Cornudas con certificado oficial en TV abierta.

Amalia Granata estuvo invitada al programa de Susana Giménez y habló sobre el affaire que tuvo su pareja y el padre de su futuro hijo, Leonardo Squarzon. Él la acompañó a los estudios de Telefe pero dijo que no quería salir al aire.

Estudiemos de que se trata ser cornuda con certificado.

Cuando dos personas se conocen y terminan formando una pareja, sea por un tiempo pequeño o amplio suceden varias cosas. Dos personas son como 2 icebergs que se ven en el mar. Las puntas son las que se asoman y se encuentran. Esa parte externa refleja la atracción que sentimos por el otro, por su apariencia física, sus modales, sus valores quizás similares a los nuestros y una serie de factores de los cuales somos concientes que nos gustan.

Sin embargo hay otra parte no manifiesta, inconsciente, que es el témpano que permanece debajo de esa punta del iceberg que asoma, aproximadamente un 70 %. Esa parte del iceberg también se conecta con la otra parte oculta de la otra persona. Esas partes ocultas contienen aquellas necesidades emocionales insatisfechas de cada uno, las heridas emocionales que cada uno recibió en su familia que quizás no cicatrizaron debidamente, el hambre de afecto que nos ha faltado en nuestros padres.

Toda esta parte oculta, no manifiesta, también se relaciona a la hora de formar el vínculo. Resultado, dos personas forman una pareja junto con sus “mambos” o heridas emocionales sin resolver. Esto es un proceso normal en toda pareja. Cuando te enamoras y comenzas a intimar con el otro, aparece todo este “equipaje emocional” que ya traes de tus experiencias anteriores, sea familiar o de ex parejas. Dependerá de tu madurez y trabajo personal contigo mismo lo que hagas con el mismo.

Una gran mayoría de las parejas pelean o se separan porque no saben como lidiar o enfrentar adecuadamente a este “equipaje emocional” que traen consigo. A partir de ahí comienzan las peleas frecuentes por quién tiene el control, los celos enfermizos, las inseguridades, la necesidad de ser afirmado constantemente que somos amados, los distanciamientos , los problemas en la cama, infidelidades y toda clase de conflictos que terminan haciendo que la pareja se separe o viva la relación de una manera infantil , estresante y agobiante.

Muchas parejas no pueden convivir armoniosamente, conjugando el amor, conflictos, el placer con el crecimiento, debido a que todavía son como dos niños queriendo que el otro se haga cargo de sus heridas. Sin saberlo proyectan en su pareja, al padre que les faltó. Es muy común que una mujer se transforme en una suerte de “madre” de su pareja. O el hombre mire con desconfianza a su mujer, porque sin saberlo, le recuerda la manera confusa que su propia madre lo trataba.

Esto sucede a diario. Es perfectamente normal. Solo que cuando nos falta trabajo terapéutico para distinguir lo que es real de lo que ya traíamos de antes, la relación se transforma en un infierno o en un vínculo muy estresante. Solo imagínense a 2 niños en el cuerpo de adultos intentando vivir juntos, crear un proyecto o relacionándose… ¿Es difícil que vaya a funcionar, cierto?

Es importante entender que las peleas no destruyen. Muchas veces abren las puertas para una relación mas profunda y auténtica, donde cada uno puede ser real y no un personaje ficticio a la medida de los gustos del otro. Ahora si las peleas o todo aquello mencionado anteriormente pasa a ocupar un porcentaje significativo en la relación, estamos ante un problema que merece ser atendido urgentemente.

¿Como sería un vínculo maduro, potente y gratificante con tu pareja? Sería aquel donde puedas tender a lograr algunos de estos factores:

• Comunicar en forma adulta tus necesidades emocionales y los puntos de vista de cada uno. Tener una actitud responsable a la hora de resolver los conflictos.

• Tener una actitud generosa de dar y recibir amor.

• Tener relaciones sexuales satisfactorias y placenteras.

