Calificadoras de Riesgo: ¿Por qué a los empresarios les gusta que les mientan?

Primero por que el estadounidense o gorila Argentino medio los poderíamos calificar de netamente ignorante. No sabe identificar en el mapa donde queda por ejemplo España, o México, o Ecuador, o Australia.

En Argentina, no pueden encontrar en el mapa donde queda Banfield, La Plata o Villa Urquiza a este tipo de sujetos se los denomina burros, pero ojo no son los burritos mexicanos, ésto es una burrada.

¿Por qué son un engaño las agencias de calificación?

Una de las características que hacen interesante, y peligrosas, a los empresarios, en especial a los estadounidenses es su capacidad de disimulo, de mentir, el MKT es básicamente mentir. Se trata de una amenaza que pende siempre sobre las relaciones humanas que, a medida que se hacen íntimas, tienden a consagrar un ambiente de confianza, de sinceridad, una atmósfera que, como todos sabemos, en el caso de las Calificadoras es como darle al lobo malo a las ovejas buenas para que directamente las cocine.

Las Calificadoras de Riesgo o Sociedades Calificadoras de Riesgo (SCR), como Standard & Poor’s o Moody’s, son compañías dedicadas a calificar instrumentos financieros. Se dedican exclusivamente a realizar ésta actividad. En su historia se han equivocado tanto que continúan mintiendole a la gente que trabaja, vendiendo espejitos de colores.

No han detectado ninguna crisis importante en los últimos 50 años y no se han anticipado a ninguna burbuja financiera, todo lo contrario, sus ejecutivos son firmes candidatos a sucidarse o a ir presos por estafa. Esta de más dar casos, por que no tendríamos lugar en Internet para ubicar los centenares de estafadores. EL caso es el de tras el suicidio en su celda del magnate acusado de explotación de menores Jeffrey Epstein, es solo un ejemplo de los consumidores de Calificadoras de Riesgo.

Estas calificaciones constituyen una opinión meramente parcial, política semi técnica y nada independiente sobre la capacidad de pago en tiempo y forma de un instrumento financiero determinado.

Algunas Sociedades Calificadoras también califican países, en función a su capacidad de pago de los compromisos financieros asumidos, está demás que no anticiparon por ejemplo las caidas de Grecia, España, Ucrania y Argentina. y que como toda empresa privada solo informan cuando algún comitente o cliente necesita iniciarle alguna maldad a otra. Es ahí donde entran estos mentirosos empresariales.

Standard and Poors, Moody’s y Fitch son tres agencias calificadoras internacionales que controlan el 90% del mercado global. Su tarea es evaluar los riesgos económicos de los países, prever impagos de las compañías e instituciones y analizar su potencial financiero. Sin embargo, esta especie de monopolio de clasificaciones está despertando cada vez más dudas sobre su imparcialidad y la historia no hace nada más que incrementarlas.

De Asia a América Latina
En 1997 las inversiones extranjeras guiadas por las buenas previsiones fluían hacia la región asiática hasta que la crisis golpeó esta zona. Un año después, la recesión tocó la puerta de Rusia. La población desconfió de los bancos y el rublo perdió drásticamente su valor. Pocos años más tarde, la crisis cruzó el atlántico atacando a Argentina y luego a Uruguay. Como en los primeros casos, nadie podía imaginar ese gran golpe económico. Y es que las calificadoras bajaron los ‘ratings’ de estos países sólo después del inicio de la recesión. Además, la revisión de los índices espantó a los inversores extranjeros obstaculizando la recuperación de las economías.

El caso de Lehman Brothers
Una situación parecida se ha reproducido en las crisis más recientes. En 2008, uno de los mayores bancos estadounidenses, Lehman Brothers, tenía una nota de clasificación de AA: una de las mejores en el sistema de evaluación. Sin embargo, pese al pronóstico de Standart and Poors, se declaró en bancarrota. Sus inversores se sintieron engañados por las calificadoras: habían perdido todo su dinero al confiar en sus previsiones. La inesperada quiebra de Lehman Brothers es considerada una de las principales causas de la crisis que ha sacudido prácticamente a todo el planeta. Las autoridades estadounidenses exigieron a la compañía 5.000 millones de dólares por este error de cálculo.

Los métodos que utilizan las tres grandes agencias calificadoras también generaron una gran preocupación en Europa. Así, los altos cargos europeos, cansados de aceptar las notas de las agencias a ciegas, exigieron que estas entregaran la documentación que justificase su actividad. ALgo que nunca pudieron sostener.

Y es que al bajar las previsiones para países o diferentes regiones, Standart and Poors también ha cometido errores. En 2011, por ejemplo, redujo el ‘rating’ de Francia por un fallo técnico. Un año más tarde, Australia demostró mediante la vía judicial que la agencia había engañado a los inversores de 12 ciudades, elevando su nota y causando después unas pérdidas de 28 millones de dólares.

Estas calificaciones no están basadas en trabajos profesionales, independientes, serios o autónomos.

También en Crimea
Uno de los casos más recientes es el de Crimea. La península se reunificó con Rusia, lo que provocó que Standart and Poors bajara su ‘rating’ augurando un oscuro futuro económico. Tras la decisión de la agencia calificadora, las reacciones no tardaron en llegar: desde Crimea se afirmó que se trataba de una guerra mediática impulsada por EE.UU. y de hecho, poco después este pronóstico era revocado.

Las calificadoras de riesgo juegan, sin lugar a dudas, políticamente, económicamente y financieramente, en el sentido que pretende el poder económico mundial, especialmente EE.UU. y las grandes corporaciones transnacionales. Apostaron por Macri y perdieron por ejemplo por 15 puntos.

Las calificadoras pierden prestigio.
Moody’s, S&P y Fitch enfrentan leyes estrictas y el mercado financiero que perdió la fe en ellas; la discusión es si la calificación es sólo una opinión o una recomendación de inversión.