El fantasma de la B sigue dentro de la UCR y van por el campeonato del descenso

Cuando uno ve lo que quedó de un partido centenario, te da ganas de llorar, todos los amigos de la UCR están espantados con lo que pasa en este histórico partido, los únicos que no la ven son la formación de radichetas que no saben que hacer, y cada día se nota más. La Unión Cívica Radical (UCR) es un partido político de la Argentina fundado el 26 de junio de 1891 por Leandro N. Alem. A lo largo de su historia tuvo diferentes conformaciones y fracturas y a través de las mismas gobernó en nueve oportunidades el país, mediante las presidencias de Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Roberto M. Ortiz, Arturo Frondizi, José María Guido, Arturo Illia, Raúl Alfonsín, y Fernando de la Rúa. Llegó también a la Vicepresidencia de la Nación en los primeros mandatos de Juan Domingo Perón, y Cristina Fernández de Kirchner, todos recuerdan el no positivo. En las elecciones presidenciales de 2015 la UCR integró la alianza Cambiemos, que ganó con la candidatura presidencial de Mauricio Macri del partido Propuesta Republicana. Pero hoy están jugando a ver quien va a ser el mariscal del descenso.

El monje negro de Nosoglia continúa jugando su cartas marcadas en un poker para hacerlos perder a todos.

Una agrupación liderada por dirigentes históricos de la UCR porteña, como Jesús Rodríguez, Facundo Suárez Lastra, Luis Brandoni y Ricardo Gil Lavedra, bautizada «Radicales en Cambiemos», fue lanzada este miércoles con la consigna de evitar que el radicalismo capitalino «vaya detrás de un proyecto personal», como sería el de apoyar a Martín Lousteau para diputado nacional, por fuera de la coalición oficialista.

«Radicales en Cambiemos», se presentó en un encuentro que contó con la presencia del ex titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz y que tuvo como principal objetivo ratificar el «apoyo al Gobierno» y visibilizar al sector de la UCR que se opone a la postulación de Lousteau.

El encuentro contó con la presencia de 400 personas, entre las que se encontraban dirigentes de larga trayectoria en el partido, como Andrés Delich, Juan Octavio Gauna, Nicolás Gallo, además de la ex titular de la Convención Nacional, Lilia Puig de Stubrin y la diputada nacional Karina Banfi.

«Yacobitti no puede elegir por si solo un candidato porque a él se le ocurra», declaró a la prensa, minutos antes de comenzar el encuentro, el ex intendente porteño Suárez Lastra y agregó que «ir tras la candidatura de Lousteau, sería poner al radicalismo detrás de un proyecto personal para el 2019 que es su candidatura a jefe de gobierno».

Ya en el escenario, el ex intendente puso en «la prioridad de consolidar la alianza nacional» la principal diferencia fundamental entre el nuevo espacio y la conducción partidaria en un momento difícil para la coalición gobernante porque «las cosas están costando mucho más de lo que nos gustaría».

Más moderado, Jesús Rodriguez puso como eje del encuentro la necesidad de conformar en la ciudad un «proyecto político de amplia representación de la ciudad de Buenos Aires que contribuya al proceso de cambio que se expresa en Cambiemos» y celebró la decisión de Carrió de competir en territorio porteño.

«Es una buena noticia. Queremos respetar lo resuelto por el radicalismo a nivel nacional de fortalecer Cambiemos en todos los distritos», evaluó.

El cierre del cónclave estuvo a cargo de Sanz quien expresó: «Yo estoy acá porque acá están mis amigos. La política no es una actividad personal», dijo al cerrar el cónclave cuando también reivindicó el rol de la UCR de darle la «carnadura ideológica y filosófica» del centenario partido a Cambiemos.

No obstante, el ex senador y uno de los arquitectos de la alianza gobernante reconoció que «siempre hubo peligro de que el PRO -un partido que tiene apenas el 10 por ciento de la historia cronológica- pueda subsumirnos es cierto, pero ese es un problema más nuestro que de la voluntad del PRO» y convocó a superar los conflictos «doctrinarios e ideológicos» que existen entre su partido y el macrismo.