El mar como parte de sus vidas

Guardiamarinas en Comisión Ignacio Maldacena y Christian Lora Grünwaldt

(04-11-2016) Ignacio Maldacena tiene 23 años, nació en Capital Federal, es hijo de familia naval y está muy cerca de egresar como Guardiamarina de la Armada Argentina y convertirse más adelante en artillero naval. Christian Lora Grünwaldt es muy joven, porteño también y próximo a recibirse como Oficial de Marina aunque a diferencia de Ignacio, no tenía familiares en la Fuerza.

Cerca de Buenos Aires – El buque escuela argentino fragata ARA “Libertad” está concluyendo su viaje de Instrucción Naval N° 45 por el mundo. En pocas horas tocará el puerto de Buenos Aires ante la mirada emocionada de familiares y amigos que esperan el regreso de los marinos luego de más de medio año de navegación.

Desembarcarán los Guardiamarinas en Comisión, quienes luego egresarán como Oficiales de Marina, tras haber recibido instrucción a bordo en prácticas de navegación, conducción militar del personal y administración de material. Entre ellos Ignacio y Christian. El primero sueña con ser artillero, “es un oficial naval que va a navegar y se especializa en el tema de los cañones, los misiles, los sistemas de armas”, puntualizó Ignacio.

“Desde el primer momento supe que quería ser naval, siempre me causaron curiosidad los buques y lo reafirmé con los embarcos. Me llaman la atención las Fuerzas Especiales, aunque me gustan todas las orientaciones porque cada una tiene lo suyo y aún no he decidido ninguna”, dijo Christian.

Ignacio Maldacena decidió seguir la misma carrera que su padre quien fue el primero en mostrarle la opción con el ejemplo. No lo conmovió ninguna otra carrera, una alternativa era estudiar ingeniería electrónica o electromecánica pero ninguna fue más fuerte que su vocación, él quería ser militar y naval. “Es un orgullo y un prestigio pertenecer a la Armada; es mi vida”, destacó.

Contó que vive con su madre en San Fernando, zona norte del Gran Buenos Aires, y recordó que a ella “le costó un poco al principio adaptarse a tener un hijo naval, aunque ahora está orgullosa porque tiene presente que lo hago con mucho entusiasmo, que es lo que me gusta. Mi padre también está muy orgulloso de la carrera que elegí”.

Al finalizar el secundario, a Christian Lora Grünwaldt le simpatizaba la idea de estudiar profesorado en Historia pero finalmente se decidió por la Armada Argentina e ingresó a la Escuela Naval Militar para ser marino. “Conocí la Escuadrilla de Ríos en Buenos Aires un 17 de mayo ´Día de la Armada´; tenía 9 años, recuerdo que me gustó tanto que le dije a mi papá que quería trabajar ahí. Cuando llegó el momento de decidir una carrera, fui a la Delegación Naval y me explicaron cómo era e ingresé”.

La fragata zarpó el 23 de abril y recorrió varios puertos americanos y europeos. Durante los meses de navegación recibieron instrucción los Guardiamarinas en Comisión de las promociones 144 y 145 del Cuerpo Comando Escalafón Naval; la 79 y 80 del Escalafón Infantería de Marina; y la 100 y 101 del Cuerpo Profesional Escalafón Intendencia.

El último año de la carrera se cursa a bordo de la fragata, continúan con el estudio y llevan a la práctica todo lo aprendido en la escuela anteriormente, sumada la importancia de la experiencia del intercambio cultural con cada país que visitaron. Comparten el viaje con la tripulación del buque que desempeña su tarea diaria en los diferentes Departamentos con los que cuenta la embarcación: Máquinas, Operaciones, Cubierta, Cocina entre otros.

Los futuros Guardiamarinas siguieron un programa académico y las distintas actividades previstas. Se organizaron en dos brigadas y cada brigada fue dividida en grupos, con el consiguiente fraccionamiento de actividades.

Para Ignacio el cambio entre las actividades vividas en la Escuela Naval Militar y la fragata se sintió, “extrañé muchas cosas, pero uno lo va reemplazando con otras como la camaradería y estar con los amigos todos los días. Nunca había embarcado por tanto tiempo y es una experiencia única; estar en medio del mar navegando por bastantes días es algo que no muchas personas pueden vivir”.

“Somos muy afortunados de haber podido navegar en la fragata por lo que ella representa y porque en un viaje largo se aprende mucho sobre navegación, vela, y de la experiencia de todo el personal de la dotación de a bordo”, concluyó Christian.

Este sábado está previsto el arribo de la fragata al puerto de Buenos Aires. El primer puerto de la travesía fue Recife (Brasil) el 7 de mayo y el último, Montevideo (Uruguay) el 3 de noviembre.

La fragata visitó 10 países extranjeros y en ocasiones más de un puerto de ese país. Estuvo en Baltimore, Norfolk y Nueva York en los Estados Unidos. Visitó los puertos europeos de Ámsterdam (Holanda), Brest y Toulon (Francia), Liverpool (Reino Unido), Dublín (Irlanda), Ferrol y Cádiz (España), Civitavecchia (Italia) y El Pireo (Grecia).

La navegación por el Atlántico durante casi un mes en altamar hacia fines de septiembre, fue el inicio del camino de regreso al continente americano. La fragata arribó a Río de Janeiro (Brasil) y luego a Montevideo (Uruguay) completando el itinerario de regreso hacia la Argentina.