Todos los caminos conducen a la pesificación de los depositos: El consumo cae en picada. La Presidenta Argentina Cristina Fernandez de Kirchner necesita todos los días que le preparen una fiestita con todos los funcionarios sentaditos para superar la depresión. Las pastillas de Valium y Clonazepam no le hacen más efecto. ¿Presidenta probó con un yogurt?
En abril, las ventas en los supermercados sufrieron, en promedio, un retroceso del 2,4 por ciento. Es la primera vez que este indicador marca una baja en siete años, según un relevamiento de una consultora
La baja en la demanda de los supermercados estuvo conducida por la caída de las ventas de productos de almacén, lácteos, golosinas y artículos de limpieza, especialmente. Pero no fue por lo único. Las compras en los grandes comercios cedieron también por la suba de las ventas del 1,8 por ciento que registraron las almacenes, negocios de barrios y los pequeños autoservicios.
Los datos se desprenden de un estudio que realizó la consultora CCR en el último mes. De acuerdo a la entidad, la caída del 2,4 por ciento de las ventas en supermercados es la primera en siete años. En tanto, los mayoristas registraron en abril un volumen de ventas similar respecto del mismo mes del año pasado.
Analizado por regiones, los supermercados del interior del país fueron los que más sufrieron la caída de las ventas, con un promedio del 2,6 por ciento en abril. Le siguieron los comercios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires con un rojo del 2,2 por ciento.
El dato representa un cambio de tendencia muy pronunciado con lo que venía sucediendo en los últimos años, ya que entre 2008 y 2011 el incremento del consumo en las ciudades de menos de 100.000 habitantes había duplicado al de la Capital y el GBA, indica el relevamiento que publica un matutino porteño.
«Abril es un punto de inflexión en esta tendencia, ya que marca situaciones hasta el presente no vistas durante una serie histórica significativa. Y si bien durante 2011 hubo variaciones negativas, nunca fueron de esta magnitud», advirtió José Ignacio Amodei, director de CCR.
Pum para abajo
La automotriz Renault suspenderá a unos 2.000 trabajadores desde este jueves debido a una caída en la producción ante una menor demanda de Brasil y la acumulación de stock en su fábrica de la localidad cordobesa de Santa Isabel, anunció hoy el gremio del sector.
Comparando los cinco primeros meses del año con respecto al 2011 se registro una baja del 10,5 por ciento en el volumen de producción.
La Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) precisó que esta situación es consecuencia de una menor demanda por parte de Brasil, el destino de casi la mitad de los automóviles que se fabrican en Córdoba.
Fuentes gremiales y de Renault Argentina dijeron que a partir de mañana en el segundo turno de trabajo se pondrá un plan de suspensiones que se extenderá hasta el sábado, mientras el viernes de la próxima semana los operarios tampoco trabajarán, durante todo el día.
Las mismas fuentes de la empresa destacaron la necesidad de «regular el stock» del que dispone la compañía y afirmaron que las suspensiones no implican una modificación de los planes que tenía proyectados Renault en Córdoba.
Todos los caminos conducen a un Rodrigazo
El exministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, sostuvo que el principal problema de la economía argentina es la inflación, y llamó a tomar medidas para frenar el alza de precios, «antes de pensar en devaluar».
«Con el dólar no se puede hacer nada si no se hace algo primero con la inflación. Lo primero es discutir la inflación, lo cual significa sincerarla», afirmó el economista en declaraciones al programa «A dos voces» por el canal de cable Todo Noticias.
«La economía tiene dos problemas: la inflación, que hace difícil mantener o mejorar los salarios reales, reducir la pobreza (….), por lo que el consumo pierde dinamismo y también genera retraso cambiario, pérdida de competitividad, sobretodo para exportaciones industriales», enumeró.
En la misma línea, indicó que el segundo problema es la falta de inversión local y externa que incorpore tecnología. «Si no tenemos una tasa de inversión, es difícil darle sustentabilidad al crecimiento económico», explicó.
«No tiene sentido pensar en devaluar o en un ajuste tarifario si no se atiende el problema de la inflación», concluyó.