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Bares Top de Buenos Aires.

En este nuevo mundo del vino la presencia del sommelier es de suma importancia. Tanto para quien se sienta en un restaurante esperando una recomendación que armonice con su plato, como para los propietarios de los restaurantes, que necesitan una guía para diseñar sus cartas de vinos lo más completas y amables para el cliente.



El sommelier es un guía que va dejando atrás la típica figura de arrogancia y conocimiento por la amabilidad del servicio. “Las nuevas generaciones han encontrado una manera más descontracturada de comunicar los vinos y en algunos casos, los sommeliers tienden a convertirse en celebrities”, observa Federico Ruiz, de Nieto Senetiner.

Y como dice Alberto Arizu, “es un plus para el consumidor. Siempre y cuando no caiga en un narcisismo desmedido, que hace perder valor a sus recomendaciones. Su preparación profesional es de gran valor”.

El Bar top de Palermo

El lugar tiene glam, mucho glam… sofisticado y descontracturado al mismo tiempo. Y muy sorprendente. De pronto, en plena noche en Palermo Hollywood pareciera que una porción de Nueva York fue implantado hace un rato.

Estamos hablando de Uptown BA, ubicado en Arévalo 2030, en Ciudad de Buenos Aires.

La entrada simula el ingreso a una estación de subte de NY. Es que en “Nueva York uno siente que todo está sucediendo ahí y eso para los emprendedores en inspirador. Quisimos que nuestro bar estuviera en esa línea”, comenta Andrés Rolando, el hacedor de este sitio que subyuga tanto a lugareños como extraños.

Siempre hay que ir con reservas (si te olvidaste llamar al 2101-4897 estarás en problemas).

La impresión primera la dan los carteles, azulejos, afiches, molinetes y un vagón muy “made in NY”. Una vez presionado un botón verde las puertas se abren a una de las barras más imponentes de Buenos Aires.

Adentro, los grafittis y la onda callejera, un mix muy informal y refinado.

Con estilo Frances
Montecarlo queda en Paraguay 5499, esquina Emilio Ravignani. Antiguo Cafe Bar Montecalo, abrió sus puertas por primera vez en el año 1922, y retrata la identidad del barrio. en sus comienzos.

En Palermo, extenso barrio hoy dominado por la cultura francesa de las patisserie, boulangerie y cafés gourmet, se sostiene desde principios del siglo XX, en una esquina, a puro café con leche con tostado mixto, independiente, orgulloso y gallardo: Montecarlo.

El Bar re top para ir con toda la Familia y amigos
Barcelona Asturias

Barcelona. Asturias Barrio: Palermo   El café esta en Av. Córdoba 5899 y Ravignani. En el limite entre Chacarita, Colegiales y Palermo. Es café  bar – restaurante y pizzería. Como es la hora del almuerzo me pedí un sándwich de milanesa, que dice que es la especialidad de la casa. Es gigante y esta riquísimo. Tiene precios accesibles, por lo cual comienza a llegar bastante gente para el almuerzo. Hay un señor mayor, que espera su almuerzo con un vaso de vino y por momentos cabecea y se duerme. La moza, una chica joven de unos 32 años, saluda a algunos clientes con un beso y se queda a conversar cuando les lleva la comida.

Bares Ocultos
Ocultos en diversas partes de la ciudad, ofrecen la mejor coctelería. Para disfrutar del lujo de estos lugares deberá, nada más y nada menos, que saber la contraseña. Si, secretos como los bares norteamericanos en la época de la Ley Seca, pero en Buenos Aires.

Formas inesperadas de llegar a un bar: pasar a través de las puertas de un armario antiguo. O atravesar una florería de Plaza San Martín. Levantar el tubo de un teléfono público y decir la palabra clave. O mostrar la credencial de socio en un local que, desde afuera, parece otro galpón abandonado de Palermo. En el fondo, lo que está en juego son esos segundos de misterio e incertidumbre, y esa sensación de recién llegado a un lugar inesperado y deslumbrante. La sorpresa de encontrar un bar que te recibe con música de otro tiempo, la iluminación justa y cocteleros que preparan los mejores tragos de la ciudad. Un poco de esnobismo, es cierto, mezclado con la idea de pertenencia a un grupo selecto. Pero también, una cuestión lúdica, un juego y el atractivo de buscar una alternativa diferente entre la inmensa oferta de bares de Buenos Aires. La moda de los bares secretos –conocidos como “speakeasies” y nacidos originalmente en Estados Unidos para transgredir la ley seca– se instaló en la ciudad y hay cada vez más para visitar. Como cualquier otro bar que se gana su prestigio, en estos casos el dato viaja de boca en boca. Alguien que estuvo y que sabe el truco para llegar. Y así fue como llegamos a cada uno de ellos.

Llegar a ser Notable
La categoría Bar Notable se creó en 1998 mediante la Ley 35 de la Ciudad, para protegerlos y promocionarlos. Según aquella, puede ser Notable aquel bar, billar o confitería relacionado con hechos o actividades culturales de significación; cuya antiguedad, diseño arquitectónico o relevancia local le otorguen un valor propio. Decide una Comisión con representantes del Gobierno porteño y de empresarios del sector, entre bares sugeridos por ellos, dueños, vecinos o Juntas Históricas.

