El ejercicio moderado ayuda a reducir en un 20% el riesgo de ataque cerebral en mujeres

La American Stroke Association remarca que no hace falta “correr una maratón sino caminar a paso ligero”. El beneficio también estaría presente en las mujeres postmenopáusicas a las que se les administra hormonoterapia, y en las que el riesgo de sufrir un ACV aumenta un 30%.

El ejercicio moderado, puntualmente realizar una caminata ligera, ayuda a reducir en un 20% el riesgo de ataque cerebral en mujeres. Así lo indica un estudio realizado en Estados Unidos cuyas conclusiones, presentadas por la American Stroke Association, muestran que el beneficio estaría presente también en las mujeres postmenopáusicas a las que se les administra hormonoterapia[1].

Al respecto, el Dr. Pedro Lylyk, director de Instituto Médico ENERI y Clínica La Sagrada Familia sostuvo: “La postmenopausia es un periodo de aumento en el riesgo de Ataque Cerebrovascular (ACV) y hasta el momento ninguna terapia de reemplazo hormonal ha demostrado ser efectiva en reducir esa posibilidad”.

Por su parte, los autores del estudio -integrantes del departamento de ciencias de la población del Instituto de Investigación Beckman de la Ciudad de Hope en California- manifestaron su sorpresa al encontrar que la actividad física moderada aunque sostenida en el tiempo se asoció fuertemente a un menor riesgo de ataque cerebrovascular, cosa que no ocurre con la actividad más exigente como correr o realizar ejercicios aeróbicos. Por eso recomendaron realizar caminatas a paso ligero.

Además, señalaron que la actividad física moderada también ayudaría a compensar el incremento del riesgo de ACV –de hasta 30%- que tienen las mujeres postmenopáusicas a las cuales se les administra hormonoterapia.

Los investigadores analizaron información médica de 133.479 mujeres en el marco del Estudio de Maestros de California para analizar cuántas habían sufrido un ataque cerebral entre 1996 y 2010, y las conclusiones fueron contundentes: aquellas que reportaron la realización de actividad física moderada fueron 20% menos propensas a sufrir un ACV, en comparación con las mujeres que no realizaban actividad física.

“Cuando pensamos en ACV y mujer debemos considerar la actividad física porque la obesidad y el síndrome metabólico implican un riesgo mayor, al igual que el uso de anticonceptivos, especialmente en presencia de otros factores de riesgo o en caso que la mujer sea fumadora y haya tenido otros eventos de trombosis”, completó Lylyk.

La importancia del chequeo anual en la mujer
Los especialistas recomiendan la realización anual de un chequeo integral y personalizado de la salud de la mujer con el fin de poder prevenir el desarrollo de eventos cardiovasculares graves (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y/o muerte súbita), mediante la implementación de estrategias preventivas más intensas cuando sea necesario. Lo que incluye examen fisco, realización de pruebas de laboratorio, electrocardiograma y estudios modernos de diagnóstico por imágenes. Pero insisten en prestar atención en los factores de riesgo que son modificables:

• Hipertensión arterial: La presión arterial alta (≥140/90 mmHg) sin tratamiento aumenta el riesgo en la mujer de presentar un episodio cardiovascular. La hipertensión puede aparecer en cualquier momento de la vida, no puede curarse, pero sí puede controlarse (el valor óptimo es 120/80 mmHg) mediante cambios en el estilo de vida, control del peso, aumento de la actividad física, consumo moderado de alcohol, restricción del sodio e incremento de consumo de frutas y vegetales y, de ser necesarios, tratamiento farmacológico con medicamentos.
• Diabetes: El riesgo de enfermedad cardiovascular en la mujer diabética aumenta entre 3 y 7 veces mientras que en los hombres lo incrementa de 2 a 3 veces.
• Tabaquismo: En Argentina fuma el 34% de la población adulta. Si bien hasta hace un tiempo era un problema de los hombres, actualmente las mujeres fuman tanto o más que el sexo opuesto. Cada año mueren 40.000 argentinos por causas relacionadas con el tabaco y coincidiendo con los datos mundiales, el número de jóvenes que fuma sigue en aumento, fundamentalmente las mujeres. Se calcula que el 50% de los infartos entre las mujeres de mediana edad son atribuibles a esta adicción.
• El consumo de cigarrillos combinado con el uso de anticonceptivos orales también ha demostrado aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o cerebral. De hecho, su uso en mujeres fumadoras > 35 años está relativamente contraindicado.
• Dislipemia: El aumento del colesterol total y de la lipoproteína de baja densidad (LDL) o colesterol “malo” son importantes factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres. Los niveles bajos de la lipoproteína de alta densidad (HDL) o colesterol “bueno” son predictores de enfermedad coronaria en la mujer.
• Obesidad e inactividad física: Realizar actividad aeróbica rutinariamente definitivamente ayuda a reducir el peso y previene problemas cardiovasculares.
• Estrés: Es un factor de riesgo reconocido en ambos sexos. Sin embargo, estudios preliminares han demostrado que mientras los niveles de hormonas relacionadas con el estrés disminuyen cuando el hombre llega a casa tras su jornada laboral, en la mujer ocurre lo contrario.