España: elecciones, corrupción y populismo. Por Carlos Penelas.

Hay lectores abombados, profesionales, distraídos, estudiantes universitarios de una pobreza mental que es provocadora. Que quede escrito. No estoy afiliado al PSOE pero siempre lo voté. ¿Claro? Y en esta oportunidad volví a votarlo con más convicción. Una más. Para aquellos que corporizan el submundo del disparate o lo extravagante. La corrupción en Argentina es estructural, vivimos un submundo donde el robo, los crímenes, la corrupción es parte del poder, es parte del sistema, forma la organización delictiva de un gobierno, de un Estado. Cualquier catarsis en torno a esto es absurda. En España hay ministros, jueces, funcionarios, empresarios o sacerdotes que son corruptos, pero no es una estructura social, política y económica.
El triunfo claro del PP no es explica si no tenemos en cuenta el hartazgo, la parálisis política, las turbulencias, el desempleo, barrios señoriales, la injustica social, Trump, el brexit, ciertas corrientes marcadamente de derecha, la xenofobia y sobre todo el populismo. Los buenos modales van por un lado y la corrupción se les pega. Lecturas posibles, entonces, lo mimético o la ironía. ¿Fueron votantes o ciudadanos, por qué tan pocos? Tal vez leamos a través de cábalas, ilusiones y conjuros. Pero veamos más de cerca la parodia y la caricatura de la izquierda de Podemos.
Podemos tiene como objetivo destrozar al PSOE pues ellos son los auténticos revolucionarios. Universitarios, inteligentes, cultos y progresistas. Critican – por supuesto con muchas asignaturas sensatas y razonables – la trayectoria y la actitud del PP. Por supuesto que en los últimos tiempos el PSOE se equivocó, y más de una vez fui crítico de ello. Pero hay diferencias, empezando con los objetivos y la soberbia de estos guerrilleros del primer mundo. Tienen como modelo el chavismo, el peronismo y la otra variante del peronismo que en los últimos años se llamó kirchnerismo. Les interesa ese estilo de vida. Escuchan a Forster pensando que es un filósofo y a Kicillof creyendo que es un economista. Ambos de formación universitaria, nac and pop. También chavistas, marxistas, maoístas y tercermundistas. La ensalada completa, falta el botín de guerra. Como ideólogo tienen a un filósofo de envergadura: Ernesto Laclau. Un pensador a la altura de Kant, San Agustín o Proudhon. León Trotsky y Rosa Luxemburgo deberían haber abrevado en sus páginas, una lástima.
La secuencia es previsible. Hay que esperar los mercados, las elecciones en EEUU, la lentitud de los ingleses en definir centros imperiales. El PP está agotado pero supo ver a la Unión Europea, el sistema da para poco más. Leamos desde otro ángulo: lecturas de fachadas, ideologías de souvenirs, blanquitos y no mestizos. Luego podemos analizar otras perversiones: un Papa peronista, vericuetos y mala leche política, caballeros dispépticos y confundidos. Luego vienen los énfasis, los silenciados, los confusos, los afónicos y los gangosos. Desde el poder se sigue vendiendo esperanza.
Un ejemplo para otra lectura. Argentina perdió ayer la final contra Chile. El primer partido ganamos sin que jugara Messi. Messi en el banco y ganamos. Ahora con Messi en la cancha perdimos. Y se jugó pésimo, sin estructura de fútbol. Los mitos son siempre de derecha: Stalin, Mussolini, Fidel, Mao, Somoza, Perón, Porfidio Díaz, Kirchner, Chaves, Franco, Evita, Vargas… son siempre fascistas, de izquierda o de derecha. Por último el penal que Messi elevó a las estrellas hay que comprenderlo desde lo psicoanalítico. Juega en otra selección: el Barcelona. El arquero chileno es el arquero del Barcelona. ¿Lo ve? Este penal Bertoni no lo hubiera errado.
¿Entiende cómo van siendo las cosas? A tragarse el sapo en la teatralidad de los monólogos y los susurros. Los intelectuales conversos de esto saben un rato largo. Fútbol y política, no se olvide. Miremos a Bruselas.

Carlos Penelas
Buenos Aires, lunes 27 de junio de 2016