El final de Amado «mi exCiccone» Boudou llega a toda orquesta. El Gobierno se desploma.

Las denuncias de Boudou contra el estudio de Righi no tuvieron sustento.

Boudou debe presentar la renuncia. Se ha demostrado que mintió descaradamente.
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El vicepresidente Amado Boudou sufrió hoy un duro revés judicial: el juez Ariel Lijo, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 4, decidió el sobreseimiento de los imputados en la denuncia realizada por el segundo de Cristina Kirchner sobre el estudio de abogados fundado por el ex procurador general Esteban Righi.

Lijo sobreseyó a los letrados María José Labat, Ana María García y Fabián Musso acusados por el vicepresidente por presunto tráfico de influencias . La resolución judicial también incluye al presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, y a Antonio Tabanelli, de la empresa Boldt.

El vicepresidente había denunciado una virtual extorsión por parte de los imputados durante su gestión como ministro de Economía y había vinculado «las presiones» a la disputa comercial entre Boldt y Ciccone.

Ya el pasado 30 de agosto, el fiscal Jorge Di Lello consideró que no había evidencias de las denuncias que Boudou hizo en el caso Ciccone contra familiares del ex procurador general, que renunció días después de que el vicepresidente lancé sus acusasiones en abril en el Senado, tras un allanamiento judicial en un departamento suyo de Puerto Madero.

Según indicó hoy el Centro de Información Judicial, para decidir el sobreseimiento, el juez Lijo tuvo en cuenta que existía un «estado de duda» respecto de la forma en que se produjeron los hechos que no pudo ser resuelta con los elementos probatorios recolectados. No fue posible llegar a una conclusión razonada derivada de las pruebas ya que éstas, por el contrario, generaron diferentes hipótesis de un único suceso fáctico.

«El origen de esta causa responde a la reinterpretación de episodios signados por reuniones sucesivas que según el propio relato no aparecían como controvertidos cuando sucedieron, pero que nuevamente analizados denotarían ser irregulares», escribió Lijo en su fallo. «Esta implicancia da cuenta de que la propia imprecisión del núcleo fáctico que ahora aparece como relevante jurídicamente bien pudo ser entendido por todos los intervinientes como comportamientos permisibles, o, por lo menos, aceptados recíprocamente al momento de su ocurrencia», agregó.

LA DENUNCIA DEL VICEPRESIDENTE

Como publicó LA NACION, Boudou había denunciado que Ana María García y sus socios lo habían visitado en julio de 2009, cuando él estaba al frente de la Anses, para ofrecerle los servicios jurídicos del estudio porque «tenía buen lobby» en los juzgados y fiscalías federales.

A esta reunión, Boudou dijo que le siguió otra, un año más tarde, cuando ya era ministro de Economía, donde señaló que intentaron «venderle humo», es decir, falsas influencias ante jueces con causas que involucraban al funcionario.

Una segunda denuncia de Boudou alcanzó a Gabbi. Dijo que el ejecutivo de la Bolsa se reunió con él en marzo de 2011 para advertirle que los dueños de la empresa Boldt, que se dedica a explotar salas de juego y a realizar impresiones de seguridad, lo «iba a destruir» si no lo ayudaba a mantener la planta de Ciccone que en ese momento alquilaba esa empresa.

Boudou dijo que Gabbi le advirtió que Tabanelli era una persona poderosa y que sólo hacía falta «ponerle un número» para que lo acompañara. En una segunda reunión, Boudou dijo que le comentó a Gabbi que no quería tener nada con Tabanelli.

Lijo y Di Lello son los mismos que investigan a Boudou por traficar influencias para salvar la imprenta Ciccone de la quiebra y por supuesto enriquecimiento ilícito.

La empresa, fue beneficiada antes de su estatización con un jugoso contrato para imprimir papel moneda. Pero aún se desconoce el nombre de sus verdaderos accionistas.

Amado Boudou no aclares que Ciccone

El vicepresidente Amado Boudou se refirió a la participación de legisladores opositores argentinos como veedores en la elección presidencial de Venezuela y sostuvo que se debería dejar de llamarlos «`Grupo A´, porque son el `Grupo Capriles´».
En declaraciones a Télam luego de participar de la firma de un convenio para la construcción de centros para víctimas de violencia familiar que impulsa la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el vicepresidente se refirió a las elecciones venezolanas y criticó la cobertura periodística ofrecida por el multimedio Clarín.
«La cobertura fue particular y sesgada, fíjese que (para Clarín) si iban militantes del kirchenrismo lo hacían para vaya uno a saber que, mientras que la presencia de los actores de la oposición era relatada como la de observadores imparciales», explicó.
Por último, dijo: «Ya está, el `Grupo Capriles´ se está volviendo, ya no son más el `grupo A´».