¿De «Precios Cuidados» a «Precios Claros»?

Desde el gobierno nacional se relanza por estos días el Programa «Precios Claros», con mayores productos «informados» por las grandes cadenas de supermercados. Estas han dejado trascender, por otro lado, que han caído las ventas a través de «Precios Cuidados» lo que reduce el impacto del programa anterior.

A continuación brindamos algunas precisiones y claves sobre los programas:

Sistema electrónico de publicidad de precios o “PRECIOS CLAROS”

El nuevo programa exige informar diariamente el precio de cada uno de los productos en venta. Pero sólo se limita a ello. No se pone en tela de juicio el margen de ganancia de la cadena de distribución en general, por lo que es de esperar una reacción corporativa de los supermercados en un acuerdo para subir precios de manera complementaria y coordinada, pero cumpliendo con la obligación de informar al Estado. Por otro lado, es extraña la proliferación de maniobras para sortear las medidas de control, tal como sucedió con el Programa Precios Cuidados, donde solían faltar los productos en las góndolas o, como estrategia más sofisticada, se fabricaban productos iguales pero con packaging diferente (y más atractivo) por fuera del acuerdo. En este sentido, vale recordar la decisión adoptada durante el gobierno anterior de desandar la norma que prohibía la publicidad engañosa. En efecto, una de las estrategias de los supermercados reside en colocar ofertas del tipo “lleva 4 y pague 3”, que imposibilita la comparación y la estimación del precio final del producto.

El objetivo original del macrismo ha sido reemplazar Precios Cuidados por el nuevo programa, ¿por qué avanzan ahora?

Porque tal como vienen argumentando las grandes cadenas de supermercados, las ventas a través del programa Precios Cuidados se han retraído. La política del Gobierno para desalentar este programa no fue la que podría suponerse de antemano (quitar productos o liberar a los supermercados de controles sobre el cumplimiento del programa) sino que su política central fue suprimir la publicidad de Precios Cuidados, lo que derivó en la caída de ventas por esa vía. Similar estrategia se puede observar con la Devolución de IVA (con sólo un 7,8% de usuarios hacia el mes de agosto) o Programa Argenta (con menores créditos en 2016), desalentados por ausencia de promoción oficial.

El control de los márgenes de ganancia: Precios Cuidados y Observatorio de Precios y Costos

La experiencia acumulada en el programa Mirar para Cuidar impulsó durante la gestión de A. Kicillof el Programa Precios Cuidados. El gran impacto del programa (con consumidores que exigían precios razonables) y la decisión de la Secretaría de Comercio de avanzar en la discusión de márgenes de rentabilidad de la cadena de valor, propició una ostensible resistencia del sector empresario a los avances del Estado. Las empresas se negaron a informar sobre los costos en la cadena de valor y la integración vertical de la producción bajo la excusa del secreto comercial. Esa decisión fue acompañada de un conjunto de cautelares dictadas por la Justicia que impidieron a la Secretaría de Comercio cobrar un centavo de los 35 millones de pesos en multas aplicadas. Todo ello derivó en la decisión de impulsar la Ley de Regulación de las Relaciones de Producción y Consumo (en reemplazo de la obsoleta Ley de Abastecimiento), que suponía exigencias de información al sector privado y la puesta en práctica del Observatorio de Precios y Costos. Asimismo y aunque ahora desde el Gobierno Nacional se lo mencione como un instrumento novedoso para implementar el programa Precios Claros, dicha norma imponía la cláusula “solve et repete” (pago y después apelo) para evitar la permanente paralización de las multas con interminables apelaciones de estudios jurídicos dedicados a ello. Sobre este proyecto de ley, el presidente manifestó una clara oposición e indicó que “para generar empleo hay que generar confianza para que haya inversiones. Si hacemos leyes que no existen en ninguna parte, en países hermanos con los que competimos, lo que vamos a lograr con leyes que no son las habituales y asustan es que no haya inversiones, que haya más desempleo”. Describió además a la ley como “un mamarracho absoluto” e indicó “la vamos a derogar”.

Mirada ortodoxa sobre la inflación

A mediados de 2015, Carlos Melconian indicó: “No hay ninguna posibilidad en el país que viene que no exista la alternativa del libre comercio y de independencia para negociar con quien corresponda… libre comercio desde ya”. En efecto, ello refleja que para Cambiemos, el verdadero ancla de los precios reside en la competencia entre privados en el “mercado”, prescindiendo de regulación estatal, tal como insistió Macri en campaña al proponer terminar con “esta locura hiperreguladora en que nos ha metido el kirchnerismo”. Aunque con menos protagonismo en la palestra, existen posiciones encontradas sobre las medidas de control inflacionario: si Prat Gay se ha inclinado en una primera instancia por la propuesta de ajustar el gasto (luego virtualmente “suspendida” por la recesión económica), Sturzenegger prefiere condicionar el circulante monetario. En esta línea, el limitado pedido a las grandes cadenas para que «informen» precios se condice una mirada no-intervencionista respecto del control de la inflación y los causantes de la misma.

Como información complementaria al análisis, se adjunta la evolución inflacionaria según IPC CABA. La inflación acumulada entre octubre 2014-octubre 2015 es 23,76%, mientras que la inflación acumulada de octubre 2015-octubre 2016 es 44,73%.