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Edificio Palermo diseñado en 1935 por el Ingeniero y Arquitecto Antonio Vilar. Av. del Libertador 3590.

El Edificio Palermo (1935) de Antonio Ubaldo Vilar, ubicado en Av. del Libertador 3590, Palermo, Buenos Aires, es una de las joyas arquitectónicas que se pueden disfrutar a simple vista cuando se visita la Plaza Holanda en el Parque  tres de Febrero. Su terraza es característica por su nave central que se parece a la proa de un barco.

Edificio Palermo

Esta obra, destinada a viviendas de renta/alquiler y conocida como “Edificio Palermo” fue construida por la sociedad SAFICO. Propone una arquitectura plena de austeridad constructiva, funcional y proyectual, constituida a partir de espacios elegantes que poseen una cualidad estética y expresiva de gran refinamiento técnico. Su lenguaje, despojado de cualquier tipo de ornamento que pudiese contaminar la expresión de la función, refleja los ideales de Vilar y de gran parte de los arquitectos modernos de principios del siglo XX en la Argentina.

El emplazamiento es inmejorable, con una magnífica orientación, teniendo por delante todos los bosques de Palermo y, de fondo, el paisaje con la vista del Rio de la Plata. A partir de esta ubicación, Vilar plantea un volumen en esquina horadado por aventanamientos y balcones que recompone la manzana al tratar la fachada como un plano que se “pliega” en tres instancias: la fachada menor sobre Av. del Libertador, la esquina y la fachada mayor sobre la calle Oro.

Al realizar esta operación de “plegado” de las superficies, es de notar el gesto del trabajo de la esquina, determinando una forma característica de tratamiento típica de la modernidad.

Uno de los detalles más interesantes del edificio radica en el alero del primer nivel que recorre los tres planos que conforman la fachada, un expresivo voladizo de espesor muy reducido, que se evidencia particularmente en la ochava, donde se aprecia una de las características de la arquitectura de Vilar: sus líneas elegantes y delicadas.

La relación de llenos y vacios está perfectamente controlada a partir del recurso de ventanas de proporción horizontal, con la persiana como novedoso elemento de diseño para la época. La fachada brinda un aspecto de ligereza, agilidad y velocidad determinada por el lenguaje de bandas corridas que recorren de un lado a otro las tres caras del edificio, al tiempo que brindan gran luminosidad a los interiores de cada ambiente. El detalle de la desmaterialización de los ángulos de las ventanas de esquina, se advierten como un signo de la incorporación de una estructura independiente que resolvería el tema estructural del edificio, permitiendo un libre cerramiento de cada planta.

Se advierte en el proyecto un acercamiento evidente a los preceptos de la modernidad alemana encarnada por Walter Gropius y la Bauhaus. La belleza de la obra se advierte en la geometría y la ortogonalidad, en la adhesión a una estética naval imperante en la época, en el detalle de volúmenes en la terraza, balcones curvos, barandas y superficies blancas similares a las de un transatlántico.

En cuanto al desarrollo de los espacios interiores, se propone una compactación de la planta para el mejor aprovechamiento de la superficie. El edificio presenta un basamento destinado a comercios, once pisos de viviendas y un último nivel, el piso doce, donde se ubican los lavaderos comunes, la terraza jardín y la piscina.
Desde los preceptos de una abstracción formal y funcional, sumados a una neutralidad expresiva evidente, Vilar elige para la materialización de su obra muy pocos recursos técnicos: revoques blancos, vidrio, carpinterías metálicas y mármol boticino lustrado, como signos de elegancia y de belleza moderna.

En la esquina opuesta de la misma manzana se encuentra el académico Palacio Bosch Alvear (actual Embajada de los Estados Unidos) proyectado por el arquitecto francés René Sergent en 1917. Cruzando la avenida, en el Parque 3 de Febrero, está ubicado el monumento al presidente Nicolás Avellaneda (1935), obra del prestigioso escultor José Fioravanti. Continuar paseando y disfrutando del parque, particularmente del Rosedal con sus espléndidos ejemplares de rosas, el lago y las arquitecturas que lo complementan.

Antonio Ubaldo Vilar  ingeniero y arquitecto argentino

Antonio Ubaldo Vilar (La Plata, 16 de mayo de 1889 – Buenos Aires, 7 de abril de 1966) fue un ingeniero y arquitecto argentino, uno de los principales exponentes de la primera generación de arquitectos que se suscribe en la Argentina a los postulados modernos de la renovación arquitectónica.