• Divertirse juntos, pudiendo compartir actividades recreativas y graificantes.

• Brindarse ciudados, protección afectiva y contención mutuamente.

• Compartir los valores y normas con respeto.

• Tener cada uno un espacio de crecimiento, amistades y trabajo consigo mismo.

Es importante que entiendas que todos estos factores podes aprender a construirlos a partir de tu trabajo contigo mismo. Sea a través de terapia, cursos, libros, amistades, etc.

UNA GUIA PARA MUJERES QUE QUIERAN CRECER EN EL AMOR

El “síndrome del príncipe azul” es la ilusión o creencia que tienen muchas mujeres en algún momento de su vida, que vendrá un caballero o príncipe encantado que vendrá a rescatarlas de una vida solitaria, monótona y poco gratificante.

Esta creencia, que tiene sus raíces firmemente arraigadas desde los cuentos de hadas famosos de los hermanos Grimm, tales como la bella durmiente , se refiere a la ilusión que toda mujer abriga en su inconsciente que en algún momento conocerá a su príncipe encantado y allí terminarán sus sufrimientos y tendrá una vida feliz, amorosa y armoniosa.

El “síndrome del príncipe azul” es una creencia distorsionada que muchas mujeres hacen de la realidad. Por supuesto que es sano que aspires a querer conocer una persona a quien amar y ser amada. El punto es la actitud o lugar desde donde deseas eso. Podes hacerlo desde el lugar de una mujer adulta conectada consigo misma, con sus actividades y amistades que te llenan. O desear desde el lugar de una mujer insatisfecha, solitaria, carente e infantil. Esta segunda opción muestra que todavía tu niña interna se siente sola, desprotegida y deseosa de afecto. Lo cual es normal solo que existen muchas formas de llenar ese vacío, no solamente una pareja.

Una persona adulta puede reconocer su vació afectivo y compartirlo con sus amistades o terapeuta , de esa manera se encamina a posibles soluciones maduras que eventualmente la pueden llevar a tener una relación de pareja sana. Una persona infantil, tiende a sumirse en un estado de frustración frecuente donde lo único que puede calmarla son sus ilusiones que en algún momento aparecerá una persona – hombre que mágicamente resolverá su dolor, rabia e impotencia. Tal como parece, es un mito muy habitual del imaginario femenino.

Dicho príncipe azul, de acuerdo al imaginario femenino , será un perfecto caballero, dulce, atento y sobretodo las cosas, diferente y mucho mejor que el resto de los mortales masculinos. Es una creencia infantil debido a que las personas tenemos dos lados, aquel luminoso de cualidades y otro lado más sombrío con defectos. Ambos lados son inherentes a toda persona. El saber, aceptar y reconocer en vos misma esos dos lados, sobretodo tu sombra, te ayuda a tener una relación de pareja adulta donde estarás en condiciones de lidiar con los conflictos que se presenten.

¿Cuales son las señales para saber si vos estas padeciendo del síndrome del principe azul?

He aquí algunas de las características que tienen las mujeres con el “síndrome del príncipe azul”. Observa con cuidado si alguno de estos criterios te afecta.

• Hace tiempo estas sola con amargura y resentimiento respecto a los hombres.

• Estás en pareja pero en el fondo sentís rabia hacia él y no terminás de expresarle lo que realmente sentís por temor a que el se enoje y te abandone.

• Tenés tus aventuras con los hombres pero hace tiempo que no conoces alguien que te guste y te sientas bien de verdad, por lo que abrigas la esperanza que en algún momento tu suerte cambie.

• En el fondo queres que aparezca un hombre con las cualidades de tu padre, ya que para ti el era “realmente un caballero”.

• Tenés la tendencia de buscarte hombres casados o en pareja, es decir, por algún “motivo extraño” desconocido te atraen aquellos hombres que ya están comprometidos. Por lo que solés ser la “tercera” o amante.