cifras de pobreza, injusticia, demagogia, populismo y corrupción sino que modificó de inmediato la sociedad. Hábitos laborales, familiares, conductas domésticas, la actividad física, la comunicación permanente por medios inimaginables, la soledad, la angustia, la educación, aspectos biológicos y mentales.

Ortega y Gasset, en Ideas y creencias, afirma que las últimas no son ideas que tenemos, sino ideas que somos. La pandemia no es sólo una emergencia sanitaria sin precedentes, sino que es una emergencia económica y social, cuya magnitud y consecuencias están teniendo un impacto dramático en las familias más vulnerables. El salto ha sido de una magnitud enorme. Y las consecuencias, al menos hoy, son un enigma. Entramos en otra dimensión del tiempo, en otra dimensión del ser.

Carlos Penelas

Buenos Aires, abril de 2021