En el marco de la actual edición de la Bienal Internacional de San Pablo, Rolf Art se complace en anunciar la apertura de la exposición La caída de las utopías, ofreciendo una revisión histórica y un diálogo entre dos emblemáticos envíos argentinos a dicha bienal: Obelisco acostado (1978) de Marta Minujín -I Bienal Latinoamericana de San Pablo- e Interferencia (1996) de Graciela Sacco -XXIII Bienal Internacional de San Pablo-, respectivamente. En 1978, Marta Minujín (b. 1943, Buenos Aires, Argentina) fue seleccionada para representar a la Argentina -entre otros artistas- en la I Bienal Latinoamericana de San Pablo con el proyecto Obelisco acostado. El envío consistió en una instalación a escala real del Obelisco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tumbado (67 mts de largo, 7 mts de ancho declinando hacia la punta a 3.60 mts), haciéndolo recorrible y transitable por sus visitantes; con proyecciones y televisores en el extremo interior. En 1996, Graciela Sacco (1956-2017, Rosario, Argentina) fue seleccionada para representar a la Argentina en la XXIII Bienal Internacional de San Pablo, con el proyecto Interferencia curado por Jorge Helft. El envío reunía dos cuerpos centrales en la producción de Sacco: su emblemática serie Bocanada (1993) y sus empalizadas con la obra El incendio y las vísperas de la serie Cuerpo Cuerpo (1996). Dueñas de estéticas distintivas que hacen que sus trabajos nos remitan sin confusión a sus miradas, tanto Sacco como Minujín cruzan las fronteras de lo nacional para abrir al mundo un desvelamiento, un acto irreverente, rebelde, no carente de violencia en la pasión del grito mudo y en el derrumbe de los íconos. Lic. María Carolina Baulo El evento de pre inauguración tendrá lugar en el marco del programa VIP de la feria Pinta BAphoto con un exclusivo desayuno el 29.09.23 a las 10 am en la galería. La inauguración oficial tendrá lugar ese mismo día a partir de las 6pm en Esmeralda 1353, Buenos Aires, Argentina. La muestra, de entrada libre y gratuita, podrá visitarse de lunes a viernes de 11am a 7pm, con una permanencia hasta el día viernes 29.10.23
LA CAÍDA DE LAS UTOPÍAS
Una boca y un obelisco. Dos imágenes que se transformaron en un emblema del arte argentino a través de los tiempos. Dos artistas, dos mujeres que crearon símbolos que, tal cual sucede con las grandes obras, se mantienen vigentes en el tiempo como registro de un espíritu de la época. Y -desafortunadamente para la humanidad- muchas veces se reactualizan haciendo eco en la actualidad, se muestran tristemente portadoras de una mirada y una voz cuya contemporaneidad es desgarradora porque no hacen más que señalar el ojo de la tormenta de la caída de los ideales humanos. Es así como la obra El Obelisco acostado de Marta Minujín –representante del envío argentino a la primera Bienal de San Pablo de 1978- y Bocanada de Graciela Sacco –envío argentino de 1996 participando de la misma Bienal- establecen un diálogo en el tiempo y se re significan al potenciar su mensaje en medio de una realidad mundial donde su denuncia se detiene en una imposibilidad de concretar ideales sociales elevados a un status utópico. Dueñas de estéticas distintivas que hacen que sus trabajos nos remitan sin confusión a sus miradas, tanto Sacco como Minujín cruzan las fronteras de lo nacional para abrir al mundo un desvelamiento, un acto irreverente, rebelde, no carente de violencia en la pasión del grito mudo y en el derrumbe de los íconos. Un obelisco caído deja de ser el eje de un ciudad poderosa, deja de erguirse como símbolo triunfante, como conquista de un espacio que se eleva por sobre el resto; así ha sido históricamente desde los egipcios y cada réplica en destacadas ciudades del mundo a través de los siglos, ha sido una manera de emular esa grandiosidad dinástica. Un obelisco caído es un no, es un menos delante del número, es la antítesis del triunfo, es como la estatua del líder derrocado que se deja a la vista del pueblo para que no quepa duda de su fracaso, “la caída de los mitos universales”, como dijo Minujín oportunamente. Una boca que se abre y pide comida también grita injusticia, grita dolor, angustia, necesidad, crueldad, grita sin voz cuando tampoco eso tiene sin la dignidad de la posibilidad de ser alimentada. Una boca abierta y una cuchara vacía son, desgarradoramente, los mejores representantes de la caída de un proyecto de humanidad civilizada. Esta muestra pretende articular, en el marco de la Bienal de San Pablo – una de las bienales de arte más antiguas y prestigiosas del mundo-, dos formas de abordar el arte de la mano de dos artistas que marcaron un antes y un después, que han sabido ver y denunciar con anticipación la caída de las utopías que habitan los imaginarios sociales. Las utopías son, por definición, inalcanzables. Las utopías se desplazan siempre que intentamos acercarnos, es su esencia. En esta muestra se pone el acento en la necesidad de repensar de manera urgente aquello que sostenemos como escenarios a conquistar frente a los escenarios posibles. Y es sobre estos últimos que podemos actuar para cambiar nuestra realidad, para pensar un mundo que podamos habitar aun en sus deficiencias. No es esta una mirada asfixiante, un callejón sin salida sino un espejo de los fracasos, de las devastadoras caídas de las utopías sostenidas en contextos fantásticos, inaprensibles, para reconstruir desde allí. Es esta una propuesta a pensar las utopías como motores y no como línea de llegada, la cual se sabe de antemano, que no existe. Parafraseando para cerrar a Eduardo Galeano, nos preguntamos entonces para qué sirven las utopías. Y la respuesta es: para caminar.
