El taxista que atropelló y mató en Recoleta, procesado por homicidio culposo

ACCIDENTE EN RECOLETA

Rubén Botta, quien atropelló y mató a Leonela Noble e hirió a otras siete personas al perder el control de su auto por un problema de diabetes fue procesado e inhabilitado para conducir cualquier tipo de vehículo.
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Fuentes judiciales informaron a los periodistas que así lo decidió a última hora de ayer el juez de instrucción porteño a cargo de la causa, Alberto Baños, quien además, le trabó a Botta un embargo sobre sus bienes de dos millones de pesos.

De todas formas, Baños le dictó el procesamiento sin prisión preventiva, por lo que el imputado continuará en libertad mientras siga el proceso y al menos hasta que la Cámara del Crimen resuelva la apelación que la fiscal de la causa, María Paula Asaro, realizó por su excarcelación.

El fallo se conoció hoy, horas antes de que familiares y amigos de Leonela realicen una marcha, a las 19, en reclamo de justicia por la avenida Santa Fe, desde la calle Junín hasta Montevideo, lugar del accidente.

En el auto de procesamiento -al que Télam tuvo acceso-, el juez Baños da por probado que Botta tuvo un «cuadro de hipoglucemia que en principio motivó una falta de dominación consciente en el manejo y luego el descontrol del bólido que embistió cosas y personas».

Sin embargo, el magistrado aclara que «el reproche se asienta en la evidencia de un accionar imprudente que lo advierto desplegado con anterioridad al inicio de la mecánica propia de la circulación del rodado».

«El imputado Rubén Darío Botta actuó de manera imprudente infringiendo el deber de cuidado que le era exigible al no haber cumplido, el día del fatal evento, con las pautas e indicaciones referentes a la educación diabetológica impuesta por su médica de cabecera, esto en cabal conocimiento de la enfermedad que padece, Diabetes mellitus tipo 1 e insulino dependiente y asumir, en dichas condiciones, la conducción de un vehículo de pasajeros», señala.

Para Baños, el taxista «no llevó a cabo un correcto control de la glucemia, al no tener en su poder -ni en el interior del taxi que conducía-, el aparato medidor de glucemia, que hubiese permitido un adecuado automonitoreo glucémico».

Además, le endilga a Botta que «tampoco llevó a cabo, ese día, una adecuada terapéutica nutricional (una correcta ingesta de alimentos, es especial de hidratos de carbono -azucares-), lo que habría motivado y desencadenado el mencionado cuadro de hipoglucemia».

El juez sostiene que el imputado «no asumió ese día, para la conducción de un vehículo de transporte público de pasajeros, los cuidados necesarios».

Y luego destacó el que de que en la causa se determinó que «la licencia que oportunamente le fuera otorgada, lo fue en contravención a la normativa emanada de la Ley nacional de Tránsito y las normas reglamentarias que rigen en el ámbito del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En este punto, Baños destacó que en la última renovación que Botta hizo sobre su registro profesional -el 26 de octubre de 2012, ante la Dirección General de Licencias porteña-, «el imputado ocultó su condición de diabético, insulino dependiente, información esta última que debía haberla brindado al médico examinante».

El hecho ocurrió el 29 de enero, cuando el taxi Ford Focus conducido por Botta transitaba a gran velocidad por avenida Santa Fe hacia el lado de Palermo, embistió una moto, chocó con un colectivo de la línea 152 y pasó a circular en contramano por los carriles que van hacia la avenida 9 de Julio.

Luego, el Focus embistió a otro taxi, un Chevrolet Corsa, que cruzaba Santa Fe por Montevideo, y colisionó con un tercer taxi, un Volkswagen Suran.

Leonela Noble (22), quien caminaba hacia un banco a cobrar el cheque del primer aguinaldo que le habían pagado en el consultorio médico donde trabajaba, murió en el lugar, en tanto otras siete personas -dos mujeres y cinco hombres- resultaron heridas.