Claudio Bonadio: ¿idoneidad u oportunismo? Por Leo Anzalone

El juez federal Claudio Bonadio parece haberse convertido en la esperanza de la oposición política ya que el magistrado es hasta ahora quien más avanzó contra los hechos de corrupción sembrados por el kirchnerismo. Un juez controversial que siempre se movió como un arma política.

El titular del Juzgado Criminal y Correccional número 11 desde hace casi 20 años se transformó en la figura de la semana ya que decidió avanzar en una causa que involucra directamente a la familia Kirchner, es una causa en la que se investigan supuestas anomalías registrales y la falta de presentación de balances de la sociedad Hotesur, donde Cristina es accionista y que administra Alto Calafate, uno de sus hoteles, situación que vuelve a evidenciar el desapego que varios miembros de este gobierno, fundamentalmente Cristina, tiene por cumplir la ley. Tras esto el kirchnerismo decidió atacarlo, el juez, en vez de retroceder puso segunda y avanzó aún más.

Desde el 2003 las causas en contra del matrimonio K, que nunca perdió tiempo para llenar sus arcas, entraban muy seguido a tribunales, a pesar de esto, con mucha velocidad los entonces jueces obsecuentes las hacían desaparecer. Pero es así, la impunidad y el poder no duran para siempre y parece que ya pasó ese momento para la presidenta y su séquito, empezó el final cuando el juez Ariel Lijo fue el ahora multiprocesado Amado Boudou, situación que comenzó a delinear el aparente final del atropello de corrupción de este gobierno y después, le tocó el turno a Claudio Bonadio que parece ir “despiadadamente” contra la familia Kirchner y Lázaro Báez, quienes le facilitan las cosas por sus evidentes desmanejos.

Pero mientras el amplio sector de la oposición festeja que un magistrado actué contra el descarado negocio ilegal de Cristina Kirchner, hay que remarcar que no es Bonadío el paradigma de la honestidad dentro del Poder Judicial. Dicen que este abogado se hizo juez por ser amigo de Carlos Corach, quien lo insertó en la Justicia Federal luego de acceder al Ministerio del Interior de la Nación, aún cuando carecía de “carrera judicial” y no ser un jurista de nota en especialidad alguna. Devolvía favores con fallos más que sospechosos, al mejor estilo Norberto Oyarbide.

Pero la obediencia de Bonadio hacia el poder de turno también fue con los Kirchner y se convirtió en un arma fundamental para cajonear causas que involucraba a los K, y como contraprestación el gobierno frenaba las constantes denuncias en contra que tenía Bonadio, tenían una simbiosis perfecta.

Con esto es más evidente que no tenemos que dejarnos engañar, aunque que los medios necesiten un nuevo “opositor” que le muestre sus garras a Cristina Kirchner y a los suyos, a Claudio Bonadio como a muchos otros jueces los condena su pasado, pero son consecuencia de un sistema viciado, perezoso y corrupto, y será uno de los desafíos más grande que tendrá el gobierno que viene, sea quien sea, purificar y sobre todo llenar de independencia e idoneidad a todo el sistema judicial para que sus miembros actúen con total libertad cuando deban hacerlo y no cuando los cimientos del gobierno de turno empiecen a derrumbarse.

*Dirigente de Peronismo Para Todos – Universidad Para Todos – Partido Acción Común

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