Centenares de fieles forman una fila de ocho cuadras para venerar a San Cayetano. Los fieles aguardan con fervor para llegar ante el santo y pedirle por trabajo y salud o agradecer por distintos motivos.
Desde hace varios días hay una enorme multitud presente frente al santuario de San Cayetano, ubicado en el barrio porteño de Liniers, para pedir al santo de la Providencia no perder el empleo o conseguir trabajo.
Según dijo hoy el vicario parroquial Martín Roberto Quiroga, esperan para este año «entre 500 y 600 mil personas» en el templo de Cuzco al 100.
La masiva expresión de fe popular lleva por lema «San Cayetano, amigo de los trabajadores, danos paz, justicia e igualdad» y la misa central será presidida a las 11 por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli.
Centenares de personas formaban esta tarde una fila de ocho cuadras a la espera de que abran las rejas de la iglesia de San Cayetano en el barrio de Liniers, donde desde la medianoche podrán ingresar para pedirle al santo cristiano por trabajo y salud o agradecer por distintos motivos.
En el camino a la iglesia, la música de chacareras, el mate compartido, las rondas de oración y los puestos de venta de estampillas, rosarios e imágenes de San Cayetano pueblan las veredas y calles de un barrio en el que, año tras año, los vecinos sienten la fe de los miles de devotos que se acercan desde distintas partes del país a rezarle al patrono del Pan y del Trabajo.
Susana Gómez es una de las «incondicionales» de San Cayetano, que después de años de hacer la vigilia para ver la imagen del santo ahora espera sentada a la salida de una de las puertas de salida del templo a que los feligreses le compren una espiga «bendecida» con la imagen del santo.
«Tengo 76 años y vengo desde los 20, pero ya no pido, solo agradezco por lo que tengo», contó Susana, jubilada y madre de cuatro que, admitió, no puede perderse la ceremonia «porque lo necesito. Si no vengo me siento mal». Según la mujer, más allá de la fe en Dios y en el santo, su principal motivación para ir todos los años es «la enorme alegría en el corazón que me llevo cada 7 de agosto cuando me voy para mi casa. Es indescriptible, me alegra la vida».
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuestionó hoy la movilización anunciada por distintas organizaciones sociales a Plaza de Mayo al asegurar que hacerlo en el marco de la celebración religiosa de San Cayetano es «una barbaridad, de muy bajo nivel».
«Convertir a San Cayetano en una movilización es una barbaridad. Toda la vida el 7 de agosto la gente ha ido a la iglesia, así que querer convertir eso en una movilización es de muy bajo nivel», aseveró.
ORACIÓN I
¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.
¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.
(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la Divina Providencia.
ORACIÓN II
¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.
ORACIÓN III
Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de providencia porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.
(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)
Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.