El dólar continuó orientándose a la baja

En un contexto en el que la cotización del dólar continuó orientándose a la baja y en el que la inflación sigue dando señales de moderación, el BCRA decidió esta semana introducir algunas modificaciones a su política monetaria, con una reducción de los encajes bancarios y la fijación de un nuevo piso (más bajo) para la tasa de las LELIQ en el mes de julio. Se trata de medidas que apuntan a relajar en el margen las condiciones monetarias, sin poner en juego la estabilidad cambiaria. Por otro lado, se conocieron datos positivos de la industria y la construcción correspondientes a mayo, los cuales mostraron un nuevo avance de estos dos sectores, reflejo de cómo la mayor estabilidad financiera y cambiaria empieza a derramar sobre la economía real. Asimismo, la recaudación tributaria siguió exhibiendo en junio un ritmo de crecimiento superior al de las erogaciones del sector público nacional, profundizándose la consolidación de las cuentas públicas, algo que brinda fundamentos macroeconómicos más sólidos al cambio de tendencia que lentamente comienza a vislumbrarse en el ciclo económico.

En el plano financiero, tras marcar un descenso de 5,4% en junio, la cotización del dólar se contrajo otro 1,4% en la primera semana de julio (cerró el viernes en $41,85 a nivel mayorista), en un contexto favorable para el peso. Actualmente, se combinan -entre otros elementos- una mayor oferta de divisas del agro, un escenario internacional más benigno para los mercados emergentes, una decreciente incertidumbre política y elevados rendimientos en moneda local, en concurrencia con expectativas de devaluación que siguen contenidas.

En este marco, y ante una consolidación de la tendencia a la desaceleración de la inflación mensual durante junio, cuando tanto los indicadores privados como las expectativas de los analistas apuntan a una caída de al menos medio punto porcentual frente al dato de mayo (3,1%), el Banco Central redujo el límite mínimo para la tasa de política monetaria, el cual pasó del 62,5% vigente durante junio a un 58% en el mes de julio. De esta forma, el BCRA habilita nuevos descensos en la tasa de referencia, que ya había llegado a su límite anterior a fines del mes pasado, pero al mismo tiempo sigue manteniendo acotado el eventual retroceso que puede presentar esta tasa, de manera de garantizar la estabilidad del mercado de cambios. En este sentido, mientras que durante junio la tasa de política monetaria se redujo en aproximadamente 8 puntos porcentuales, a lo largo de julio el descenso podría acumular como máximo 4,5 puntos.

La caída que ha venido experimentando la tasa de las LELIQ vino acompañada por un retroceso en las tasas de algunas líneas de préstamos y por una disminución en las tasas de los depósitos a plazo fijo. Entre estas últimas, en particular, la tasa Badlar (para depósitos de más de un millón de pesos) pasó de un máximo de 53,7% en mayo a 47,5% a fines de junio.

Paralelamente, el Banco Central anunció también una reducción de 3 puntos porcentuales en los encajes bancarios para los depósitos a plazo, procurando que el descenso en las tasas que perciben los ahorristas como resultado de la caída de la tasa de interés de las Leliq sea menos marcado, como forma de sostener el interés por las posiciones en pesos y no alentar la demanda de dólares. De hecho, mientras que la tasa de política monetaria continuó retrocediendo en la primera semana de julio (cerró el viernes en 59,89%, su mínimo en 4 meses), la tasa Badlar experimentó un leve incremento, hasta 48,4%, luego que entrara en vigencia este lunes la baja de encajes.

En lo que hace a los datos de actividad económica, tanto la industria como la construcción presentaron en mayo un aumento de la actividad sectorial con relación al mes previo. La industria avanzó un 0,6% en el mes, acumulando una suba de 6,1% respecto al piso que había alcanzado en diciembre, mientras que la construcción mejoró un 2,3%, con un incremento de 12,3% respecto a su mínimo previo, también de fines de 2018. En términos interanuales, las variaciones fueron de -6,9% y -3,4%, respectivamente, ambas de menor magnitud que las registradas en los meses previos.

En el caso de la industria, algunos sectores incluso ya presentan un incremento con respecto a un año atrás, como la refinación de petróleo (con una mayor producción de gasoil ligada a la creciente demanda del campo) y las industrias metálicas básicas, donde el crecimiento se centró en la industria siderúrgica, a partir de las inversiones en el sector de hidrocarburos no convencionales en el área de Vaca Muerta. Entre los indicadores relacionados con el sector de la construcción, volvió a observarse en mayo una mejora en la superficie autorizada a construir (+22,5% interanual), elemento que podría estar apuntando a una recuperación más sostenida de la actividad en los próximos meses.

Por otro lado, los datos de recaudación tributaria volvieron a mostrar una evolución positiva en junio, con un alza del 52,1% interanual, en la que sobresalió la evolución de los derechos de exportación, que crecieron un 163%, y el incremento en la recaudación del impuesto a las ganancias (+51%). Si bien el avance de la recaudación resultó inferior a la tasa de inflación, este volvió a superar el alza que viene exhibiendo el gasto primario, lo cual hace prever que el gobierno no encontrará dificultades para cumplir con la meta de déficit pautada para el primer semestre del año, garantizándose los nuevos desembolsos del Fondo Monetario Internacional.

En suma, la estabilidad que ha mostrado el mercado de cambios en los últimos dos meses, la cual comienza a hacerse más palpable en los datos de inflación, abre el camino a un paulatino descenso en las tasas de interés, otro elemento que, vía su incidencia sobre la evolución del crédito bancario, debería contribuir a reforzar la recuperación que empiezan registrar algunos de los indicadores de actividad económica.