En 1914 se graduó de Ingeniero por la Universidad de Buenos Aires. Entre los años 1918 y 1920 fue Jefe del Servicio de Obras y Construcciones de la Explotación Nacional de Petróleo, el antecedente de YPF, en Comodoro Rivadavia. En 1926, junto a su hermano Carlos gana el concurso para la sede del Banco Popular Argentino, en la actual esquina de Perón y Florida. Vilar, desde su graduación y hasta el concurso del Banco Popular realiza asociado al ingeniero Urrutia, en La Plata, una serie de casas dentro de la corriente neocolonial, como asimismo la sede social de la Casa de España.

Después de ganar el concurso del Banco Popular, se establece en Buenos Aires, construye para si mismo un edificio en la calle Ugarteche, casi Libertador, donde ocupa los dos últimos pisos con su casa y su estudio. Cuando Le Corbusier llega a Buenos Aires en 1929, visita el estudio de Vilar, descubriendo el Río de la Plata, cuya vista va a inspirar todos sus proyectos porteños. Ugarteche 3370 es el “pequeño rascacielos” que Le Corbusier menciona en “Précisions”. Si bien en Ugarteche aparecen algunos rasgos vinculables al Art Decó, la planta de los departamentos y la terraza jardín, ya lo sitúan cómodamente en la renovación moderna de la arquitectura, por lo que no es difícil entender el entusiasmo de Le Corbusier.

En 1931, Vilar proyecta algo nuevo para Buenos Aires: El Hindú Club. La publicación del Hindú en “Nuestra Arquitectura” va junto a una carta de Vilar, “Arquitectura contemporánea”, donde quema las naves, y se enrola definitivamente a favor de una renovación de la arquitectura. En 1934 realiza la sede de Nordiska en Plaza San Martín, actualmente muy modificada, donde queda en claro su manera proyectual: Lisa, desordenada, severa y elegante. Y aparecen por primera vez las extraordinarias letras de hierro que se van a hacer famosas posteriormente en las sedes del Automóvil Club Argentino. A partir de aquí, y aproximadamente hasta 1942 realiza la serie de sus casas y edificios de renta racionalistas. En 1937 Vilar se muda a su nueva casa en San Isidro. Un prodigio justo frente a la barranca y la quinta de Pueyrredón. La casa Vilar posiblemente sea uno de los más importantes ejemplos –sino el más- de la renovación moderna en Sudamérica. El set-piece constituido por la enfilada del salón y el comedor, expandidos en la terraza abierta al río y delimitada por la bellísima viga curva es un suceso verdaderamente excepcional.

Entre 1938 y 1942 su actividad proyectual va a dar un giro. Proyecta el Hospital Churruca, una verdadera “maquina para curar”, donde parece despedirse del racionalismo más ortodoxo, y es contratado por el Automóvil Club Argentino para proyectar sus sedes en todo el país. En cuatro años Vilar proyecta –y construye- 180 edificios desde Jujuy a San Carlos de Bariloche. Pero hace algo más, descubre la posibilidad de ser moderno y regional, de incorporar materiales y tradiciones históricas al proyecto moderno. A partir de aquí, sus proyectos crecieron, se hicieron suaves, apropiados, serenos, pero nunca olvidaron su matriz renovadora.

La imagen que su arquitectura imprimió a la estética de Buenos Aires en los años cuarenta deriva del uso repetido de una cantidad restringida de materiales como el granito, el mármol travertino, los metales cromados, espejos y materiales brillantes de calidad, que otorgaron a sus obras de una vejez digna.

Bustos del Paseo de los Poetas en el Rosedal del Barrio de Palermo

Gabriel Garcia Marquez
Miguel de Cervantes
Alejandro Casona
Dante Alighieri
Giaccomo Leopardi
Gibran Khalil Girban
Ramón Pérez de Ayala
Miguel Ángel Asturias
José Martí
Jorge Luis Borges
Rubén Darío
Miguel Hernández
Julián Aguirre
Rosalía de Castro
Paul-François Groussac
Fernán Félix de Amador
Rabindranath Tagore
Amado Nervo
Antonio Machado
Federico García Lorca
William Shakespeare
Taras Shevchenko
Alfonsina Storni
Schólem Aléijem