El rompehielos Irízar está listo para pruebas en el mar, pero no puede salir del dique

El rompehielos ARA Almirante Irízar está listo para iniciar las pruebas de mar, pero no puede salir de su lugar de amarre en el muelle de Tandanor, debido a que la profundidad del río allí no alcanza para sacarlo del dique.

irizar2016 1El rompehielos ARA Almirante Irízar (Q5) está listo para iniciar las pruebas de mar, pero no puede salir de su lugar de amarre en el muelle de Tandanor, debido a que la profundidad del río allí no alcanza para sacarlo del dique y por el momento no es posible lograr lo que se tenía previsto, de acompañar a los buques que realizarán el abastecimiento de las bases en la próxima Campaña Antártica de Verano (CAV 2016/2017) y así cumplir con las pruebas de hielo y la certificación del casco; no pudiéndose llegar a ese objetivo sin antes haber efectuado una verificación en mar abierto.

Ocurre que no hay profundidad suficiente para la maniobra; para lograrlo antes se debe dragar el lecho del río, porque el casco del buque está casi apoyado en el fondo de limo y la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación, no tiene dragas en servicio para realizar esta tarea.

Por el momento no es posible lograr lo que se tenía previsto, de acompañar a los buques que realizarán el abastecimiento de las bases en la próxima Campaña Antártica de Verano (CAV 2016/2017) y así cumplir con las pruebas de hielo y la certificación del casco y no se puede llegar a ese objetivo sin antes haber efectuado una verificación en mar abierto.

El test de todos los mecanismos en una navegación de prueba luego del recambio y la repotenciación de los motores de propulsión, la actualización de los sistemas de navegación, la renovación integral de los circuitos eléctricos, neumáticos e hidráulicos es imprescindible por razones de operatividad y seguridad náutica; la demora lleva más de dos semanas y no hay solución a la vista.

Este inconveniente que tiene paralizado al rompehielos Irizar, se debe a que no hay profundidad suficiente para la realización de las distintas maniobras con el buque, antes se debe dragar el lecho del río, porque el casco del buque está casi apoyado en el fondo de limo y la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación, no tiene dragas en servicio para realizar esta tarea; ya que de las 115 unidades flotantes, ninguna está en funcionamiento, y por eso se tendría que contratar particulares.

Dicen que se conocía de antemano las limitaciones de calado en el espejo de maniobra que rodea el muelle del astillero Tandanor, pero la acumulación de sedimento, limo, es una constante que se controla mediante extracciones periódicas, tarea a cargo de embarcaciones especiales: las dragas.

Esperar una marea de sicigia, fenómeno que se produce por una particular posición de la Luna, el Sol y la Tierra que determinan una pleamar de mayor valor y mover el rompehielos con remolcadores, pero si las maniobras se demoran el riesgo es que el buque puede quedar varado al llegar la bajamar, que también es la de menor valor.

Son todas incógnitas, se dice también que podrían batir el limo que aprisiona al rompehielos Irízar con las hélices de los remolcadores, pero nadie asegura dónde se depositará el sedimento.

Mientras tanto, pasan los dias y esta cada vez más cerca la próxima Campaña Antártica de Verano (CAV 2016/17).

Accidentes de aviación en la Antártida
El 15 de septiembre de 1976 un avión Neptune de la Armada Argentina y el día 11 de enero de 1977 un helicóptero Bell 212 del Ejército Argentino

El 15 de septiembre de 1976 un avión Neptune de la Armada Argentina que realizaba vuelos de reconocimiento glaciológico en la Antártida Argentina, en adversas condiciones meteorológicas, impactó contra una elevación, produciéndose la destrucción total de la aeronave y la muerte de sus tripulantes y de un pasajero que estaba realizando una cobertura periodística.

Mientras se realizaba el rescate del Neptune, desafortunadamente el día 11 de enero de 1977 se accidentó un helicóptero Bell 212 del Ejército Argentino, falleciendo sus tripulantes, pasando a integrar la nómina de más de cien hombres, que murieron en cumplimiento del deber y dieron su vida por nuestra Patria y por la Antártida Argentina.

fuente: Fundacion Marambio