Diputados aprueba el presupuesto 2019

El proyecto ha obtenido el primer visto bueno al tiempo que han estallado protestas ciudadanas, y ahora pasará a la Cámara de Senadores.

La Cámara de Diputados de Argentina ha dado su visto bueno al proyecto de presupuesto para el 2019 con 138 votos a favor, 103 en contra, 8 abstenciones y 7 ausencias, al tiempo que han estallado protestas callejeras en rechazo de la propuesta impulsada por el oficialismo.

Esta iniciativa gubernamental de austeridad se enmarca en el plan acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un préstamo de 57.000 millones de dólares con el fin de alcanzar el llamado déficit cero.

El proyecto de Presupuesto 2019 y la reforma de Bienes Personales plantean los siguientes parámetros y lineamientos centrales:

«Déficit cero»: el objetivo es pasar de un desequilibrio primario del 2,6% del PBI en 2018 al «déficit cero» en 2019.
La meta sólo contempla el déficit primario, sin tener en cuenta el pago de intereses de deuda, que se incrementan cerca del 50%.
Recesión: el proyecto anticipa un escenario de caída de 0,5% en la actividad económica en 2019 y una baja del 2,4% para el presente año.
Dólar: 40,10 pesos promedio para 2019; 44,30 en 2020; 48,20 en 2021; y 50,5 en 2022.
Una inflación del 23% al final del período 2019, y un promedio de incremento de precios del 34,8 %. En 2018, se calcula un 32,7%.
Se prevé una caída del 1,6% en el consumo privado y una baja del 9,7% en la inversión.
La deuda pública a fin de año representará el 87% del PBI, con un stock de 315.698 millones de dólares.
Las necesidades de financiamiento para 2019 llegarán a 38.900 millones de dólares: 2.500 millones nueva deuda, 20.100 millones se refinanciarán; 11.700 millones del acuerdo con el FMI y otros 4.600 millones de organismos internacionales.
La recaudación de impuestos nacionales y de contribuciones de la seguridad social crecerá 38,9%, al superar los 4.829 billones de pesos.
Gasto total previsto: 40.247.619 pesos. Supone un aumento nominal del 27,4% con relación a 2018. En términos reales (tomando en cuenta la inflación proyectada), el gasto primario se habrá contraído un 13%, con una caída del 11% de los gastos corrientes y de 42% de los gastos de capital.
El gasto primario crecerá nominalmente un ritmo del 24% en 2019, y los recursos sociales se expandirán un 32%.
En términos reales, la reducción del gasto será del 6% en servicios sociales; del 23% en educación y cultura; del 48% en vivienda y urbanismo; del 20% en promoción y asistencia social; del 8% en salud; del 17% en ciencia y técnica; y del 20% en agua potable y alcantarillado.
Se proyecta para 2019 una corrección en más de un 50% el déficit de cuenta corriente medido en dólares, alcanzando los 9.900 millones de dólares para todo el año, equivalente al 2,2% del PBI.
Retenciones: Reducción del 33 al 30% del tope de derechos de exportación a la soja; se mantiene el 12% para el resto de los productos. El plazo se mantiene hasta el 31 de diciembre del 2020.
Incorporación de un «fondo compensador» a municipios por la quita de subsidios al transporte urbano de pasajeros: 6.500 millones de pesos adicionales para amortiguar parcialmente el traspaso de la política de subsidios a las jurisdicciones locales, tras la quita de recursos por 43.000 millones de pesos.

Bienes Personales

Piso no imponible: Pasa de 1.050.000 pesos -correspondiente al 2018- a 2.000.000 en 2019.
Alícuotas: se establece un criterio progresivo de acuerdo al valor patrimonial declarado.
Entre 2.000.000 y 5.000.000: 0,25% de alícuota
Entre 5.000.000 y 20.000.000: 0,50%
Más de 20.000.000: 0,75%

Inmuebles rurales: continuarán exentos del pago de Bienes Personales.

El presidente argentino, Mauricio Macri, plantea en este proyecto recortes del gasto público superiores a los 10.000 millones de dólares en áreas como la salud, la educación, y la obra pública. Como contracara, se plantea un incremento del dinero destinado a pagar la deuda externa.

De esta forma, el Congreso argentino ha dado la denominada media sanción al presupuesto nacional con el impulso de la oficialista alianza Cambiemos, y el próximo paso para su aprobación corresponde a su discusión en la Cámara de Senadores.

Luego de más de 17 horas de debate, la iniciativa fue aprobada con 138 votos afirmativos, 103 negativos y 8 abstenciones y fue girada al Senado, donde se prevé que sea tratada en el recinto el 14 o el 21 de noviembre.

El proyecto prevé una caída de la actividad económica del 0,5%, una baja del 1,6% en el consumo privado y un desplome del 9,7% en la inversión, además de un dólar promedio de 40,10 y una inflación punta a punta del 23%.

En los dos proyectos de Presupuesto 2017 y 2018, el oficialismo había cosechado 177 y 165 votos respectivamente, con la ayuda del ala dialoguista de la oposición: este resultado marca un retroceso respecto de los consensos transversales alcanzados durante los dos primeros años de la era macrista.