Lic. María Carolina Baulo
SOBRE BOCANADA DE GRACIELA SACCO
Las bocas (fragmentos de cuerpos) que Graciela Sacco imprimía en heliografías y pegaba en las calles de Rosario y de Buenos Aires desde 1993 refieren a las diferencias sociales que en la Argentina se intensificaban con el experimento neoliberal que desembocó en la crisis de 2001. Graciela Sacco reivindicaba la relación entre la vanguardia artística y la vanguardia política tal como la entendió la exposición Tucumán Arde en 1968, experiencia que investigó y sobre la que publicó, en 1987 (junto con Silvia Andino y Andrea Sueldo), la primera investigación que sobre este movimiento se realizó. Ella recurrió a la técnica de la heliografía, la impresión con luz, antiguo procedimiento utilizado en la copia de planos arquitectónicos. Fotografiaba, proyectaba e imprimía en papel emulsionado esas bocas completamente abiertas. Se trata de bocas anónimas. Distintas e idénticas. Su acumulación en el espacio público, tanto como en los espacios de exposición, interfiere e interpela. El signo es tan confrontativo como enigmático. Andrea Giunta – Pensar todo de nuevo, Buenos Aires, 2021
SOBRE OBELISCO ACOSTADO DE MARTA MINUJÍN
El Obelisco ha sido evocado con frecuencia como un signo fálico que se activa en distintos contextos. Así como la dictadura argentina lo convirtió en soporte del lema que sostenía “el silencio es salud”, inscripto en un círculo que rodeaba el monumento, en 2005 apareció cubierto por un inmenso preservativo fucsia para hacer de este parte de las campañas de lucha contra el sida. Marta Minujín lo volteó y lo ubicó en el sacro escenario del pabellón de Ibirapuera, en la que fue la primera y única Bienal de Arte Latinoamericano realizada en San Pablo, en 1978. Ella producía un reposicionamiento simbólico que trastornaba el poder del monumento para convertirlo en una estructura recorrible por todos. En su interior se proyectaban imágenes filmadas alrededor y desde el Obelisco. Andrea Giunta – Pensar todo de nuevo, Buenos Aires, 2021
OBELISCO ACOSTADO
El Obelisco Tumbado es un obelisco que está reclinado sobre uno de sus lados o sea en posición horizontal, tiene las medidas exactas del obelisco porteño emplazado en la Plaza de la República de BSAS.
Está realizado en madera, aglomerado y sogas; mide 67 metros de largo, 7 metros de alto en su base o entrada…declinando hacia la punta que tiene 3,60 mts. Es recorrible con circuito de participación, es decir el público visitante además de poder verlo por todos sus lados desde el exterior, puede entrar a través de su base que al estar reclinado el obelisco hace de puerta de entrada. Los visitantes entran en grupos de a 10 y recorren a lo largo del obelisco un corredor iluminado con luz negra, teniendo a ambos lados, paneles fluorescentes que a medida que caminan imprimen su sombra por instantes. (efecto logrado con la luz negra). Al llegar a la punta, se encuentran con dos sillas fluorescentes que enfrentan dos aparatos de TV y una proyección de super 8, los films y videos que pueden observarse son acerca de imágenes filmadas alrededor del obelisco porteño, entrevistas a transeúntes acerca de su significación, referencias a otros obeliscos del mundo, la ascensión interior del obelisco y su tumbada (escenas de ficción donde se puede ver al obelisco tumbándose).
