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Cocina coreana: Japache del siglo XVII a la dinastía Chosun

Japache del siglo XVII a la dinastía Chosun

Sin duda la gran ola coreana (conocida como hallyu), llegó para quedarse, tanto desde la música, el entretenimiento, la belleza y también los sabores.
Y cada vez más personas  se animan a cocinar comida coreana en sus hogares.

No cabe dudas que la cocina coreana es uno de los mayores fenómenos gastronómicos de los últimos años. Acompañado de popularidad del k-pop, el k-beauty, el k-drama y el éxito de la industria cinematográfica -con Parasite, la ganadora del Oscar 2019- a la cabeza, cada vez hay más fanáticos de todo lo que provenga de este país del lejano oriente, denominado Hallyu (ola coreana). No hay película o serie coreana en donde no haya por lo menos una escena de comida, generando así un interés adicional en la audiencia, atraída por platos y sabores tradicionales de esa cultura milenaria.

JAPCHAE – FIDEOS DE BATATA CON SALTEADO DE VERDURAS Y CARNE

El JAPCHAE  es un plato típico de la cocina coreana elaborado con fideos de batata, verdura, hongos y carne de cerdo (opcional para vegetarianos). Se consume generalmente en días festivos y para conocer el motivo del mismo nos remontamos al siglo XVII a la dinastía Chosun, donde uno de los vasallos del rey creó este plato para la fiesta real del palacio. Al monarca le gustó tanto que pasó a ser un infaltable en la mesa del rey en cada evento.

INGREDIENTE:

Fideos de Batata                                        150 GRS.

Hongos (setas), orejas de juda (se puede reemplazar)   40 GRS.

Solomillo                                                30 GRS.

Zanahoria                                                 50 GRS.

Morrón Verde                                         50 GRS.

Cebolla                                             1/2 unidad

Ciboulette                                                30 GRS

Ajo machacado                                        1 CDTA.

Salsa de soja                                           1 CDTA.

Aceite de sésamo                                      1 CDTA.

Mirin                                                         2 CDTA.

Pimienta negra en polvo                         1 PIZCA

INGREDIENTES DE SALSA:

Salsa de soja                                             10 CDA.

Glucosa                                                    20 CDA.

PREPARACIÓN:

1.  Dejar en remojo la oreja de Judas por unos 20 minutos hasta que llegue una textura blanda.  ( se consigue fácilmente en los supermercados coreanos, pero caso que se complique se puede reemplazar por el tipo de seta que se desee)

2.  Cortar el solomillo en tiras de 3 o 4 cm de largo por 7 o 8 mm de ancho y luego lo sazonamos con 1 cdta de ajo machacado, 1 cdta de salsa de soja, 1 cdta de aceite de sésamo, 2 cdta de mirin, 1 pizca de pimienta en polvo, lo mezclamos bien parejo y lo dejamos tapado con film por 20 minutos.

3. Vamos a cortar la verduras, ciboulette, cebolla y morrones más o menos al mismo tamaño del solomillo, en el caso de la cebolla cortamos en juliana y lo dejamos a un lado.

4. Vamos a hervir por 11 minutos los fideos de batata, del paquete a la olla.

5. Ir salteando primero la carne que habíamos dejado sazonando y luego las verduras en un wok o sartén, agregamos  las setas menos el ciboulette y salteamos todo junto logrando que se mezcle bien con una buena cocción.

6. Pasados los 11 minutos colamos los fideos y lo llevamos a un bowl con agua fría hasta que llegue a temperatura ambiente.

7. En un wok o en una olla limpia le añadimos 10 cdas de salsa de soja y 20 cdas de glucosa,

lo llevamos a fuego medio alto y una vez que rompa el hervor agregamos los fideos y mezclamos hasta lograr una mezcla pareja. Se recomienda  agregar 3 o 4 cucharadas de aceite de canola o de oliva extra virgen para evitar que los fideos se peguen.

8. Llevamos a fuego máximo y comenzamos el proceso de reducción removiendo de manera pareja hasta que ya no haya más líquido, sin pasarse, ya quelos fideos deben tener cierta humedad.

9. Finalizado el paso anterior pasaremos a un bowl y debemos dejarlo enfriando levantando con una pinza o dos cucharas, para que se enfríe más rápido.  

10.  Una vez enfriados los fideos hasta una temperatura soportable al tacto, le añadimos las verduras, setas y el solomillo y el ciboulette a gusto. La mezcla se recomienda hacerlo con la mano y con la ayuda de un guante desechable de cocina.

11.  Este es el último paso y el más importante. Servirlo en un plato y simplemente a disfrutarlo!

En el siglo XVII, la dinastía Chosun gobernó Corea con gran poder e influencia. Durante este período, Corea experimentó una importante transformación social, política y cultural.

Uno de los aspectos más destacados del siglo XVII fue la consolidación del poder de la dinastía Chosun. El rey Sejong el Grande, quien gobernó entre 1418 y 1450, estableció el sistema de gobierno conocido como «Sagyeong» o «Cuatro Oficinas». Este sistema permitió una mayor centralización del poder en la monarquía, lo que ayudó a fortalecer la estabilidad del país.

En términos culturales, el siglo XVII fue un período de gran florecimiento para la literatura, la poesía y las artes. Los poetas como Kim Sowol y Yi Sanghwa crearon obras inmortales que siguen siendo admiradas en la actualidad. También hubo un gran interés en la caligrafía y la cerámica, y la producción de celadón y porcelana alcanzó su apogeo.

Además, el siglo XVII fue un período de importantes avances tecnológicos. Se desarrollaron nuevas técnicas agrícolas, como la utilización de arados de hierro y la construcción de sistemas de riego más avanzados. También hubo importantes mejoras en la producción de papel y textiles.

Sin embargo, el siglo XVII también estuvo marcado por la invasión japonesa de 1592-1598, que tuvo un impacto devastador en Corea. A pesar de la victoria coreana, la invasión dejó al país en ruinas y socavó su economía y su seguridad nacional.

En resumen, el siglo XVII fue un período de gran importancia para la dinastía Chosun y para la historia de Corea en general. A pesar de los desafíos que enfrentó, el país logró prosperar y florecer en muchos ámbitos, sentando las bases para su desarrollo futuro.