La media sanción del Presupuesto definido como de «déficit cero» llegó en un momento oportuno para el Gobierno, ya que este viernes se desarrollará una reunión del directorio del organismo en la que se tratará la renegociación del acuerdo de endeudamiento, con la expectativa de que valide un nuevo desembolso de 7100 millones de dólares para el Tesoro Nacional.

Además de los votos propios, el oficialismo sumó el aval de una porción del interbloque Argentina Federal (Justicialista y aliados), de Evolución y algunos monobloques, mientras que las bancadas que hicieron causa común para resistir el proyecto fueron el Frente para la Victoria, Red por Argentina, Frente Renovador, Unidad Justicialista y la izquierda.

La oposición casi logra frenar el inicio de la sesión pero finalmente se juntó un quórum apretado de 129 diputados y se habilitó el debate sesión, mientras afuera comenzaban a despuntar los estrépitos de las primeras corridas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que alcanzaron su pico de mayor tensión tres horas más tarde.

El clima de confrontación fue una constante desde el primer momento, cuando luego del discurso del miembro informante de Cambiemos, Luciano Laspina (PRO), un grupo de diputados del Frente para la Victoria desplegó banderas de Estados Unidos sobre el hemiciclo del recinto, y luego se acopló la diputada de Red por Argentina Victoria Donda al colocar allí una gigantografía de cartón de la directora del FMI, Christine Lagarde.

Laspina decidió enfocar su discurso en una crítica a los años de «descontrol fiscal» de los gobiernos kirchneristas, y pidió «no castigar al Gobierno que le tocó pagar los platos rotos de la fiesta populista».

El presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda desempolvó el discurso de la herencia recibida, al marcar que el kirchnerismo «dejó casi cuatro puntos de déficit» y un «legado» que fue «inédito», que incluyó una suba del gasto público «del 26 al 46% del PBI».

El primero en responder fue el diputado del Frente para la Victoria Axel Kicillof, que calificó de «fracaso absoluto» el Gobierno de Mauricio Macri, y rechazó que el oficialismo siga montándose en el relato de «la pesada herencia», cuando transcurridos tres años de gestión «empeoraron todo».

«Basta de excusas, llevan tres años de gobierno y rompieron todo», embistió el ex ministro de Economía, que alertó que el presupuesto para el año que viene es «de súper ajuste» que sólo va a «generar más recesión».

El diputado del Frente Renovador Marco Lavagna señaló que la economía del país se encuentra «en el medio de una fiesta populista financiera» que se va a tener que «pagar en algún momento», y en este sentido sostuvo que «no aplica más» el discurso de «la herencia» recibida.

Por su parte, el legislador del bloque Justicialista Diego Bossio sentenció que el Gobierno de Macri «fracasó» y vaticinó que «también fracasará este Presupuesto».

«Vinieron a decir que iban a resolver el tema inflacionario y vamos a tener la inflación más alta desde 1921. Iban a resolver la pobreza y cada vez estamos más lejos de la pobreza cero. Y sobre unir a los argentinos, miren lo que nos pasa en lo cotidiano en este Congreso», indicó.

Un rato antes, el recinto se había convertido en escenario de una trifulca que comenzó cuando varios diputados del FpV y de Red por Argentina se acercaron al estrado del presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, para exigirle que dictara un cuarto intermedio de la sesión hasta tanto cesara «la represión» de las fuerzas de seguridad contra manifestantes en las inmediaciones del Congreso.

Mientras Monzó cavilaba qué hacer, varios diputados se arremolinaron en una gresca que tuvo como protagonistas estelares a los legisladores del FpV Daniel Filmus y Leopoldo Moreau, y al jefe de la bancada del PRO, Nicolás Massot, quien desencajado quedó al borde de los golpes de puño y debió ser sujetado.

Otros discursos del debate

La diputada del Partido Obrero-Frente de Izquierda Romina del Plá opinó que «este presupuesto es un plan de guerra contra el pueblo, que redactaron en Washington y que imponen a los palazos».

Por el Movimiento Evita, Leonardo Grosso enfatizó: «Nos acusan de ser el Club del Helicóptero mientras vacían la plaza a los tiros. El único club del helicóptero que existe tiene a Mauricio Macri de presidente y a Lagarde de socia vitalicia».

Si aprueban esto se cae el país. Y vamos a estar todos con el corazón en la boca, pensando si se cae antes o después de la finalizción del mandato del actual Presidente», agregó.

El diputado del Frente para la Victoria Leopoldo Moreau alertó que si se aprobaba el Presupuesto, «se cae el país».

«Y vamos a estar todos con el corazón en la boca, pensando si se cae antes o después de la finalización del mandato del actual Presidente», agregó, tras lo cual aclaró que Unidad Ciudadana no pretende que Macri entregue el poder de manera anticipada.

«Ojalá este modelo económico neoliberal fracase rotundamente así esta sociedad no vuelve a repetir estas experiencias traumáticas que benefician a los grupos más concentrados. Pero acuérdense: van camino a llevar a la sociedad argentina a un colapso», advirtió.

Al momento de los cierres, el jefe de la bancada Justicialista, Pablo Kosiner, cuestionó el proyecto de Presupuesto pero justificó su voto positivo al esgrimir que de no aprobarse la iniciativa, se le estaría entregando al jefe de Gabinete, Marcos Peña, «la libre disponibilidad del 6% del PBI», lo cual a su entender configuraría «una irresponsabilidad».