Científicos argentinos probarán reparar los daños de un ACV con células madre en personas.

Científicos argentinos y brasileños iniciaron el primer estudio en personas para confirmar, como se sospecha, que ciertas células madre pueden reparar zonas del cerebro dañadas en un ataque cerebral, y atenuar o borrar sus secuelas, informó hoy el Ministerio de Ciencia.

El ensayo clínico, el primero en su tipo aprobado por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), será realizado por los institutos argentinos FLENI y CEMIC junto a seis hospitales de Brasil, y financiado por los ministerios de Ciencia de los dos países.

El ataque cerebral o accidente cerebro-vascular (ACV) sucede cuando, por una hemorragia interna en el cerebro o por la obstrucción causada por un coágulo, alguna zona del órgano queda súbitamente sin irrigación sanguínea y, por ende, sin oxígeno.

Las células nerviosas afectadas se debilitan y mueren, la zona deja de funcionar, lo mismo que las partes del cuerpo que controla. Las secuelas -motrices, sensoriales, congnitivas- pueden ser permanentes, porque las células nerviosas muertas, hasta ahora, no pueden ser reemplazadas.

La idea de una cura se encendió a partir de los descubrimientos sobre las capacidades de las células madre que, según las señales que reciben del organismo, van generando las células especializadas que forman los tejidos y los órganos.

Esta investigación se propone establecer si es posible desarrollar una terapia regenerativa de los tejidos nerviosos dañados por un ACV, como ya lo sugieren algunos estudios piloto en otros países.

El Ministerio de Ciencia informó que el ensayo se realizará, como terapia complementaria de las tradicionales, sobre 70 pacientes que han sufrido ACV isquémico, es decir, ocasionados por un coágulo, y a quienes se les aplicarán células madre obtenidas de sus propias médulas óseas.

El estudio no implicará costo alguno para los pacientes, quienes además deberán ser debidamente informados sobre el tratamiento al que se los expondrá.

De las células extraídas de la médula, se seleccionarán aquellas capaces de producir las proteínas que protegen a las neuronas. Ésas son las que se harán llegar a la zona del ACV, donde se espera que sean reconocidas y se asocien con las neuronas y, con la sustancia que segregan, ayuden a la recuperación.

El ministerio subrayó que hasta el momento existen solo dos tratamientos con células madre aprobados por los organismos de control, debido a su eficacia terapéutica y a que no han presentado riesgos secundarios indeseables.

Se trata en primer lugar del transplante alogénico de células madre de médula ósea, sangre periférica y cordón umbilical; y el autotrasplante de células madre de médula ósea y sangre periférica para tratar enfermedades curables con trasplante de células progenitoras hematopoyéticas, las que forman la sangre.

Es necesario recalcarlo porque últimamente «se ha incrementado la oferta de tratamientos de autotrasplante de células madre para tratar enfermedades como las parálisis por lesiones cerebrales o de la médula espinal; las neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson, o trastornos metabólicos, como la diabetes», advirtió el ministerio.

«En algunos casos se trata de procedimientos experimentales que deben demostrar su eficacia y seguridad en seres humanos, por lo que deben contar con un protocolo aprobado y sin costo para el paciente, quien debe ser informado del carácter experimental del tratamiento», advirtió el comunicado oficial.

Señaló además que «algunas instituciones que los ofrecen se presentan ante potenciales pacientes y a sus familiares con promesas irrealizables de curación y mejora de las enfermedades, a pesar de que la evidencia señala que muchas de las prácticas ofrecidas no poseen efectos terapéuticos comprobados ni siquiera en modelos animales».