Cristina y la interpretación del fracaso. Por Leo Anzalone

Vimos azorados una vez más, una serie de histéricas denuncias infundadas de la presidenta Cristina Kichner, donde no se privó de nada, desde decir los bancos, la oposición y Estados Unidos pretenden “voltearla”. Doctora, nadie quiere destituirla, usted se va a ir sola y cuando corresponda en diciembre del 2015, quédese tranquila, a pesar de que cada vez deja más en evidencia que su sueño es que su gobierno explote para poder victimizarse e irse antes sin pagar el costo político de haber destruido lo logrado por Néstor Kirchner.

Nuevamente en un acto para militantes y obsecuentes rentados, Cristina Kirchner lanzó una cataratas de denuncias contra todo lo que se le ocurrió. Fue contra el mismísimo Barack Obama y toda su administración, además denunció un plan para “voltear” a su gobierno, en el que incluyó a productores agropecuarios, exportadores y a parte del sector financiero. Presidenta, nadie quiere voltearla, no proyecte en los demás sus deseos.

Al margen de la disparatada actuación, si uno se abstrae del acto de Cristina y sus denuncias, enseguida se vienen a la cabeza dos cosas, primero es un tipo de modelo de venezualización al que parece querer ir el gobierno y la otra es que la presidenta parece estar jugando sus últimas cartas, siempre con la infantil estrategia de crear enemigos para tapar su propia inutilidad, para eso lanzó las denuncias y con esa mesiánica e irresponsable afirmación de que “no hay problemas en la economía”.

Cristina Kirchner está transitando un camino del que parece no tener retorno, ya todo su séquito está jugado porque entre el temor de ir a la cárcel y el miedo por el estallido social ante la crisis, que en off todos admiten menos la presidenta, no les queda otra a estos funcionarios cómplices que apoyar esta cruzada, y fiel al estilo de la soberbia presidencial ya no solo tiene que ver con lo nacional sino que ahora es una conspiración internacional y como si fuéramos tontos, irresponsablemente dice que si algo le pasa no miremos a Oriente, sino “al norte”.

Así Cristina Kirchner hace una interpretación muy particular de sus constantes fracasos, echándole la culpa al otro, lo mismo que en Venezuela hace Nicolás Maduro, pero esperemos que en el próximo discurso, cuando vuelva a arengar a “los pibes para la liberación” por reinstalar la consiga “patria si, colonia no”, no les diga que le habló un pajarito diciéndole que siga adelante en su lucha y que ese pajarito era Néstor Kirchner.

*Dirigente de Peronismo Para Todos – Universidad Para Todos – Partido Acción Común

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