Capicúa
Capicúa es un término utilizado en español para referirse a un número o una secuencia de caracteres que se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. También se le conoce como palíndromo numérico o palíndromo textual, dependiendo del contexto en que se utilice.
Ejemplos de números capicúas:
121
787
12321
2002
1001001
Ejemplos de palabras o frases capicúas (palíndromos textuales):
«reconocer»
«anilina»
«arenera»
«dábale arroz a la zorra el abad»
En algunos contextos, también se pueden llamar «capicúas» a fechas que se escriben igual en formato día/mes/año y mes/día/año. Por ejemplo, el 22 de febrero de 2022 (22/02/2022) es un capicúa en este sentido.
Los números y palabras capicúas son un interesante fenómeno matemático y lingüístico que ha intrigado a muchas personas a lo largo de la historia.
En matemáticas, la palabra capicúa (del catalán cap i cua, ‘cabeza y cola’) se refiere a cualquier número que se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Ejemplos: 161, 2992, 3003, 91019, 5005, 292, 2882, 2442, 9102019. Un número capicúa es un número de dos o más dígitos que escrito en cualquier base.
El 22 de febrero de 2022, es una fecha esperada por quienes se dedican a la numerología.
El día que se puede leer igual hacia adelante y hacia atrás es una curiosidad que despierta el interés de la astrología, pero también de quienes transitan las casas de apuestas.
Para esta disciplina que analiza los mensajes que encierran los números, se trata de una fecha muy especial, ya que el 2 está relacionado con la dualidad, y por lo tanto también con el equilibrio, la pareja y la sensibilidad. En esa misma línea, el 222 es para muchas personas “el número de los ángeles”, que simboliza nuevos comienzos y oportunidades y la armonía.
Más allá de esas creencias, la jornada, ya sea enunciada como 22/2/22 o como 22022022, es un palíndromo, es decir que se lee igual hacia adelante y hacia atrás, algo que en sí mismo representa una curiosidad que será disfrutada por profesionales de la astrología y propietarios de casa de quiniela.
La mención a “la jornada capicúa” será uno de los temas del día y estará presente en innumerables conversaciones, tanto de quienes ven poderes mágicos en este tipo de fechas, como entre las personas que recuerdan con nostalgia los tiempos en los que lo primero que se hacía al subir al colectivo, incluso antes de buscar un asiento, era mirar el número del boleto, en busca del número espejo.
Boletos capicúas
Hasta los años 1990, los boletos (tickets) de los colectivos de Buenos Aires se imprimían en series de 100 000 boletos, numerados del 00000 al 99999. Esto generaba 1000 capicúas por serie, cuya relativa rareza, 1 capicúa cada 100 boletos, les daba un valor especial.
El coleccionismo de boletos fue muy popular y sus aficionados crearon nuevas subcategorías de capicúas. Las principales son:
Reversibles: Son aquellos capicúas que al mirarse al revés (cabeza abajo) forman un número válido (por ejemplo, el 80608, que dado vuelta forma el 80908). Los números considerados “reversibles” son el 0, 1, 2, 5, 6, 8 y 9, aunque su imagen no sea exactamente igual al derecho que al revés.
Reversibles netos: Capicúas que al mirarse al revés forman el mismo número, como el 28182 o el 212.
Qué lástima: Si bien estos números no son capicúas, su relación directa con ellos los hacía igualmente objeto de colección.
Se trata de boletos exactamente un número antes o un número después de un capicúa (por ejemplo, 27771, 72128). Dado que existen 1000 capicúas y hay dos qué lástima para cada capicúa, una colección completa de boletos qué lástima tiene 1998 boletos (el 00000 no tiene qué lástima previo y el 99999 no tiene qué lástima posterior).
Dobles: Son aquellos que terminan en las mismas últimas dos cifras, por ejemplo 60955, más aún cuando se combinan tres o cuatro cifras más (triples o cuádruples).
Muy interesantes y raros son los que tienen sus cinco cifras iguales, ya que hay solo diez diferentes, con la particularidad de que el 00000 (que en realidad equivale al 100 000) viene a continuación del 99999, por ello es que el 00000 y el 99999 solamente tienen un qué lástima (el 00000 debería ser el qué lástima del 99999 y viceversa) y por lo que es posible tener los dos consecutivos.
El coleccionismo de boletos capicúas comenzó a declinar a partir de la instalación en los colectivos de máquinas expendedoras, que imprimían un pequeño recibo con números de 6 o más cifras y sin el valor estético de los boletos antiguos.