Bendita “caja” política. Por Leo Anzalone

Muchos son los dirigentes jóvenes y no tan jóvenes que afirman que la política es vocación de servicio, sean del sector que sea, de un municipio, de la Ciudad, de una provincia o de la Nación, pero cuando acceden a un cargo público lo primero que quieren saber es con cuanta “caja” cuentan.

leo1La pregunta no es inoportuna si cuando hablamos de “caja” nos referimos a los fondos disponibles que nos sirva para desarrollar la política que esperamos plasmar. El problema es que la distorsión de la realidad por los microclimas políticos y sobre todo la falta de objetivos concretos de la gestión, hace que el funcionario en cuestión piense, en primer lugar, en que la plata es suya y en segundo lugar que no la utilice para solucionar los problemas de la gente sino que sea para generar más poder y lograr mantenerse en ese cargo público o impulsarse a otro mayor.

Ocurre entonces lo que se llama “síndrome de los 180 días”, donde todo funcionario que accede a un cargo público con una tentadora “caja”, a los 180 días ya está pensando en su próximo cargo o proyección electoral. Algunos, evidentemente, sienten que al encontrarse en un amplio despacho, tener secretarias, asesores y los adulones que nunca faltan ya están para cosas mayores. Todo eso por encontrarse con elementos que les permiten, a pesar de algunas limitaciones, pensar en objetivos más lejanos de los que efectivamente deben cumplir.

Esas situaciones generan lo peor de la política porque a partir de ahí muchos empresarios se dieron cuenta que varios dirigentes tienen su precio y que para sus ambiciones políticas y personales necesitan el apoyo de un dinero adicional que solo los privados le pueden financiar, desde el mítico Alfredo Yabrán hasta Cristóbal López utilizaron plata para cooptar dirigentes y saciar la sed de ambos, por el lado de los políticos de plata, por el lado de los empresarios, de algún favor para desarrollar y ampliar negocios.

Cuentan que el ex político, hoy empresario petrolero y de las comunicaciones, José Luis Manzano decía que “hay personas que buscan el poder para hacer plata y otras que buscan plata para generar poder, esa es la diferencia entre el político y los demás”, pero lo evidente son las relaciones carnales que hay entre ciertos dirigentes con el empresariado. Es verdad, es muy difícil hacer política sin plata, pero no imposible, es como la historia de los “Redonditos de Ricota” que cuando empezaban les dijeron que si no firmaban con un sello grande e importante no iban a salir de Buenos Aires, dijeron que no, pero como estaban convencidos y aunque hayan tardado un poco más, hoy sabemos lo que son.

A los que venimos desde la militancia, desde el llano, sin cargos públicos, esto nos abre una esperanza, porque estamos convencidos que para hacer historia bastan un grupo de personas que tengan espíritu, nobleza y ganas. Esto no es un desafío más, no es imposible, solo habrá que mentalizar a las nuevas generaciones de que se puede vivir sin la bendita “caja” política.

*Dirigente de Peronismo Para Todos – Universidad Para Todos

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