Caso de éxito: Sánguches de salame más la Opinión pública vs la Policia de la Ciudad

A veces las cosas te salen mal y te salen bien, es que la opinión pública se puede manifestar para bien o hundirte en la más profunda miseria mediática, entre otras maneras, en las manifestaciones, marchas y contra marchas, la opinión pública es la tendencia o preferencia, real o estimulada, de una sociedad enferma mental o de un individuo solo contra el mundo hacia hechos sociales que le reporten interés. Hoy todos se pusieron del lado del vendedor de Sánguches de salame.

La opinión pública ha sido el concepto dominante en lo que ahora parece referirse a la comunicación política. Y es que después de muchos intentos y de una más o menos larga serie de estudios, la experiencia parece indicar que opinión pública implica muchas cosas a la vez, pero, al mismo tiempo, ninguna de ellas domina o explica el conjunto en este caso de los Sánguches de salame, es que podes vender cualquier cosa, pero el conjunto de pibe sin laburo mas Sánguches de salame demstró que es un golazo con el predominio de los medios de comunicación modernos, en una sociedad masificada el territorio de la opinión parece retomar un nuevo enfoque.

Una historia que quedará para los salames

El salami o salame es un embutido que se elabora con una mezcla de carnes de vacuno y porcino sazonadas y que es posteriormente ahumado y curado al aire, similar al salchichón. Casi todas las variedades italianas se condimentan con ajo, no así las alemanas. Tradicionalmente se elaboraba con carne de cerdo, pero ahora es cada vez más frecuente que se haga con una mezcla de vacuno (vaca) y cerdo. También hay variedades que llevan sólo carne de vacuno. Es originario de Hungría e Italia. En el Argentina, Bolivia, Chile y Paraguay se dice en singular salame y en plural salames. Junto al jamón, el salame es uno de los fiambres más populares de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, siendo –en general– de un tipo muy semejante al salami de Milano. Las variedades de salame producidas en la región se distinguen según su textura interna en «picados gruesos»; «picados finos»; sopressattas; y salamines, que suelen ser generalmente más especiados y así más curtidos, secos (y por esto más oscuros) y duros que los de Italia. En Argentina surgieron diversos centros productivos a partir de la segunda mitad del siglo XIX, centros en los cuales se estableció una numerosa inmigración oriunda de Italia, es por este motivo que en toda la Pampa Húmeda: la totalidad de la provincia de Buenos Aires – en donde se destacan las ciudades de Mercedes y Tandil–, los 3/4 orientales de la provincia de Córdoba, Río Cuarto, Villa María, San Francisco, Caroya, Oncativo etc., la mayor parte de la provincia de Santa Fe y el este de la provincia de La Pampa, se realizan con gran calidad y en gran cantidad excelentes salames. Fuera de la Pampa Húmeda es común el salame, siendo importantes productoras las provincias de Entre Ríos, Mendoza, Santiago del Estero, San Luis y Río Negro.

Un salame, dos policias y un caso de éxito
Dos efectivos de la Ciudad de Buenos Aires -uno de ellos labrando un acta-, un comerciante con la cabeza gacha y sus brazos hacia atrás y un gran canasto lleno de sánguches de salame.

Maximiliano Gómez (26), un vendedor ambulante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contó que se le secuestraron los sánguches por «violar el artículo 83 del Código Contravencional, que castiga con multas el uso indebido del espacio público».

El hecho ocurrió en la calle Perón al 2500, donde se encontraba Maximiliano. Fue un vecino del lugar quien se indignó por la situación y subió la foto a las redes sociales, que fue ampliamente viralizada por usuarios.

«No fue detenido porque no es un delito, sino que se le labró un acta. Es una infracción por venta ambulante ilegal, sobre todo de alimentos, que tienen que tener un control bromatológico, de higiene y un puesto autorizado por el Gobierno porteño», explicó una fuente de la Policía de la Ciudad a Clarín.

«Cuando se decomisan alimentos, los inspectores de bromatología ven si son aptos para consumo y si no se tiran. Muchas veces los fiscales piden que los alimentos (por ejemplo, harina o arroz) se entreguen a comedores. Cuando es comida fresca, se lleva a comedores. Caso contrario, se destruye».