Luego de transcurridos los 10 minutos que duran las protecciones, los visitantes regresan al punto de partida o sea la puerta de entrada por otro corredor que es el de salida, puesto que el obelisco está dividido por el medio en dos, un pasillo de ida y otro de vuelta. La idea central de esta obra radica en desplazar un mito de un país a otro, alterar la ley de gravedad del mundo, lo vertical a horizontal y producir un estado de conciencia oblicua dentro del símbolo significante del espíritu penetrante y de la luz solar.
Marta Minujín – Texto de presentación, I Bienal Latinoamericana de San Pablo, 1978.
MARTA MINUJÍN | BIO
Marta Minujín (b.1943), Buenos Aires, Argentina. Entre 1955 y 1960, en la misma ciudad, estudió artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano y en la Escuela Superior de Bellas Artes. En 1961,obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes que le permitió instalarse en París. En 1962, otra beca extendió su estadía en esa ciudad hasta 1964. Pionera de los happenings, el arte de performance, la escultura blanda y el video, Minujín persigue una práctica variada e irreverente que demuestra un profundo rechazo hacia el objeto de arte coleccionable. Sus obras incluyeron la quema de todos sus trabajos (La destrucción, 1963), intervenciones temporales con animales vivos (El batacazo, 1964) y un recorrido por un laberinto de situaciones (La Menesunda, 1965). Influenciada por el entorno intelectual que rodeaba al Instituto Torcuato Di Tella en los sesenta, creó obras como Simultaneidad en simultaneidad (1966). Tras ganar la Beca Guggenheim, se adhirió al movimiento contracultural en Nueva York de los setenta, donde se volcó al arte pop y el arte psicodélico. Luego de crear el Obelisco de pan dulce (1979), se volcó a las esculturas públicas colosales como la Torre de pan de Joyce (1980), La Venus de queso (1983), la Torre de Babel (2011), el Ágora de la paz (2013) y el Arte de Rayuela (2014). En 2015 reconstruye “La Menesunda según Marta Minujín” en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. En 2017 participó de la documenta 14 (Kassel) con su obra El Partenón de Libros, una reversión del Partenón realizado en 1983 en Buenos Aires, hecho de 100.000 volúmenes censurados en cualquier parte del mundo, en cualquier momento de la historia. En 2019 recrea nuevamente Menesunda Reloaded, en el New Museum, en la ciudad de New York.
Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Argentina, Estados Unidos, España, Francia y Japón entre otros. Su obra es parte de colecciones del mundo: Museo Guggenheim (New York), Art Museum of the Americas (Washington DC), Olympic Park (Seoul), Museo Nacional de Bellas Artes, MALBA (Buenos Aires) y colecciones privadas en Francia, Italia, Brasil, Colombia, Argentina, Estados Unidos y Canadá, entre otras.
INTERFERENCIA
Las múltiples imágenes trasmitidas por los medios de comunicación abrieron nuevos caminos en el cam- po de las artes visuales, permitiendo a muchos artistas ubicar sus obras en otros espacios y circuitos.
No sería en el ámbito limitado del museo y la galería donde se albergaría el arte, sino en todos y cada uno de los rincones de la vida cotidiana donde el arte podría brotar y materializarse de manera decisiva.
Con el regreso de la democracia, que tuvo lugar hace más de diez años, junto a un grupo de artistas, compar- timos la inquietud de reunir las obras dispersas de la vanguardia rosarina, que fue la principal protagonista de Tucumán Arde. Por primera vez, luego de un largo silencio -16 años- todo este material permitió re-armar nuestra memoria artística y llenar un lamentable vacío en la historia del arte argentino. A partir de entonces creo que pude pensar y sentir la práctica artística de un lugar cotidiano, con una conciencia ético-estética diferente. Observar el espacio urbano y la gráfica publicitaria me permitieron reconocer la existencia de una colonización visual que implica la manipulación de los medios de comunicación masiva, también me di cuenta que las que las estrategias estéticas de comunicación que están en las calles interactúan con los ciudadanos y que la imagen artística contemporánea es una imagen política; política mientras asume su tiempo tanto estética como artísticamente. No cabe duda de que el discurso de la imagen hegemónica actual se genera a partir del desarrollo de la tecnología de vanguardia, en la multiplicidad y en el uso estratégico de los espacios públicos y pri-vados, y que esta arraigado en la superioridad de una cultura que privilegia sustancialmente lo icónico.
La práctica artística que se compromete con su tiempo tiene la posibilidad de interferir en el discurso. La imagen que interfiere provoca perturbación, habita los intersticios, surge de la memoria de objetos y per- sonas; es políticamente crítico, cuando cuestiona el poder en relación con la condición humana, el orden establecido, la actitud formal que materializa. Se trata de mostrar que, entre esos vacíos, hay otras formas, otros discursos, otros sonidos, que cuestionan y dudan. Sería conveniente preguntarnos: ¿el sistema miente?