Bares top que no están más
Después de 18 años cerró Único, un bar clásico del barrio de Palermo que fué cambiando de ser un bar cutre lleno de Freaks a un bar netamente careta y mala onda. El Único de Palermo cerró tras casi dos décadas en funcionamiento. En sus mejores tiempos la movida pasaba por ser el único bar del lado de Palermo, luego la parada obligada fué el Carnal donde las bandas y las mujeres hermosas se paseaban como muestrasdeun poder que hoy ya no está. Sigue el mismo camino que Aca Bar donde esperan una oferta millonaria de una empresa dorada para poner una casa de papas fritas, un asco pero real.

Coctelería
Ocultos en diversas partes de la ciudad, ofrecen la mejor coctelería. Para disfrutar del lujo de estos lugares deberá, nada más y nada menos, que saber la contraseña. Si, secretos como los bares norteamericanos en la época de la Ley Seca, pero en Buenos Aires.

Formas inesperadas de llegar a un bar: pasar a través de las puertas de un armario antiguo. O atravesar una florería de Plaza San Martín. Levantar el tubo de un teléfono público y decir la palabra clave. O mostrar la credencial de socio en un local que, desde afuera, parece otro galpón abandonado de Palermo. En el fondo, lo que está en juego son esos segundos de misterio e incertidumbre, y esa sensación de recién llegado a un lugar inesperado y deslumbrante. La sorpresa de encontrar un bar que te recibe con música de otro tiempo, la iluminación justa y cocteleros que preparan los mejores tragos de la ciudad. Un poco de esnobismo, es cierto, mezclado con la idea de pertenencia a un grupo selecto. Pero también, una cuestión lúdica, un juego y el atractivo de buscar una alternativa diferente entre la inmensa oferta de bares de Buenos Aires. La moda de los bares secretos –conocidos como “speakeasies” y nacidos originalmente en Estados Unidos para transgredir la ley seca– se instaló en la ciudad y hay cada vez más para visitar. Como cualquier otro bar que se gana su prestigio, en estos casos el dato viaja de boca en boca. Alguien que estuvo y que sabe el truco para llegar. Y así fue como llegamos a cada uno de ellos.

Para entrar a Frank´s (Arévalo 1445) hay que seguir las pistas por Facebook o Twitter y dar con la contraseña adecuada (esta semana fue Sam Wood, un director de cine). Es un lugar deslumbrante, de esos en los que uno vuelve a convencerse de que Buenos Aires es algo más que una ciudad sudamericana. De hecho, Frank´s quedó elegido en el puesto 36 entre los mejores bares del mundo. El estilo es la clave: decorado con esas cosas que uno siempre vio en las casas de los abuelos (vasos, copas, cucharas, ceniceros) y también con detalles modernos, todo combinado para esa categoría intangible pero fácilmente reconocible como “buen gusto”.

La clave de estos bares también la da la coctelería exclusiva. el ex bar Harrison (Malabia 1742), este bar estaba “oculto” detrás de un restaurant de sushi, al que se accede a través de una compuerta secreta, está uno de los mejores barman argentinos: Sebastián García, bigotitos finos y lookeado con moño y tiradores, hace de la barra un arte especial. Más que preguntarnos qué queremos tomar, nos dice “¿A dónde quieren viajar?” y a partir de ahí sugiere un trago. Por ejemplo, el Gin Aromatic Tonic ($85), una variedad con “aceites aromáticos especiales”. O el Cynar Smash ($70), con Cynar, menta fresca, azúcar negra y aceite de pomelo rosado. Mientras tanto, suena jazz de los años 20 y nadie parece desesperado por escuchar los hits del momento.

“Los que llegan a este tipo de bares buscan una coctelería especial”, explica Julián Díaz, de 878 (Thames 878; en sus inicios tenía una parte trasera “secreta”) y Florería Atlántico (nada en la puerta de Arroyo 872 marca la presencia de un bar; venden también flores y LP´s). “La complejidad de la coctelería tiene también una idea afín a cómo nacieron estos lugares. Durante la ley seca se inventaban tragos justamente porque no siempre estaban todos los ingredientes de los tragos clásicos”, dice Díaz. “Estoy en contra de la cosa excluyente. Esto pasa más por tomárselo como un juego, llevar a alguien a un bar y sorprenderlo”, aclara.

Locos por el bar y por los perros
El concepto Pet Friendly es relativamente nuevo, pero rápidamente se está haciendo muy popular en la Ciudad, Esta semana la Legislatura voto para que los vecinos puedan viajar en subte con sus mascotas y las nuevas políticas van en ese sentido.

Pero ¿qué es Pet Friendly?Friendly significa amigable, y pet como todos sabemos es mascota; entonces el concepto es amigable con mascotas. En pocas palabras los lugares Pet Friendly son sitios que permiten el acceso a tu mascota y no solo eso, sino que en muchas ocasiones cuentan con la infraestructura necesaria para ellos para que se sienten a descansar o te puedes encontrar por todo el lugar agua y alimentos destinadas para tu mascota.