Enrique Santos Discepolo

Discepolín: Enrique Santos Discépolo.

Enrique Santos Discépolo (Buenos Aires, 27 de marzo de 1901 – Buenos Aires, 23 de diciembre de 1951) fue un compositor, músico, dramaturgo y cineasta argentino. Nació en el barrio porteño de Balvanera y murió en el mismo barrio de un ataque al corazón, 50 años después. Mantuvo un romance de 24 años con la cantante española Tania.

EL PADRE – Santo, su padre, fue un destacado músico napolitano establecido en Buenos Aires y que puede haber sido una primera señal hacia el arte combinado de la organización sonora y letrística de Discépolo. «Tuve una infancia triste. No hallé atractivo en jugar a la bolita o a cualquiera de los demás juegos infantiles. Vivía aislado y taciturno. Por desgracia no era sin motivo. A los cinco años quedé huérfano de padre, y antes de cumplir los nueve perdí también a mi madre. Entonces mi timidez se volvió miedo, y mi tristeza desventura». 

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Aburrido

Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo , canta Yira Yira Tango

También es conocido como Discepolín.

SU PRIMER TANGO – En 1924 estrena en Montevideo el insípido Bizcochito, su primer tango, composición hecha a pedido del dramaturgo Saldías a quien hizo firmar como autor y fue estrenada por Juan Carlos Marambio Catán; luego, en 1925, el notable y revulsivo Qué vachaché, en el que describía mordazmente la situación social que atravesaba el país. Fue editado por Julio Korn en 1926, y estrenado en un teatro de Montevideo por Mecha Delgado, bajo una total indiferencia. Enrique insistió en 1928 con Esta noche me emborracho, que incorporó Roberto Maida a su repertorio en el Teatro Astral. Antes había escrito, junto con Armando, El Organito. «En la escuela empecé por hacerme la rabona.(…) Y así seguí unos meses hasta que le dije a mi hermano Armando -yo vivía en la casa de él- que no quería ser maestro de escuela sino actor. Desde entonces lo que perdí en el colegio lo recuperé en la calle, en la vida. Tal vez allí, en ese tiempo tan lejano y tan hermoso, tal vez allí haya empezado a masticar las letras de mis canciones».

Su hermano, Armando Discépolo, fue director teatral y dramaturgo. Discépolo es recordado especialmente por componer varios de los llamados «tangos fundamentales»,  o «tangos de oro», entre los que destacan Yira, yira (1929), Cambalache (1934), Uno (1943), y Cafetín de Buenos Aires (1948), en los que cristalizó la vena lírica del escritor,  y que terminaron por brindarle un gran prestigio.

LO SENTIMOS EN EL ALMA

«Mordisquito»
De ideología peronista, dice Enrique Pichon-Rivière que las dudas que tenía Discépolo sobre el peronismo se incrementaron entre 1950 y 1951 y que “sufría un fuerte conflicto de ambivalencia frente al peronismo, que sentía en su aspecto popular pero rechazaba en algunas de sus acciones”. Desde los estudios de la radio, se identificó con el apodo de «Mordisquito» a los que consideraba «carneros» de la oligarquía o cipayos, cometiendolos activamente.

Discépolo

Tania cuenta que Discépolo admitía la censura previa y habitualmente le entregaba al Secretario de Prensa y Difusión Raúl Apold una copia del libreto que iba a leer el día siguiente para que se lo aprobara.  Su participación en ese programa y la defensa del peronismo le trajo el odio de muchos, al punto de comprarle todas las entradas de sus espectáculos a fin de que cuando saliese a escena viera el teatro vacío. Estos hechos de gente a la que consideraba amiga lo llenó de profunda tristeza, lo cual sumado al cáncer que padecía precipitó su fallecimiento en 1951.

Tras fallecer sus padres, su hermano Armando Discépolo, 14 años mayor, se convirtió en su maestro y le descubrió la vocación por el teatro. Con él dio sus primeros pasos como actor en 1917. En 1918 escribió sus primeras obras de teatro: El señor cura, El hombre solo y Día feriado. En 1923 actuó en la obra Mateo, escrita por su hermano. Prosiguió escribiendo para el género teatral y al mismo tiempo, en 1925, compuso la música del tango Bizcochito y la letra y la música de Que vachaché.

Trayectoria  Enrique Santos Discépolo

En 1928 compuso el tango Esta noche me emborracho, popularizado por Azucena Maizani. Más tarde, entre 1928 y 1929, escribió Chorra, Malevaje, Soy un arlequín y Yira, yira, entre otros. Mientras tanto, continuaba actuando con éxito en los teatros de Montevideo y Buenos Aires.

Entre 1931 y 1934 escribió varias obras musicales, entre ellas, Wunderbar y Tres esperanzas. En 1935 viajó a Europa y a su regreso se vinculó al mundo del cine como actor, guionista y director. Simultáneamente escribió y compuso sus tangos más notables Cambalache (1934), Desencanto (1937), Alma de bandoneón (1935), Uno (con música de Mariano Mores, 1943) y Canción desesperada (1944).

A partir de 1943 en el marco de una campaña iniciada por el gobierno militar que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez, la prostitución y el proxenetismo o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país incluyó al tango Uno dentro de los censurados para su difusión radiofónica.

NO QUEREMOS HOY LLORAR SI TENEMOS TODO EL AÑO

Las restricciones continuaron al asumir el gobierno constitucional del general Perón y en 1949 directivos de Sadaic le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones en una entrevista que se las anularan, pero sin resultado. Obtuvieron entonces una audiencia con Perón, que se realizó el 25 de marzo de 1949, y el Presidente –que afirmó que ignoraba la existencia de esas directivas– las dejó sin efecto y Uno, al igual que otros muchos tangos, pudo volver a la radio.

En 1947, después de una gira por México y Cuba, compuso Cafetín de Buenos Aires (1948). Durante los siguientes años continuó produciendo películas, obras teatrales y tangos, algunos de los cuales fueron estrenados después de su muerte.

Finalmente, el 13 de abril de 1951, estrena y protagoniza su última película como actor, dirigida por Manuel Romero, llamada El hincha. En la que queda inmortalizada su frase célebre en la que describe lo que es un hincha de fútbol.

En 1917, debuta como actor, al lado de Roberto Casaux, un capocómico de la época, y un año más tarde firmó junto a un amigo la pieza Los duendes, maltratada por la crítica. Luego levantó la puntería con El señor cura (adaptación de un cuento de Guy de Maupassant), Día Feriado, El hombre solo, Páselo cabo y, sobre todo, El organito, feroz pintura social bosquejada junto a su hermano, al promediar los años de 1920. Como actor, Discépolo evolucionó de comparsa a nombre de reparto, y se recordó con entusiasmo su trabajo en Mustafá, entre muchos otros estrenos.

NOS HAN IGUALAO