La araña del monte en el jardín botánico de Buenos Aires

El Jardín Botánico Carlos Thays se encuentra ubicado entre las avenidas Santa Fe y General Las Heras y la calle República Árabe de Siria. Para llegar a la entrada principal, hay que dirigirse a la avenida Santa Fe a la altura 3951. Allí se puede disfrutar de una colección de especies vegetales que cuenta con unos 1580 ejemplares. Es un espacio verde vasto, de entrada gratuita, con más de siete hectáreas para recorrer y contemplar.

Los árboles y plantas del Jardín Botánico Carlos Thays, son el hogar de unas cien especies de artrópodos. Entre éstos, diez son arañas y los noventa restantes pertenecen a la familia de los insectos. Ya podés leer la nota sobre las arañas del Jardín Botánico, o podés leer el catálogo de artrópodos avistados en el mismo sitio. En esta ocasión, vamos a profundizar en la araña del monte.

Araña del Monte

El nombre científico de esta especie arácnida es Polybetes pythagoricus. Comúnmente llamadas arañones del monte o arañas cangrejo, es una especie araneomorfa, es decir que poseen los quelíceros dispuestos de manera diagonal, cruzándose entre sí en el extremo. El término pythagoricus se refiere al parecido que una mancha negra que presenta esta araña, guarda respecto al célebre triángulo del teorema de Pitágoras. Dicha mancha se encuentra sobre el lado ventral del abdomen, con el lado más ancho hacia la cintura.

La araña del monte se encuentra distribuida a lo largo de América del Sur. Se le ha otorgado una geonemia acotada al sur de Paraguay, Brasil, Uruguay y el centro y norte de la Argentina, llegando como extremo sur hasta la zona de Bahía Blanca. También hay quienes la han extendido hasta Guyana, en el norte del subcontinente.

Picadura

La araña del monte es poco peligrosa para los humanos, aunque los casos de mordeduras son bastante frecuentes. Usualmente el accidente ocurre por tenderse sobre el pasto o trabajar en jardinería sin guantes. Se trata de una especie agresiva, que si es molestada o apretada, ya sea accidental o intencionalmente, no duda en morder al infortunado. Por si fuera poco, incluso es capaz de quedar adherida a la piel para morder varias veces. Gracias a su gran tamaño y el intenso dolor que provoca, la identificación del causante del accidente es comúnmente certera, a diferencia de mordeduras de otras especies de arañas.

Cuenta con grandes glándulas que producen abundante veneno que al ser inoculado en cada mordedura de sus quelíceros genera en la víctima dos efectos. El primero de los síntomas es una acción local causada por el daño mecánico de la penetración de los quelíceros, lo que produce un edema en el área donde se centralizó la picadura, el que se mantiene durante un periodo de una a tres horas. El segundo es una respuesta del tipo neurotóxica, la cual afecta al resto del cuerpo, presentando flojedad, cansancio, debilidad, dolor de cabeza, mareos, adormecimiento del miembro mordido y una tendencia lipotímica con sudor frío. A las pocas horas también desaparecen estos síntomas, por lo cual no se aplica suero anti veneno.