En mi caso, la producción de objetos, generando imágenes, se concibe como un testimonio que permanece en el espacio interior. La imagen generada a partir de ellos, constituida casi en su totalidad como múltiple, allana el camino para señalar el espacio urbano, los heliomontajes, que interfieren, se introducen, se mezclan, con los anuncios circundantes, sumado a la saturación del espacio, exploran las ca lles y se apropian de la imagen de una postal; su soporte puede ser un poster, una estampilla o la televisión. La yuxtaposición de imágenes anuncia y denuncia. En otras ocasiones estas imágenes se capturan instantáneamente de situaciones reales; la apropiación y el cambio de contexto hechos por mí, los trasforma en una propuesta artística. Por lo tanto, lo intimo se vuelve publico y lo público puede ser apropiado de forma privada. La desmaterialización de los objetos materializa las imágenes. Las imá- genes y los conceptos nos hacen conscientes del mundo y comparten el impacto de la interferencia.
Graciela Sacco – Catálogo de la XXIII Bienal Internacional de San Pablo, 1996.
GRACIELA SACCO | BIO
Graciela Sacco (1956-2017). Santa Fe, Argentina. Se graduó en 1987 con una tesis dedicada a las vanguardias argentinas de los años 60. Las expresiones artísticas de aquella década habían establecido fuertes lazos entre el experimentalismo artístico y el compromiso social, culminando en Rosario, su ciudad natal, con “Tucumán Arde”, experiencia reconocida internacionalmente como un hito del Conceptualismo político. Aquella generación de artistas había sido duramente reprimida por la dictadura militar que tomó el país desde 1976 hasta 1983. Sus trabajos están relacionados con la luz y la gráfica. Desde sus comienzos y a lo largo de su trayectoria, sus producciones invitan a reflexionar sobre la violencia política y social. El uso de diferentes procesos fotosensibles le han permitido materializar ideas y conceptos de forma particular que ha hecho que su trabajo porte una fuerte identidad artística. Los tránsitos, los exilios, las migraciones, los núcleos de conflicto social se hacen presentes en episodios de distinta distancia epocal. Su obra ocupa hoy una posición prominente dentro de la escena del arte contemporáneo mundial.
Ha representado a la Argentina en diversas bienales internacionales incluyendo Shanghai (2004), Venecia (2001), La Habana (1997 y 2000), Mercosur (1997) y San Pablo (1996), entre otras. Ha sido galardonada con numerosos premios y reconocimientos, tales como el Artista del año, por la Asociación Argentina de Críticos (2001) y el Premio Konex (2002-2012), entre otros. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Argentina, Inglaterra, Alemania, Francia, Suiza, Israel, México y Brasil entre otras. Hoy en día, su trabajo forma parte de colecciones nacionales e internacionales tanto públicas como privadas.
SOBRE ROLF ART
Rolf Art, localizada en Buenos Aires desde el 2009 y fundada por Florencia Giordana Braun, es la única galería de arte especializada en imagen técnica de Argentina. Enfocada en las artes visuales latinoamericanas contemporáneas, la galería presenta obras que exploran el medio fotográfico y sus límites. La selección de obras considera piezas con una unión indisoluble entre densidad crítica y valor estético. El perfil curatorial desafía la coyuntura y considera el contexto político, social y económico de la producción artística como un factor determinante para la interpretación del arte. Estamos comprometidos con un selecto grupo de artistas latinoamericanos contemporáneos establecidos, promocionándolos a nivel nacional e internacional. Apoyamos su producción artística junto con proyectos editoriales y audiovisuales. Con el fin de contribuir a la producción y apreciación del arte contemporáneo en busca de ampliar los límites de las artes visuales latinoamericanas, la galería ha desarrollado un importante programa de exhibición y formación. Trabajando junto con destacados investigadores, curadores y críticos de arte, la galería organiza exhibiciones en colaboración con instituciones nacionales e internacionales y festivales de fotografía; liderando el camino hacia una participación sostenida en las ferias de arte y fotografía más importantes del mundo; gestionando la incorporación de artistas latinoamericanos en instituciones de renombre, además de múltiples colecciones privadas; contribuyendo a la legitimación de las expresiones visuales latinoamericanas en el mundo.
Pre-Apertura | 29.09.23 – 10am
Apertura | 29.09.23 – 6pm
Permanencia | 29.09.23 – 29.10.23
Rolf Art | Esmeralda 1353