Distinguieron un programa que lucha contra la violencia en el fútbol infantil

La Legislatura porteña declaró el beneplácito, por el programa que busca que los niños que juegan en las divisiones inferiores de fútbol, puedan disfrutar más de la actividad deportiva y no sean maltratados y sobreexigidos por conseguir la victoria.

La Legislatura porteña declaró el beneplácito al programa “No a la violencia en el fútbol infantil”, durante un acto en el Salón Jauretche. El diputado Adrián Camps (PSA), autor de la iniciativa, afirmó que “un chico con una pelota es un chico feliz, pero en los campeonatos se los ve estresados, nerviosos”, cuestión que el proyecto que fue distinguido apunta a superar, ya que trabaja con los clubes en sus divisiones inferiores abarcando a los padres, directores técnicos y jugadores para erradicar la violencia.

El programa No a la Violencia en el Fútbol Infantil surgió en la Comuna 10. La vecina María Paz Pérez de San Román contó la iniciativa: “Tengo dos hijos. Mi hija que juega al hockey los sábados a la mañana y mi hijo que juega al fútbol a la tarde, pero hay una gran diferencia. En el hockey todo es diversión, no importa si se pierda o se gane. Pero en el fútbol es lo contrario, lo importante es ganar y en el medio hay peleas, gritos e insultos”.

Pérez de San Román entonces se propuso formular un proyecto para que los chicos en el fútbol puedan disfrutar del juego. Así conoció a la Asociación Salvemos al Fútbol (SAF) y a los integrantes de la Junta Comunal 10 y llevó el proyecto al Consejo Consultivo, donde hay representantes de entidades vecinales no gubernamentales y organizaciones políticas. Así, pudieron llevar a la práctica el proyecto y empezar a aplicarlo en los clubes All Boys y Villa Luro Norte.

Juan Monges, vecino e integrante del Consejo Consultivo, contó que empezaron con “reuniones con los profesores, padres y chicos”. Y describió una contradicción: “los padres decían que los llevaban para que se diviertan. Pero le preguntábamos si era para jugar o ganar y no nos daban respuestas”. Donde sí encontraron una respuesta uniforme fue entre cada uno de los chicos: “me gusta jugar, pero que no me griten”.

Mariano Bergés, de la SAF, explicó que la institución que preside tiene el objetivo de “combatir la violencia en el fútbol, que no se circunscribe a la violencia barra brava”. Describió que esa actitud “aparece en todos los campeonatos, incluidos los de menores” y se lamentó que haya llegado hasta los niños. La violencia muchas veces es ejercida contra los chicos para que puedan alcanzar los triunfos en cada partido y así fantasear con una carrera futbolística exitosa cuando sean adultos.

Del acto participaron vecinos y padres de los barrios de Monte Castro, Floresta, Versalles, Vélez Sarfield, Villa Luro y Villa Real, los integrantes de la Junta Comunal Ubaldo Mascaldi y Leonardo Farías, junto al subgerente operativo de Control Comunal Ricardo Johansen, quién abogó porque el programa contra la violencia en el fútbol infantil “se replique en todas las comunas”.

Distinguieron un programa que lucha contra la violencia en el fútbol infantil

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 14 de noviembre de 2017. Esta tarde, por iniciativa del diputado porteño Adrián Camps, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires distinguió al programa «No a la violencia en el fútbol infantil», llevado adelante por la Comisión de Turismo y Deporte del Consejo Consultivo de la Comuna 10 junto a la Asociación Civil Salvemos al Fútbol y la Junta Comunal de la Comuna 10, con el objetivo de proteger a los niños y niñas que sufren esta problemática, además de reflexionar junto a padres, madres, profesores y demás actores involucrados.

María Paz Pérez de San Román, integrante del CCC 10 y creadora del programa, contó cómo surgió el proyecto: «Todos los fines de semana, por las actividades de mis hijos, me tocan ver partidos de jockey y de fútbol y empecé a advertir las diferencias entre un entorno y otro. Mientras en hockey, si bien se alienta y se canta, el entorno es mucho más ameno; en el fútbol, los gritos, el alentar, el ganar o el perder, significaba todo, no sólo en los nenes sino también en los padres. Hay peleas y maltrato. De ahí viene la idea de decir qué podemos hacer para cambiar esto».

«Así empezamos por los clubes de barrio que es donde están los más pequeños, con la idea de enseñarles qué es el equipo, saber compartir y que no todo es ganar a cualquier precio. El primero en darnos una mano y abrirnos las puertas fue el Club Villa Luro Norte. Algunos clubes nos han pedido volver, porque con el pasar del año hay como un desgaste, entonces nos han propuesto realizar una nueva jornada», explicó María Paz y agregó: «Este reconocimiento nos dice que algo estamos haciendo bien; para nosotros es un orgullo».

Por su parte, Adrián Camps resaltó la importancia del programa: «El problema de la violencia en el futbol es muy grave. Todos lo conocemos pero pocos saben que se da también en las categorías infantiles, donde los propios adultos incitan a los chicos a tener actitudes violentas. Este programa debería extenderse a toda la Ciudad, porque si nosotros empezamos a trabajar con los chicos vamos a resolver esta problemática cuando sean adultos».

Ricardo Johansen Flindt, Gerente operativo de control comunal de la Comuna 10, coincidió con el legislador: «El Estado debería tener un apoyo más notorio para que se expanda a todas las Comunas. Cuando nos hicieron el planteo nos gustó y nos integramos enseguida al equipo de trabajo, siempre dando un apoyo para que el programa salga adelante. El problema de la violencia ha calado en todos los ámbitos y qué mejor que atacarlo con los chicos, para que se hagan amigos, vecinos y hermanarnos para que el futbol sea un ámbito de divertimento y no de lucha».

Para Mariano Bergés, Presidente de la Asociación Civil Salvemos al Fútbol, el comportamiento de los padres es una cuestión muy digna de tener en cuenta: «La mayoría quizás piensa que los papás y las mamás, van a las canchas a ver a sus hijos y ven el partido como si fuera un teatro. Esto no es así. Hay mucho grito, mucha pelea, en definitiva, mucha violencia. Eso no sólo se traslada a los menores, sino que a esto hay que sumarle una crítica generalizada a los arbitrajes, a las organizaciones del torneo. Todo eso ha generado, lamentablemente, en los últimos tiempos, una situación hasta de violencia latente, al punto que para algunos partidos hasta se ha pedido policía, siempre hablando de fútbol infantil. Por eso esta iniciativa nos parece muy positiva y como comienzo, como trabajo hecho a pulmón, es muy importante, porque nos permite visualizar una problemática que atañe no sólo al fútbol de adultos sino también al de los más pequeños».

En el mismo sentido, Juan Monges, integrante de la Comisión de Turismo y Deporte del CCC 10, advirtió sobre la presión que ejercen los padres sobre sus hijos: «A través de esta experiencia pude comprobar que los niños son los únicos que están para jugar; son los padres los que les exigen o quieren que todos sean como Messi. Después de varias reuniones, los chicos terminan diciendo ‘quiero jugar y divertirme, nada más’. Ahora, cuando hablás con los padres, te dicen ‘yo lo llevo para jugar’, pero la pregunta que yo les hago es ¿ustedes los llevan para jugar o los acompañan para ganar el partido?. Nadie sabe cómo responder a eso».